Buscar Poemas con Manitas


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Se han encontrado 4 poemas con la palabra manitas

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Gabriela Mistral

manitas

-- de Gabriela Mistral --

Manitas de los niños,
manitas pedigüeñas,
de los valles del mundo
sois dueñas.
Manitas de los niños
que al granado se tienden,
por vosotros las frutas
se encienden.
Y los panales llenos
de su carga se ofenden.
¡Y los hombres que pasan
no entienden!
manitas blancas, hechas
como de suave harina,
la espiga por tocaros
se inclina.
Manitas extendidas,
piñón, caracolitos,
bendito quien os colme,
¡bendito!
benditos los que oyendo
que parecéis un grito,
os devuelvan al mundo:
¡benditos!

Poema manitas de Gabriela Mistral con fondo de libro

César Vallejo

Trilce: XLVII

-- de César Vallejo --

Ciliado arrecife donde nací,
según refieren cronicones y pliegos
de labios familiares historiados
en segunda gracia.

Ciliado archipiélago, te desislas a fondo,
a fondo, archipiélago mío!
Duras todavía las articulaciones
al camino, como cuando nos instan,
y nosotros no cedemos por nada.

Al ver los párpados cerrados,
implumes mayorcitos, devorando azules bombones,
se carcajean pericotes viejos.
Los párpados cerrados, correo si, cuando nacemos,
siempre no fuese tiempo todavía.

Se va el altar, el cirio para
que no le pasase nada a mi madre,
y por mí que sería con los años, si Dios
quería, Obispo, Papa, Santo, o talvez
sólo un columnario dolor de cabeza.

Y las manitas que se abarquillan
asiéndose de algo flotante,
a no querer quedarse.
Y siendo ya la 1.

Poema Trilce: XLVII de César Vallejo con fondo de libro

César Vallejo

verano

-- de César Vallejo --

Verano, ya me voy. Y me dan pena
las manitas sumisas de tus tardes.
Llegas devotamente; llegas viejo;
y ya no encontrarás en mi alma a nadie.
Verano! y pasarás por mis balcones
con gran rosario de amatistas y oros,
como un obispo triste que llegara
de lejos a buscar y bendecir
los rotos aros de unos muertos novios.
Verano, ya me voy. Allá, en setiembre
tengo una rosa que te encargo mucho;
la regarás de agua bendita todos
los días de pecado y de sepulcro.
Si a fuerza de llorar el mausoleo,
con luz de fe su mármol aletea,
levanta en alto tu responso, y pide
a dios que siga para siempre muerta.
Todo ha de ser ya tarde;
y tú no encontrarás en mi alma a nadie.
Ya no llores, verano! en aquel surco
muere una rosa que renace mucho...

Poema verano de César Vallejo con fondo de libro

César Vallejo

ciliado arrecife donde nací

-- de César Vallejo --

xlvii
ciliado arrecife donde nací,
según refieren cronicones y pliegos
de labios familiares historiados
en segunda gracia.
Ciliado archipiélago, te desislas a fondo,
a fondo, archipiélago mío!
duras todavía las articulaciones
al camino, como cuando nos instan,
y nosotros no cedemos por nada.
Al ver los párpados cerrados,
implumes mayorcitos, devorando azules bombones,
se carcajean pericotes viejos.
Los párpados cerrados, correo si, cuando nacemos,
siempre no fuese tiempo todavía.
Se va el altar, el cirio para
que no le pasase nada a mi madre,
y por mí que sería con los años, si dios
quería, obispo, papa, santo, o talvez
sólo un columnario dolor de cabeza.
Y las manitas que se abarquillan
asiéndose de algo flotante,
a no querer quedarse.
Y siendo ya la 1.



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