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-- de Julio Herrera Reissig --
Todas -blancas ovejas fieles a su pastora-
recogidas en torno del modesto santuario,
agrúpanse las pobres casas del vecindario,
en medio de una dulce paz embelesadora.
La buena grey asiste a la misa de aurora...
Entran gentes oscuras, en la mano el rosario;
bendiciendo a los niños, pasa el pulcro vicario
y detrás la llavera, siempre murmuradora...
Se come el santuario musgoso la borrica
del doctor, que indignado un sochantre aporrea.
Transparente, en la calle principal, la botica
sugestiona a las moscas la última panacea.
Y a «ras» de su cuchillo cirujano, platica
el barbero intrigante: folletín de la aldea.
Poema "La dicha (Herrera y Reissig)" de Julio Herrera Reissig
-- de Julio Herrera Reissig --
Todas -blancas ovejas fieles a su pastora-
recogidas en torno del modesto santuario,
agrúpanse las pobres casas del vecindario,
en medio de una dulce paz embelesadora.
La buena grey asiste a la misa de aurora...
Entran gentes oscuras, en la mano el rosario;
bendiciendo a los niños, pasa el pulcro vicario
y detrás la llavera, siempre murmuradora...
Se come el santuario musgoso la borrica
del doctor, que indignado un sochantre aporrea.
Transparente, en la calle principal, la botica
sugestiona a las moscas la última panacea.
Y a «ras» de su cuchillo cirujano, platica
el barbero intrigante: folletín de la aldea.
Poema "la dicha" de Julio Herrera Reissig
-- de Evaristo Ribera Chevremont --
Alcánzase el estado de ventura
cuando se cumple la elevada forma,
la cual ha de lucir, en su factura,
tal como el pensamiento que la informa.
Por ímpetus y llamas interiores,
se vuelve cuajo milagroso el brío
de los extracomunes cuidadores
del verbo, de inmancable poderío.
Y es por el pulcro y esencial secreto,
de la creación suprema que el vocablo
es, en silva, en romance o en soneto,
como el niño divino en el establo.
En los blancos pañales de la rima
se envuelve el nuevo y virginal poema;
y la expresión que en ritmos se arracima,
es flor y astro, manantial y gema.
Poema "la forma" de Evaristo Ribera Chevremont
-- de Ricardo Güiraldes --
Luna que haces ulular a los perros y los poetas.
Faro de tiza
astro en camisa.
Disco, casco y guadaña, colgada al hombro de la noche, representante de muerte.
Impotente
intermitente.
Parásito luminoso del sol, chinchorro giratorio de nuestra barca sideral.
Ronda vejiga
pálida miga.
Surtidora de falsas purezas. Frígido ovillo.
Pulcro botón de calzoncillo.
Nadie te teme; todos te quieren. Inofensivo bollo de harina sin importancia.
Blanca jactancia.
Sudario de azoteas. Velador de noctámbulos.
Orgullo hinchado
de trasnochado.
Luna, muerte, maleficio
gorda madama del precipicio.
Ojalá se ahogue dentro de un charco,
tu ojo zarco.
Ángel caído en frialdad, per-in-eternum.
Mundo maldito,
me importa un pito.
Buenos Aires, 1916.
Poema "Luna (Güiraldes)" de Ricardo Güiraldes