Buscar Poemas con Merecido


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Se han encontrado 10 poemas con la palabra merecido

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Lope de Vega

De la ignorancia en que dormí recuerdo

-- de Lope de Vega --

De la ignorancia en que dormí recuerdo
el tiempo que a la envidia tuve en poco,
pues a tenerla agora me provoco
de los que viven fuera de su acuerdo.

Tú ganas sin sentir; sintiendo pierdo;
gozas tocando; imaginando toco;
dichoso loco, pues mereces loco
lo que jamás he merecido cuerdo.

Si es loco Amor, ¿por qué soy yo tenido
por cuerdo?. Y si soy cuerdo, ¿qué procura
Amor con tanta fuerza en mi sentido?

Loco, pues me ganaste la ventura,
troquemos el discurso, o el vestido:
toma mi seso, y dame tu locura.

Poema De la ignorancia en que dormí recuerdo de Lope de Vega con fondo de libro

Lope de Vega

Parca, ¿tan de improviso, airada y fuerte

-- de Lope de Vega --

Parca, ¿tan de improviso airada y fuerte
siegas la vega donde fui nacido
con la guadaña de tu fiero olvido,
que en seco polvo nuestra flor convierte?

¿Ni vale el nombre ni el valor se advierte?
Cárcel de enfermedad no ha precedido,
ni información de haberla merecido,
y, ¿sin proceso le condenas, Muerte?

Oh tribunal, a donde no hay reparo,
¿en un hora del mundo se destierra
a quién Félix nació, sin que lo fuese?

Mas justo fue, que siendo sol tan claro,
se pusiese al ocaso de la tierra,
y al oriente del cielo amaneciese.

Poema Parca, ¿tan de improviso, airada y fuerte de Lope de Vega con fondo de libro

Juan de Tassis y Peralta

cuando me trato más, menos me entiendo

-- de Juan de Tassis y Peralta --

Hallo razones que perder conmigo,
lo que procuro más, más contradigo
con porfiar y no ofender sirviendo.
La fe jamás con la esperanza ofendo,
desconfiando más, menos me obligo;
el padecer no puede ser castigo,
pues sólo es padecer lo que pretendo.
De un agravio, señora, merecido,
siempre será remedio aquel tormento
que cuanto mayor es, más se procura;
porque para morir agradecido
basta de vos aquel conocimiento
con que nunca eche menos la ventura.

Poema cuando me trato más, menos me entiendo de Juan de Tassis y Peralta con fondo de libro

Gutierre de Cetina

vos sois todo mi bien, vois lo habéis sido

-- de Gutierre de Cetina --

Si he dicho alguna vez, señora mía,
que habéis sido mi mal, no lo entendía:
hablaba con pasión o sin sentido.
Yo soy todo mi mal, yo lo he querido;
de mí viene, en mí nace, en mí se cría;
tan satisfecha de él mi fantasía,
que el mal no piensa haber bien merecido.
Vos fuisteis, vos seréis mi buena suerte;
si el mal desvarïar me hace al cuanto,
esta es mi voluntad libre y postrera.
Pues si, con verme al punto de la muerte,
por ser por vos el mal lo tengo en tanto,
¡ved que hiciera el bien si lo tuviera!



Gutierre de Cetina

notorio es en el mundo aquel tormento

-- de Gutierre de Cetina --

Que en el infierno tántalo padece,
do el agua y el manjar le desfallece,
teniendo entre los dos perpetuo asiento.
Yo en el infierno acá que el sentimiento
a un alma triste, enamorada, ofrece,
de un fiero desear, que le parece,
infernalmente atormentar me siento.
Mas, ¡ay!, ¿qué digo yo? ¡quédesvarío!:
que su tormento es pena de pecado
y el mío injusto mal no merecido.
Y de tanto es más grave el daño mío,
que él desea el manjar que no ha probado
y yo el que solía gozar y he ya perdido.



Soneto con estrambote

-- de Juan Díaz Rengifo --

Este grandioso Túmulo erigido,
fúnebre pompa de cristiano afecto,
al más hermoso, y al mayor sujeto
que injusto triunfo de la Parca ha sido,

este consigo mismo competido,
de lealtad, y de amor piadoso efecto
funesto Ocaso es hoy del más perfecto
sol, que gozar España ha merecido.

Con un golpe mortal, en breve instante
al gran Philipo, su divina Aurora,
la Lis francesa, la beldad galante,

quitó, llevó la Muerte robadora:
Mas si en eterno imperio brillante,
tantos de gloria grados atesora.

Para que España llora
a Isabel de Borbón, que muerta yace,
si al Cielo Fénix inmortal renace.



Francisco de Quevedo

las tres musas últimas castellanas 83

-- de Francisco de Quevedo --

De los misterios a los brindis llevas,
¡oh! baltasar, los vasos más divinos,
y de los sacrificios a los vinos,
porque injurias de dios, profano, bebas.
¡Qué a difamar los cálices te atrevas,
que vinieron del templo peregrinos,
juntando a ceremonias desatinos
y a ancianos ritos tus blasfemias nuevas!
después de haber, sacrílego, bebido
toda la edad a baco en urna santa,
mojado el seso y húmedo el sentido,
¿ver una mano en la pared te espanta,
habiendo tu garganta merecido,
no que escriba, que corte tu garganta?



Francisco de Quevedo

a lope de vega

-- de Francisco de Quevedo --

Las fuerzas, peregrino celebrado,
afrentará del tiempo y del olvido
el libro que, por tuyo, ha merecido
ser del uno y del otro respetado.
Con lazos de oro y yedra acompañado,
el laurel con tu frente está corrido
de ver que tus escritos han podido
hacer cortos los premios que te ha dado.
La invidia su verdugo y su tormento
hace del nombre que cantando cobras,
y con tu gloria su martirio crece.
Mas yo disculpo tal atrevimiento,
si con lo que ella muerde de tus obras
la boca, lengua y dientes enriquece.



Francisco de Quevedo

parnaso español 38

-- de Francisco de Quevedo --

Lágrimas alquiladas del contento
lloran difunto al padre y al marido;
y el perdido caudal ha merecido
solamente verdad en el lamento.
Codicia, no razón ni entendimiento,
gobierna los efectos del sentido:
quien pierde hacienda dice que ha perdido;
no el que convierte en logro el monumento.
Los sacrosantos bultos adorados
ven sus muslos raídos, por el oro;
sus barbas y cabellos, arrancados.
Y el ser los dioses masa de tesoro,
los tiene al fuego y cuño condenados,
y al tonante, fundido en cisne y toro.



Francisco de Quevedo

A Lope de Vega (Quevedo)

-- de Francisco de Quevedo --

Las fuerzas, Peregrino celebrado,
afrentará del tiempo y del olvido
el libro que, por tuyo, ha merecido
ser del uno y del otro respetado.

Con lazos de oro y yedra acompañado,
el laurel con tu frente está corrido
de ver que tus escritos han podido
hacer cortos los premios que te ha dado.

La invidia su verdugo y su tormento
hace del nombre que cantando cobras,
y con tu gloria su martirio crece.

Mas yo disculpo tal atrevimiento,
si con lo que ella muerde de tus obras
la boca, lengua y dientes enriquece.



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