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Se han encontrado 13 poemas con la palabra lograr

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Amado Nervo

diálogo

-- de Amado Nervo --

El desaliento
¡por qué empeñarse en buscar
a quién se quiere esconder!
si dios no se deja ver,
alma, ¿cómo les has de hallar?
y aún pretendes lograr
que esa esfinge que se esconde
y calla, te diga dónde
recobrarás a tu muerta.
¡Ilusa, llama a otra puerta,
que en ésta nadie responde!
la esperanza
hay que empeñarse en buscar
a quien se quiere esconder.
Si dios no se deja ver,
alma, le tienes que hallar
por fuerza.
Y has de lograr
que esa esfinge que se esconde
y calla, te diga dónde
recobrarás a tu muerta.
¡Si la fe llama a una puerta,
el amor siempre responde!

Poema diálogo de Amado Nervo con fondo de libro

Emilio Bobadilla

Derroche nocivo

-- de Emilio Bobadilla --

Millones y millones derrochas en cañones
—¡con qué placer te aprestas a matar al vecino!—
y en tus vicios derrochas millones y millones
porque naciste loco, criminal, libertino.

Haces el bien a gritos porque lo sepan todos;
en lo privado, injusto; en público, altruísta;
para lograr tus fines ¡qué variedad de modos!
y siéndolo, no quieres pasar por egoísta.

Las fachadas ¡qué limpias y lo interno qué sucio!
¿Por qué en engañarte y engañarnos te aferras,
tú, que invocas lo bueno de un Cristo o de un Confucio?

¡Cuánto de paradójico tu pensamiento tiene:
siempre tienes dinero para vicios y guerras;
nunca tienes dinero para escuelas e higiene!

Poema Derroche nocivo de Emilio Bobadilla con fondo de libro

Oliverio Girondo

me estrechaba entre sus brazos chatos y se adhería a mi cuerpo

-- de Oliverio Girondo --

Me estrechaba entre sus brazos chatos y se adhería a mi cuerpo,con una violenta viscosidad de molusco. Una secreción pegajosame iba envolviendo, poco a poco, hasta lograr inmovilizarme. De cadauno de sus poros surgía una especie de uña que meperforaba la epidermis. Sus senos comenzaban a hervir. Unaexudación fosforescente le iluminaba el cuello, las caderas;hasta que su sexo lleno de espinas y de tentáculos seincrustaba en mi sexo, precipitándome en una serie de espasmosexasperantes.
Era inútil que le escupiese en los párpados, en lasconcavidades de la nariz. Era inútil que le gritara mi odio y midesprecio. Hasta que la última gota de esperma no se medesprendía de la nuca, para perforarme el espinazo como una gotade lacre derretido, sus encías continuaban sorbiendo midesesperación; y antes de abandonarme me dejaba sus millones deuñas hundidas en la carne y no tenía otro remedio quepasarme la noche arrancándomelas con unas pinzas, para poderecharme una gota de yodo en cada una de las heridas...
¡Bonita fiesta la de ser un durmiente que usufructúa de lapredilección de los súcubos!

Poema me estrechaba entre sus brazos chatos y se adhería a mi cuerpo de Oliverio Girondo con fondo de libro

José Ángel Buesa

así, verte de lejos

-- de José Ángel Buesa --

Así, verte de lejos, definitivamente.
Tú vas con otro hombre, y yo con otra mujer.
Así, como el agua que brota de una fuente,
aquellos bellos días ya no pueden volver.
Así, verte de lejos y pasar sonriente,
como quien ya no siente lo que sentía ayer,
y lograr que mi rostro se quede indiferente
y que el gesto de hastío parezca de placer.
Así, verte de lejos, y no decirte nada
ni con una sonrisa, ni con una mirada,
y que nunca sospeches cuánto te quiero así.
Porque aunque nadie sabe lo que a nadie le digo,
la noche entera es corta para soñar contigo
y todo el día es poco para pensar en ti.



Juan de Tassis y Peralta

amor es un alterno beneficio

-- de Juan de Tassis y Peralta --

Que recíprocos lazos multiplica,
unión de voluntades que se aplica
a felizmente acepto sacrificio;
gloriosa diversión, atento oficio
de un alma ya de afectos nobles rica,
dulcísima abusión que califica
en sublime concordia alto ejercicio;
vïolenta opresión que se dispone
a lograr en sí misma, interiormente,
fe que en gémina luz rayos enciende;
pasto que la ambición del gusto pone,
dulce dolor que aplaude lo que siente,
arte en que ignora más, quien más entiende.



Sor Juana Inés de la Cruz

Este amoroso tormento

-- de Sor Juana Inés de la Cruz --

Este amoroso tormento
que en mi corazón se ve,
se que lo siento y no sé
la causa porque lo siento

Siento una grave agonía
por lograr un devaneo,
que empieza como deseo
y para en melancolía.

Y cuando con mas terneza
mi infeliz estado lloro
sé que estoy triste e ignoro
la causa de mi tristeza.

Siento un anhelo tirano
por la ocasión a que aspiro,
y cuando cerca la miro
yo misma aparto la mano.
Porque si acaso se ofrece,
después de tanto desvelo
la desazona el recelo
o el susto la desvanece.

Y si alguna vez sin susto
consigo tal posesión
(cualquiera) leve ocasión
me malogra todo el gusto.

Siento mal del mismo bien
con receloso temor
y me obliga el mismo amor
tal vez a mostrar desdén.



Vicente García de la Huerta

Aprecio de las penas sufridas por Filis

-- de Vicente García de la Huerta --

Rodeado mi amor de inconvenientes,
víctima, Filis, soy de mi deseo;
y es mi fineza tal que hallo recreo
en que se frustren ansias tan ardientes.

Mas ¿que gloria mayor que al ver que sientes
mis desgracias por tuyas? Pues no creo
que pueda yo lograr mayor trofeo
ni ellas más premio que el que así me alientes.

Vengan pesares pues, vengan disgustos,
penas, fatigas, ansias, desconsuelos:
¡dichoso Hortelio cuanto más padece!

pues los males más graves trueca en gustos
saber que sólo a costa de desvelos,
y así penando, a Filis se merece.



Vicente García de la Huerta

Esperanza fundada

-- de Vicente García de la Huerta --

En el tropel de males que padezco,
de la común envidia combatido,
nuevos tormentos a mi suerte pido
y más gustoso cada vez me ofrezco.

Al odio, a las venganzas agradezco
los duros trances a que me han traído;
pues los medios, mi bien, ellos han sido
de lograr galardón que no merezco.

Muerda la envidia pues, el odio invente
calumnias nuevas, no me asusta nada,
ni haber mal puede que mi gloria impida.

Pues todo es fuerza que tu amor aumente,
pues quien así me quiere enamorada
me ha de amar mucho más compadecida.



Francisco de Quevedo

parnaso español 39

-- de Francisco de Quevedo --

Descansa, mal perdido en alta cumbre,
donde a tantas alturas te prefieres;
si no es que acocear las nubes quieres,
y en la región del fuego beber lumbre.
Ya te padece, grave pesadumbre,
tu ambición propia; peso y carga eres
de la fortuna, en que viviendo mueres:
¡y esperas que podrá mudar costumbre!
el vuelo de las águilas que miras
debajo de las alas con que vuelas,
en tu caída cebarán tus iras.
Harto crédito has dado a las cautelas.
¿Cómo puedes lograr a lo que aspiras,
si, al tiempo de expirar, soberbio anhelas?



José Cadalso

sobre el anhelo con que cada uno trabaja para lograr su objeto

-- de José Cadalso --

El héroe joven en la atroz milicia;
supúltase en el mar por su avaricia
el necio, que engañaron mar y viento.
Hace prisión su lúgrube aposento
el sabio por saber; y por codicia
el que al duro metal de la malicia
fio su corazón y su contento.
Por su cosecha sufre el sol ardiente
el labrador, y pasa noche y día
el cazador de su familia ausente.
Yo también llevaré con alegría
cuantos sustos el orbe me presente,
sólo por agradarte, filis mía.



Catalina Clara Ramírez de Guzmán

Al temor

-- de Catalina Clara Ramírez de Guzmán --

Deja vivir, Temor, a mi esperanza,
que apenas nace cuando a penas muere;
y si no ha de lograr, deja que espere,
ya que está el bien del mal en la tardanza.
No tengo en sus promesas confianza,
mas le agadezco que adularme quiere;
no estorbes que me engañe si pudiere,
fingiendo que en mi mal habrá mudanza.
Si esperar la esperanza me entretiene,
deja tan orto alivio a mi tormento
que por lisonja el gusto lo previene.
No me nieges,Temor, tan corto aliento;
ya sé que el concederte me conviene,
que es seguir la esperanza asir el viento.



Ramón de Campoamor

La cruzada de Pachín

-- de Ramón de Campoamor --

Como cruzado, a Judea

fue de escudero Pachín

con el abad de la aldea

de Serín.

Para hacer un relicario

juró traer a su amor

un pedazo del sudario

del Señor.

Pero Pachín ¿no sabría

que, si Dios bajó a morir,

volvió al cielo al tercer día

a subir?

Y si la tumba sagrada

no encerró a Cristo jamás,

¿qué halló en ella? -¡Polvo y nada,

nada más!

-Por un sepulcro vacío

-Pachín se atrevió a decir-,

¡cuánto hombre viene, Dios mío,

a morir!-

Y, sin lograr los tesoros

que, al ir, pensaba traer,

le valpulearon los moros

al volver.

Perdió la fe en tal jornada...

Y se condenó por fin.

Así acabó la cruzada

de Pachín.



Rosario de Acuña

La muerte (Acuña)

-- de Rosario de Acuña --

¿Es dormir sin ensueños y en la hundida
fosa quedar en eternal reposo?
O ¿es despertar del sueño pavoroso
que el hombre llama, en sus delirios, vida?

La obra del alma ¿quedará perdida,
deshecha, en el abismo tenebroso?
O ¿tendrá su empezar esplendoroso
cuando sintamos la postrera herida?

¡Qué importa lo que fuere! Si es el sueño
sin ensueño, el no ser, dormir sin tasa...
¡Es posible lograr mayor ventura!

Y si es el despertar del triste ensueño
del vivir terrenal, que al alma abrasa...
¡Hay dicha más gloriosa y más segura!



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