Buscar Poemas con Lujoso


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Se han encontrado 11 poemas con la palabra lujoso

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Jorge Isaacs

SÓLO AMISTAD

-- de Jorge Isaacs --

A la eterna amistad que así me juras,
Tu desdén y tu olvido ya prefiero.
¿Sólo amistad tus ojos me ofrecían?
¿Sólo amistad mis labios te pidieron?

De tu perjurio, en pago mi perjurio,
De tu cobarde amor, mi amor en premio,
Demandas hoy, ¡ahora que arrancarte
Del humillado corazón no puedo!

Si no he soñado que te amé y me amaste,
Si esa felicidad no ha sido un sueño
y nuestro amor fue un crimen... Ese crimen
A mi vida te unió con lazo eterno.

Cuando a la luz del arrebol lujoso,
De la verde ribera en los oteros
Silvestres flores para mí cogías
Con que adornaba yo tus bucles negros;

Cuando en la cima del peñón, el río
A nuestros pies rodando turbulento,
Libres como las aves que cruzaban
El horizonte azul con tardo vuelo,

Te oprimí temblorosa entre mis brazos
Y enjugaron tus lágrimas mis besos...
¿Sólo amistad entonces me ofrecías?
¿Sólo amistad mis labios te pidieron?

Poema SÓLO AMISTAD de Jorge Isaacs con fondo de libro

César Vallejo

piensan los viejos asnos

-- de César Vallejo --

Ahora vestiríame
de músico por verle,
chocaría con su alma, sobándole el destino con mi mano,
le dejaría tranquilo, ya que es un alma a pausas,
en fin, le dejaría
posiblemente muerto sobre su cuerpo muerto.
Podría hoy dilatarse en este frío,
podría toser; le vi bostezar, duplicándose en mioído
su aciago movimiento muscular.
Tal me refiero a un hombre, a su placa positiva
y, ¿por qué nó? a su boldo ejecutante,
aquel horrible filamento lujoso;
a su bastón con puño de plata con perrito,
y a los niños
que él dijo eran sus fúnebres cuñados.
Por eso vestiríame hoy de músico,
chocaría con su alma que quedóse mirando a mi materia...
¡Mas ya nunca veréle afeitándose al pie de sumañana;
ya nunca, ya jamás, ya para qué!
¡hay que ver! ¡qué cosa cosa!
¡qué jamás de jamases su jamás!

Poema piensan los viejos asnos de César Vallejo con fondo de libro

Vicente Gallego

en la casa de nadie

-- de Vicente Gallego --

A josé luis martínez
futuros galeotes
de este sueño engañoso, mirad a quien amáis:
mirad cómo apuntala el frágil entramado
su ser de vuestro ser.
¿Es posible que muera?
¿y quién sabrá deciros que fue nuestra
la dicha virginal que hoy se os ofrece?
¿quién sabrá convenceros
de que nosotros fuimos, como vosotros sois,
dueños solos del mundo, que floreció el jazmín
tan sólo por nosotros, que se inventó el amor
para nosotros sólo?
qué milagro perverso
¿y quién lo hizo?,
qué lujoso derroche nuestra naturaleza:
desguarnecido pájaro de inquebrantable aliento
que su verdad le canta, despreciando la noche,
a su perfecta aurora.
Dueños solos del mundo,
como dueño del mundo
os deseo fortuna en esta casa,
esta casa de nadie donde la nada urde
vuestra luz venidera en mi balcón de sombra.

Poema en la casa de nadie de Vicente Gallego con fondo de libro

Manuel Reina

A media noche (Reina)

-- de Manuel Reina --

Choca tu dulce boca con la mía,
mujer deslumbradora;
y brotará la ardiente poesía
que mi mente atesora.

Deja, deja que rompa ese lujoso
traje de terciopelo
que oculta, como amante cariñoso,
de tu belleza el cielo.

Quiero una bacanal regia y grandiosa;
que el dios de los amores
en ella cubra tu cabeza hermosa
de perfumadas flores.

Un banquete de dioses, una orgía
tan rica y deslumbrante,
que exceda a la más bella fantasía
del genio más gigante.

Que esté el salón cubierto de brocados,
y telas suntuosas;
la mesa, de manjares delicados
y de divinas rosas.

Y que haya esos licores deliciosos
coronados de llamas,
que engendran en la mente luminosos
y bellos panoramas.

Los generosos vinos espumantes
dejemos al olvido;
¡quiero beber en copa de brillantes
el oro derretido!

Y cuando de estos goces y delicias
esté mi pecho lleno,
expirar entre besos y caricias,
reclinado en tu seno.



Marilina Rébora

con mis viejos retratos...

-- de Marilina Rébora --

Con mis viejos retratos...
Señor, quiero ser yo, y sólo con lo mío,
por humilde que sea, aun pobre y pequeño;
nada de adornos vanos ni lujoso atavío
ni aquello que deslumbra en ambicioso sueño.
No quiero en devaneo, tampoco en desvarío,
lo que no corresponda, aunque sea halagüeño;
es triste lo ficticio, y mucho de vacío
disponer como propio de lo que no se es dueño.
Quedar con nuestras cosas, lo que en verdad motiva
y es razón de vivir en el cabal sentido
unos viejos retratos, tal lámpara votiva
y la talla minúscula del antiguo san roque,
y conmigo ser yo es lo que quiero y pido,
dentro de lo que fuera y lo que al fin me toque.



Evaristo Carriego

A la antigua

-- de Evaristo Carriego --

¡Oh, señora: gentil dama de mis noches,
¡oh, señora, mi señora, yo le ruego
que abandone esa romántica novela:
orgullosa favorita de sus dedos.

Que abandone sus historias de aventuras,
donde hay citas, donde hay dueñas y escuderos
callejuelas y sombríos embozados
y tizonas y amorosos devaneos;

acechanzas del camino y estocadas
de cadetes o gallardos mosqueteros,
y, amador noble y rendido de su reina,
algún Buckinghan lujoso y altanero.

Que abandone, le repito, su romance,
su romance mentiroso, pues confieso
que me enoja la atención que le dispensa,
con agravio de mis quejas y mis celos.



José Asunción Silva

idilio

-- de José Asunción Silva --

Sencilla y grata vida de la aldea
levantarse al nacer de la mañana
cuando su luz en la extensión clarea
y se quiebra en la cúpula lejana,
vagar a la ventura en el boscaje...
Espiar en los recodos del camino
el momento en que el ave enamorada
oculta en el follaje
sus esperanzas y sus dichas canta.
En rústicavasija
coronada de espuma
libar la leche, contemplar la bruma
que en el fondo del valle se levanta,
el aire respirar embalsamado
con los suaves olores
de la savia y lasflores,
tomar fuerza en la calma majestuosa
donde la vida universal germina,
en ignotos lugares
que no ha hollado la vana muchedumbre
en el bosque de cedros seculares
del alto monte en la empinada cumbre;
después, tranquilamente
bañarse en el remanso de la fuente.
Con el rural trabajo
que a los músculos da fuerza de acero
y que las fuentes abre de riqueza
endurecer el brazo fatigado
y devolverle calma a la cabeza,
sin fatigas, sin penas, sin engaños
dejar correr los años
y en la postrera
descansar, no en lujoso monumento
sino bajo el follaje
del verde sauce a su tranquila sombra,



José Martí

mucho, señora, daría

-- de José Martí --

xliii
mucho, señora, daría
por tender sobre tu espalda
tu cabellera bravía,
tu cabellera de gualda:
despacio la tendería,
callado la besaría.
Por sobre la oreja fina
baja lujoso el cabello,
lo mismo que una cortina
que se levanta hacia el cuello.
La oreja es obra divina
de porcelana de china.
Mucho, señora, te diera
por desenredar el nudo
de tu roja cabellera
sobre tu cuello desnudo:
muy despacio la esparciera,
hilo por hilo la abriera.



Arcano

-- de Clementina Isabel Azlor --

¿Qué mano misteriosa erizó de doradas,
promisorias espigas, el siniestro abrojal?
¿Qué vendaval maldito derramó la simiente
que hoy viste de esmeralda lujoso el cenagal?

¿Qué espíritu invisible llegó en la tarde lívida
a borrar con su magia la apariencia del mal?
¿Quién te dio esa sonrisa seductora y aviesa?
¿Quién te puso en los labios ese embrujo fatal?



Rubén Darío

rima i

-- de Rubén Darío --

En el libro lujoso se advierten
las rimas triunfales:
bizantinos mozaicos, pulidos
y raros esmaltes,
fino estuche de artísticas joyas,
ideas brillantes;
los vocablos unidos a modo
de ricos collares;
las ideas formando en el ritmo
sus bellos engarces,
y los versos como hilos de oro
do irisadas tiemblan
perlas orientales.
¡Y mirad! en las mil filigranas
hallaréis alfileres punzantes;
y, en la pedrería,
trémulas facetas
de color de sangre.



Rubén Darío

Rima I (Rubén Darío)

-- de Rubén Darío --

En el libro lujoso se advierten
las rimas triunfales:
bizantinos mozaicos, pulidos
y raros esmaltes,
fino estuche de artísticas joyas,
ideas brillantes;
los vocablos unidos a modo
de ricos collares;
las ideas formando en el ritmo
sus bellos engarces,
y los versos como hilos de oro
do irisadas tiemblan
perlas orientales.
¡Y mirad! En las mil filigranas
hallaréis alfileres punzantes;
y, en la pedrería,
trémulas facetas
de color de sangre.



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