Buscar Poemas con Necia


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Se han encontrado 10 poemas con la palabra necia

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Lope de Vega

Qué estrella saturnal, tirana hermosa

-- de Lope de Vega --

¿Qué estrella saturnal, tirana hermosa,
se opuso, en vez de Venus, a la luna,
que me respondes grave y importuna,
siendo con todos fácil y amorosa?

Cerrásteme la puerta rigurosa,
donde me viste sin piedad alguna,
hasta que a Febo en su dorada cuna
llamó la aurora en la primera rosa.

¿Qué fuerza imaginó tu desatino,
aunque fueras de vidro de Venecia,
tan fácil, delicado y cristalino?

O me tienes por loco o eres necia:
que ni soberbio soy para Tarquino,
ni tu romana para ser Lucrecia.

Poema Qué estrella saturnal, tirana hermosa de Lope de Vega con fondo de libro

José María Gabriel y Galán

A un sabio

-- de José María Gabriel y Galán --

Tú de la ciencia a la región te alzaste
y sus hondos arcanos descubriste:
te contemplaste grande y te engreíste;
viste más grande a Dios... ¡Y lo negaste!

Dios las alas te dio con que volaste
y otro Dios, cual Luzbel, tú le creíste...
Para ser de Luzbel ¡cuánto ganaste!
Mas para ser de Dios ¡cuánto perdiste!

Dime ioh sabio! que buscas con desvelo
la necia palma de la humana gloria
en la mísera vida de este suelo:

¿Cuál será de las dos mayor victoria,
Conquistar un aplauso de la Historia
O conquistar la eternidad del Cielo?

Poema A un sabio de José María Gabriel y Galán con fondo de libro

Sor Juana Inés de la Cruz

soneto cxlv a su retrato

-- de Sor Juana Inés de la Cruz --

Este que ves, engaño colorido,
que, del arte ostentando los primores,
con falsos silogismos de colores
es cauteloso engaño del sentido;
éste, en quien la lisonja ha pretendido
excusar de los años los horrores,
y venciendo del tiempo los rigores
triunfar de la vejez y del olvido,
es un vano artificio del cuidado,
es una flor al viento delicada,
es un resguardo inútil para el hado:
es una necia diligencia errada,
es un afán caduco y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.

Poema soneto cxlv   a su retrato de Sor Juana Inés de la Cruz con fondo de libro

Sor Juana Inés de la Cruz

Soneto CXLV - A su retrato

-- de Sor Juana Inés de la Cruz --

Este que ves, engaño colorido,
que, del arte ostentando los primores,
con falsos silogismos de colores
es cauteloso engaño del sentido;

Éste, en quien la lisonja ha pretendido
excusar de los años los horrores,
y venciendo del tiempo los rigores
triunfar de la vejez y del olvido,

Es un vano artificio del cuidado,
es una flor al viento delicada,
es un resguardo inútil para el hado:

Es una necia diligencia errada,
es un afán caduco y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.



Sor Juana Inés de la Cruz

A una Rosa

-- de Sor Juana Inés de la Cruz --

Rosa divina, que en gentil cultura
Eres con tu fragante sutileza
Magisterio purpúreo en la belleza,
Enseñanza nevada a la hermosura.

Amago de la humana arquitectura,
Ejemplo de la vana gentileza,
En cuyo ser unió naturaleza
La cuna alegre y triste sepultura.

¡Cuán altiva en tu pompa, presumida
soberbia, el riesgo de morir desdeñas,
y luego desmayada y encogida.

De tu caduco ser das mustias señas!
Con que con docta muerte y necia vida,
Viviendo engañas y muriendo enseñas.



Francisco Sosa Escalante

La calumnia (Sosa Escalante)

-- de Francisco Sosa Escalante --

Unióse con la infame Cobardía,
De Envidia el hijo hipócrita, el Despecho,
Y pronto aquella en su asqueroso lecho
A Calumnia dió á luz; nació otra Arpía.

Sus padres mismos al brillar el dia
Se horripilaron al mirar que el pecho
Del fruto de su union, de sierpes hecho
En el Averno oscuro parecía.

Al sentirse en el mundo abandonada
Pidió á Curiosidad la necia, abrigo,
Y encontróse feliz en su morada.

Halló en el torpe Maldecir testigo,
De los Rencores viles se vió armada
Y en cada Criminal tuvo un amigo.



Francisco Sosa Escalante

Quantum mutatus ab illo

-- de Francisco Sosa Escalante --

¡Coronas de laurel! para el guerrero
Emblema hermoso de eternal memoria,
Coronas esculpidas por la historia
En el bronce ó el mármol duradero:

Si un tiempo fuísteis el afan primero
Del inspirado trovador, su gloria,
Os habeis convertido en irrisoria
Ofrenda concedida hasta al torero.

Del histrion infeliz ornais la frente
Entre el aplauso de la turba necia
Que el circo asorda cual turbion rugiente.

Quien de sensato con razón se precia
¡Oh coronas! os mira indiferente,
Y vuestro brillo el pensador desprecia.



Francisco Sosa Escalante

Vanitas

-- de Francisco Sosa Escalante --

¡Oh pobre humanidad! el golpe fiero
De la implacable mano de la muerte,
En instante brevísimo convierte
En humo y nada tu esplendor primero.

Gigante roble que miró altanero
Las recias tempestades, y que fuerte
Por siempre se creyó, la infausta suerte
Obtiene de la flor: polvo es ligero!

¿Por qué si pasas como sombra vana
Y tu poder tan presto desparece,
Tu mente llena vanidad insana?

¡Oh loca humanidad! te desvanece
La vil lisonja que en mentir se afana,
Y necia olvidas lo que no perece.



Ramón de Campoamor

Amar y querer

-- de Ramón de Campoamor --

A la infiel más infiel de las hermosas

un hombre la quería y yo la amaba;

y ella a un tiempo a los dos nos encantaba

con la miel de sus frases engañosas.

Mientras él, con sus flores venenosas,

queriéndola, su aliento empozoñaba,

yo de ella ante los pies, que idolatraba,

acabadas de abrir echaba rosas.

De su favor ya en vano el aire arrecía;

mintió a los dos, y sufrirá el castigo

que uno le da por vil, y otro por necia.

No hallará paz con él, ni bien conmigo

él que sólo la quiso, la desprecia;

yo, que tanto la amaba, la maldigo.



Ramón de Campoamor

Excusas necias

-- de Ramón de Campoamor --

HACIA el nido de un cuervo
Sube un reptil protervo,
Que de otro manjar falto,
De huevos se apercibe;
Mas al dar el salto,
Creyendo al cuervo ausente, oyó: — «¿Quién vive?»

—«Perdone usted; no es nada
(Dijo con voz turbada);
El hallarme soñando
Mi indiscreción abone;
Pues llegué aquí rodando,
Mas desperté y me vuelvo: usted perdone».

— «¡Hola, traidor vecino!
(Dijo el cuervo ladino),
¿Cuando el sueño te priva.
Sin costarte trabajo
Te ruedas hacia arriba?
Pues a ver cómo ruedas hacia abajo».

Y remontando el vuelo
Lo suelta desde el cielo,
Por más que ya difunto
El reptil lo rehúsa;
Y ¡plaf! reventó al punto.
¡Digno castigo de su necia excusa!

Campoamor.



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