Buscar Poemas con Presagio


  ·En el buscador de poemas puedes encontrar entre más de doce mil poemas todos aquellos que contienen las palabras de búsqueda. Los poemas forman parte de la antología poética de los 344 poetas más importantes en lengua Española de todos los tiempo. Puedes elegir entre dos tipos de búsqueda:
  ·Buscar entre todos los poemas los que contienen las palabras de la búsqueda.
  ·Buscar sólo los poemas cortos -aquellos que tienen 8 versos o menos- que coinciden con el criterio de búsqueda.

Se han encontrado 10 poemas con la palabra presagio

Si lo prefieres puedes ver sólo los poemas cortos, aquellos que tienen ocho versos o menos aquí

Jaime Sabines

para hacer funcionar a las estrellas

-- de Jaime Sabines --

Para hacer funcionar a las estrellas
para hacer funcionar a las estrellas es necesario apretar el botónazul.
Las rosas están insoportables en el florero.
¿Por qué me levanto a las tres de la mañana mientrastodos duermen? ¿mi corazón sonámbulo se pone a andarsobre las azoteas detectando los crímenes, investigando el amor?
tengo todas las páginas para escribir, tengo el silencio, lasoledad, el amoroso insomnio; pero sólo hay temblores subterráneos,hojas de angustia que aplasta una serpiente en sombra. No hay nada quedecir: es el presagio, sólo el presagio de nuestro nacimiento.

Poema para hacer funcionar a las estrellas de Jaime Sabines con fondo de libro

Jaime Sabines

los he visto en el cine

-- de Jaime Sabines --

Frente a los teatros,
en los tranvías y en los parques,
los dedos y los ojos apretados.
Las muchachas ofrecen en las salas oscuras
sus senos a las manos
y abren la boca a la caricia húmeda
y separan los muslos para invisibles sátiros.
Los he visto quererse anticipadamente, adivinando
el goce que los vestidos cubren, el engaño
de la palabra tierna que desea,
el uno al otro extraño.
Es la flor que florece
en el día más largo,
el corazón que espera,
el que tiembla lo mismo que un ciego en un presagio.
Esa niña que hoy vi tenía catorce años,
a su lado sus padres le miraban la risa
igual que si ella se la hubiera robado.
Los he visto a menudo
a ellos, a los enamorados
en las aceras, sobre la yerba, bajo un árbol,
encontrarse en la carne,
sellarse con los labios.
Y he visto el cielo negro
en el que no hay ni pájaros,
y estructuras de acero
y casa pobres, patios,
lugares olvidados.
Y ellos, constantes, tiemblan
se ponen en sus manos,
y el amor se sonríe, los mueve, les enseña,
igual que un viejo abuelo desengañado.

Poema los he visto en el cine de Jaime Sabines con fondo de libro

Juan de Arguijo

Píramo

-- de Juan de Arguijo --

«Tú, de la noche gloria y ornamento,
Errante luna, que oyes mis querellas;
Y vosotras, clarísimas estrellas,
Luciente honor del alto firmamento,

»Pues ha subido allá de mi lamento
El son y de mi fuego las centellas,
Sienta vuestra piedad, ¡oh luces bellas!
Si la merece; mi amoroso intento.»

Esto diciendo, deja el patrio muro
El desdichado Píramo, y de Nino
Parte al sepulcro, donde Tísbe espera.

¡Pronóstico infeliz, presagio duro
De infaustas bodas, si ordenó el destino
Que un túmulo por tálamo escogiera!

Poema Píramo de Juan de Arguijo con fondo de libro

Vicente Riva Palacio

La noche del Escorial

-- de Vicente Riva Palacio --

La noche envuelve con su sombra fría
El claustro, los salones, la portada,
Y vacila la lámpara agitada
De la iglesia bóveda sombría.

Como triste presagio de agonía
Gime el viento en la lúgubre morada,
Y ondulando la yerba desecada
Vago rumor entre la noche envía.

De Felipe segundo, misterioso
Se alza el espectro del marmóreo suelo
Y vaga en el convento silencioso,

Y se le escucha en infernal desvelo
Crujiendo por el claustro pavoroso
La seda de su negro ferreruelo.



Mario Benedetti

compañero de olvido

-- de Mario Benedetti --

A juan gelman
un jour passera la camaraderie inerte de l'oubli
rené char
compañero remoto en tu fe de madera
alerta en la querella que no se desvanece
transcurres por los sueños y el incierto futuro
sin parpadear ni vernos custodio de la noche
hacedores de inviernos y socorros mendigos
legatarios de brumas y expiaciones
se borran y te borran del próximo presagio
dictándote el olvido y olvidándote
de poco y nada sirven los residuos
de las dulzuras o de las borrascas
pero aun si proteges tu dolor bajo llave
igual han de llegarte mi alarma y mi consuelo
compañero de olvido en el olvido
estamos recordándonos sabiéndonos
solidarios sin nombre solitarios
de a uno o en montón pero insepultos
compañero de olvido no te olvido
tus tormentos asoman en mis sienes blancuzcas
el mundo cambia pero no mi mano
ni aunque dios nos olvide olvidaremos



Mario Benedetti

enamorarse y no

-- de Mario Benedetti --

Cuando uno se enamora las cuadrillas
del tiempo hacen escala en el olvido
la desdicha se llena de milagros
el miedo se convierte en osadía
y la muerte no sale de su cueva
enamorarse es un presagio gratis
una ventana abierta al árbol nuevo
una proeza de los sentimientos
una bonanza casi insoportable
y un ejercicio contra el infortunio
por el contrario desenamorarse
es ver el cuerpo como es y no
como la otra mirada lo inventaba
es regresar más pobre al viejo enigma
y dar con la tristeza en el espejo



Miguel Hernández

10

-- de Miguel Hernández --

10
tengo estos huesos hechos a las penas
y a las cavilaciones estas sienes:
pena que vas, cavilación que vienes
como el mar de la playa a las arenas.
Como el mar de la playa a las arenas,
voy en este naufragio de vaivenes,
por una noche oscura de sartenes
redondas, pobres, tristes y morenas.
Nadie me salvará de este naufragio
si no es tu amor, la tabla que procuro,
si no es tu voz, el norte que pretendo.
Eludiendo por eso el mal presagio
de que ni en ti siquiera habré seguro,
voy entre pena y pena sonriendo.



Julio Herrera Reissig

otoño

-- de Julio Herrera Reissig --

La druídica pompa de la selva se cubre
de una gótica herrumbre de silencio y estragos;
y cibeles esquiva su balsámica ubre,
con un hilo de lágrimas en los párpados vagos...

Sus cabellos de místico azafrán llora octubre
en los lívidos ojos de muaré de los lagos.
Las cigüeñas exodan. Y los búhos aciagos
ululúan la mofa de un presagio insalubre...

Tras de la cabalgata de metal, las traíllas
ladran a las casacas rojas y a las hebillas...
El cuerno muge. Todo ríe de austera corte.

El abuelo silencio trémulo se solaza...
Y zumba la leyenda ecuestre de la caza
en medio de un hierático crepúsculo del norte.



José Cadalso

injuria el poeta al amor

-- de José Cadalso --

Amor, con flores ligas nuestros brazos;
los míos te ofrecí lleno de penas,
me echaste tus guirnaldas más amenas,
secáronse las flores, vi los lazos,
y vi que eran cadenas.
Nos guías por la senda placentera
al templo del placer ciego y propicio;
yo te seguí, más viendo el artificio,
el peligro y tropel de tu carrera,
vi que era un precipicio.
Con dulce copa, al parecer sagrada,
al hombre brindas, de artificio lleno;
bebí; quemóse con su ardor mi seno;
con sed insana la dejé apurada
y vi que era veneno.
Tu mar ofrece, con fingida calma,
bonanza sin escollo ni contagio;
yo me embarqué con tan falaz presagio,
vi cada rumbo que se ofrece al alma,
y vi que era un naufragio.
El carro de tu madre, ingrata diosa,
vi que tiraban aves inocentes;
besáronlas mis labios imprudentes,
el pecho me rasgó la más hermosa
y vi que ran serpientes.
Huye, amor, de mi pecho ya sereno,
tus alas mueve a climas diferentes,
lleva a los corazones imprudentes
cadenas, precipicios y veneno,
naufragios y serpientes.



José Cadalso

injurial el poeta al amor

-- de José Cadalso --

Amor, con flores ligas nuestros brazos;
los míos te ofrecí lleno de penas,
me echaste tus guirnaldas más amenas,
secáronse las flores, vi los lazos,
y vique eran cadenas.
Nos guías por la senda placentera
al templo del placer ciego y propicio;
yo te seguí, mas viendo el artificio,
el peligro y tropel de tu carrera,
vique era un precipicio.
Con dulce copa al parecer sagrada,
al hombre brindas, de artificio lleno;
bebí; quemose con su ardor mi seno;
con sed insana la dejé apurada
y vi que era veneno.
Tu mar ofrece, con fingida calma,
bonanza sin escollo ni contagio;
yo me embarqué con tal falaz presagio,
vi cada rumbo que se ofrece al alma,
y vi que era unnaufragio.
El carro de tu madre, ingrata diosa,
vi que tiraban aves inocentes;
besáronlas mis labios imprudentes,
el pecho me rasgó la más hermosa
y vi que eranserpientes.
Huye amor, de mi pecho ya sereno,
tus alas mueve a climas diferentes,
lleva a los corazones imprudentes
cadenas, precipicios y veneno,
naufragios yserpientes.



© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba