·En el buscador de poemas puedes encontrar entre más de doce mil poemas todos aquellos que contienen las palabras de búsqueda. Los poemas forman parte de la antología poética de los 344 poetas más importantes en lengua Española de todos los tiempo. Puedes elegir entre dos tipos de búsqueda:
·Buscar entre todos los poemas los que contienen las palabras de la búsqueda.
·Buscar sólo los poemas cortos -aquellos que tienen 8 versos o menos- que coinciden con el criterio de búsqueda.
Si lo prefieres puedes ver sólo los poemas cortos, aquellos que tienen ocho versos o menos aquí
-- de Pedro Antonio de Alarcón --
¡Cuántas veces fugaz la Primavera
vistió de flores mil el campo abierto,
hora tornado en árido desierto,
ni sombra ya de lo que en Mayo fuera!
En tanto aquella flor, la flor primera,
logro de afanes en cerrado huerto,
ve trocada el colono en fruto cierto,
de árboles mil semilla duradera.
¡Así la juventud! ¡Así la vida!
La que en vanos placeres se consume,
olvidada a la tarde desfallece:
en tanto que la fiel y recogida
que a un solo amor consagra su perfume,
más allá de la tumba reverdece.
Poema "El fruto de bendición" de Pedro Antonio de Alarcón
-- de José Ángel Buesa --
Amar nadie lo ignora viene a ser como un juego:
el juego de dos almas y el juego de dos vidas.
Y hay quien gana y quien pierde. Tal vez lo sabrás luego,
si yo logro olvidarte pero tú no me olvidas.
Yo sé por qué lo digo. La vida tiene un modo
sutil de detenerse mientras sigue adelante,
y una mujer bonita puede olvidarlo todo
menos su última cita con su primer amante.
Por eso, allá... Tan lejos... En tus tardes de hastío,
puede ser que comprendas que el hombre a quien quisiste
llenó de mariposas tu corazón vacío
y de fechas alegres tu calendario triste.
Y como tu pasado no pasó todavía
tendrás que recordarme viendo en tu tocador
aquellos espejuelos oscuros con que un día
disimulaste un poco tus tijeras de amor.
Y yo sé que otro día, de rezos y conjuros,
te dirán que me he muerto yo sé que será así
y te pondrás los mismos espejuelos oscuros
para que nadie sepa que lloraste por mí.
Poema "poema para olvidarte" de José Ángel Buesa
-- de Vicente García de la Huerta --
Dices que no merezco, dueño mío,
ser de ti amado; como si no vieras
cada momento pruebas verdaderas
de que tú sola riges mi albedrío.
Vierta la envidia de tu seno impío
contra mi firme amor calumnias fieras;
pues, como que estoy hecho a sus quimeras,
sus artes y acechanzas desafío.
La verdad que ha triunfado en mis desgracias
también contrastará las imposturas
que me usurpan el logro de tus gracias;
mas, ay, que si tu fe no me aseguras,
aún podrá ser que triunfen las falacias
si su auxilio las dan mis desventuras.
Poema "Auxilio pedido a Filis" de Vicente García de la Huerta
-- de Vicente García de la Huerta --
Perdona, Lisa mía, la extrañeza,
si en dicha que es mayor que la esperanza,
en idioma de mi desconfianza
lastima tus oídos mi fineza,
que hiciera agravio a la mayor belleza,
si tranquilo en mi torpe confianza
no temiera en mis dichas la mudanza
que tu mérito inspira y mi rudeza.
Disculpe tu gallardo entendimiento
mis tiernos siempre apasionados modos,
dialecto del temor más importuno,
nacido de mi fiel conocimiento;
que, aunque gloria mayor logro de todos,
también merezco menos que ninguno.
Poema "Disculpa de una injusta desconfianza" de Vicente García de la Huerta
-- de Vicente García de la Huerta --
De tu dueño tirano los recelos,
castigo de una vil desconfianza,
con dilatar el fin a mi esperanza
defraudan de su logro a mis anhelos.
Él pena, Filis, con sus duros celos,
y como tanto mal a mí me alcanza,
dudo a donde se inclina la balanza,
Filis, si a su pesar o mis desvelos.
Él goza, aunque celoso, tu hermosura,
si bien aborrecido; yo, privado
de tanta gloria, aunque adorado, muero.
Pero, ¿dónde me lleva mi locura?
Muera mil veces yo desesperado,
que antes morir que estar celoso quiero.
Poema "Preferencia dada a todas las desdichas sobre los celos" de Vicente García de la Huerta
-- de Vicente Huidobro --
Quiero desaparecer y no morir
quiero no ser y perdurar
y saber que perduro
llamo a las puertas de la muerte
y me retiro
llamo a la vida y huyo avergonzado
quiero ser toda mi alma y no lo puedo
quiero todo mi cuerpo y no lo logro
Poema "poemas póstumos 4" de Vicente Huidobro
-- de Vicente Ruiz Llamas --
No quiero que me quieras ni quererte
y fiero mal me causa el olvidarte,
quiero que no me adores ni adorarte
y tu ingrato desdén me da la muerte.
Lejos siempre de mí quiero tenerte
para gozar feliz con no mirarte
y profundo pesar es no hallarte
y negra pesadilla es no verte.
Pasó soñando el bienestar querido
y no logro calmar mi dolor fiero
que esperando el mañana apetecido
jamás consigo lo que tanto espero,
porque quiero olvidarte y no te olvido
y dejar de quererte y más te quiero.
Poema "Soneto inspirado en un cantar popular" de Vicente Ruiz Llamas
-- de Miguel Unamuno --
Para hipócrita no hay como la hormiga
queriendo hacernos ver como trabaja,
viene y va, vuelve, torna, sube y baja
arrastrando á las veces una miga.
Afán de logro dicen que la hostiga
y que do quiera busca sacar raja
y que deja cantando entre la paja
á la cigarra y que se va á la espiga.
Poema "Hipocresía de la hormiga" de Miguel Unamuno
-- de Miguel Unamuno --
Madre, llévame a la cama.
Madre, llévame a la cama,
que no me tengo de pie.
Ven, hijo, Dios te bendiga
y no te dejes caer.
No te vayas de mi lado,
cántame el cantar aquél.
Me lo cantaba mi madre;
de mocita lo olvidé,
cuando te apreté a mis pechos
contigo lo recordé.
¿Qué dice el cantar, mi madre,
qué dice el cantar aquél?
No dice, hijo mío, reza,
reza palabras de miel;
reza palabras de ensueño
que nada dicen sin él.
¿Estás aquí, madre mía?
porque no te logro ver....
Estoy aquí, con tu sueño;
duerme, hijo mío, con fe.
Poema "Madre, llévame a la cama" de Miguel Unamuno
-- de Francisco de Quevedo --
Si lo que ofrece el pobre al poderoso,
licas, a logro es don interesado,
pues da por recibir, menos cuidado
pedigüeño dará que dadivoso.
Yo, que mendigo soy, más no ambicioso,
apenas de mi sombra acompañado,
con lo que no te doy he disculpado
en mi necesidad lo cauteloso.
Pues que tu hacienda a mi caudal excede,
deja que el ruego tu socorro cobre,
por quien mi desnudez sola intercede.
No aguades que mañosa ofrenda obre,
pues solo con no dar al rico puede
ser con el rico liberal el pobre.
Poema "parnaso español 47" de Francisco de Quevedo
-- de Francisco de Quevedo --
Lágrimas alquiladas del contento
lloran difunto al padre y al marido;
y el perdido caudal ha merecido
solamente verdad en el lamento.
Codicia, no razón ni entendimiento,
gobierna los efectos del sentido:
quien pierde hacienda dice que ha perdido;
no el que convierte en logro el monumento.
Los sacrosantos bultos adorados
ven sus muslos raídos, por el oro;
sus barbas y cabellos, arrancados.
Y el ser los dioses masa de tesoro,
los tiene al fuego y cuño condenados,
y al tonante, fundido en cisne y toro.
Poema "parnaso español 38" de Francisco de Quevedo
-- de Carolina Coronado --
Buen joven, en hora aciaga
fijasteis en mí los ojos,
pues los fijasteis risueños
y los apartáis llorosos.
Mal os quieren los amores
cuando eligen en su encono
mi corazón para blanco
de vuestro empeño amoroso.
Y en verdad que son injustos
pues ni antes, de vuestro rostro
ni después, he visto alguno
con perfiles más hermosos.
Inútil en vuestra cara
es el perfecto contorno
pues para ganar las almas
tenéis demás con los ojos.
Y, por el mismo santiago
que en un alazán brioso
vuestro talle y apostura
dar pueden al santo enojos.
Mas entre sí están los nuestros
corazones tan remotos,
que el uno al sud, el otro al norte,
fuego es uno, hielo el otro.
Juzgo no habéis de enojaros,
por mi desdén caprichoso,
mancebo, si ves despacio
cuál pierde más de nosotros.
Vos de galán lográis fama
con vuestro afecto amoroso,
yo en no amaros gloria pierdo
y fama de esquiva logro.
Y si queda aquí humillado
alguno, es mi orgullo loco,
pues desdeñándoos se ofende
y se castiga a sí propio.
Por eso la compasión
que demandáis no os otorgo,
porque entre amarme y no amaros
Poema "a un amador" de Carolina Coronado