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-- de Lope de Vega --
Cuando lo que he de ser me considero,
¿cómo de mi bajeza me levanto?
Y si de imaginarme tal me espanto,
¿por qué me desvanezco y me prefiero?
¿Qué solicito, qué pretendo y quiero,
siendo guerra el vivir y el nacer llanto?
¿Por qué este polvo vil estimo en tanto,
si dél tan presto dividirme espero?
Si en casa que se deja, nadie gasta,
pues pierde lo que en ella se reparte,
¿qué loco engaño mi quietud contrasta?
Vida breve y mortal, dejad el arte:
que a quien se ha de partir tan presto, basta
lo necesario, en tanto que se parte.
Poema "Cuando lo que he de ser me considero" de Lope de Vega
-- de Lope de Vega --
Principios de virtud que no sabía,
porque el discurso a la razón faltaba,
cuando del cielo desterrado andaba,
áspera muestran la difícil vía.
Estaba, Elisio, el alma ingrata mía
en el Argel de su apetito esclava,
mariposa a la luz círculos daba,
buscando en la tiniebla puerta al día.
Ya mis potencias de cautivas salen,
ya levanto los ojos a los cielos,
y las olas del mar su furia aplacan.
Mas tales manos de piedad me valen,
que como tienen clavos, son anzuelos,
en que del mar de tanto error me sacan.
Poema "Principios de virtud que no sabía" de Lope de Vega
-- de Lope de Vega --
Quiero escribir, y el llanto no me deja;
pruebo a llorar, y no descanso tanto;
vuelvo a tomar la pluma, y vuelve el llanto:
todo me impide el bien, todo me aqueja.
Si el llanto dura, el alma se me queja;
si el escribir, mis ojos; y si en tanto
por muerte o por consuelo me levanto,
de entrambos la esperanza se me aleja.
Ve blanco al fin, papel, y a quien penetra
el centro deste pecho que enciende
le di (si en tanto bien pudieres verte)
que haga de mis lágrimas la letra,
pues ya que no lo siente, bien entiende:
que cuanto escribo y lloro, todo es muerte.
Poema "Quiero escribir y el llanto no me deja" de Lope de Vega
-- de Jaime Sabines --
Para hacer funcionar a las estrellas
para hacer funcionar a las estrellas es necesario apretar el botónazul.
Las rosas están insoportables en el florero.
¿Por qué me levanto a las tres de la mañana mientrastodos duermen? ¿mi corazón sonámbulo se pone a andarsobre las azoteas detectando los crímenes, investigando el amor?
tengo todas las páginas para escribir, tengo el silencio, lasoledad, el amoroso insomnio; pero sólo hay temblores subterráneos,hojas de angustia que aplasta una serpiente en sombra. No hay nada quedecir: es el presagio, sólo el presagio de nuestro nacimiento.
Poema "para hacer funcionar a las estrellas" de Jaime Sabines
-- de Dulce María Loynaz --
En mi verso soy libre: él es mi mar.
Mi mar ancho y desnudo de horizontes...
En mis versos yo ando sobre el mar,
camino sobre olas desdobladas
de otras olas y de otras olas... Ando
en mi verso; respiro, vivo, crezco
en mi verso, y en él tienen mis pies
camino y mi camino rumbo y mis
manos qué sujetar y mi esperanza
qué esperar y mi vida su sentido.
Yo soy libre en mi verso y él es libre
como yo. Nos amamos. Nos tenemos.
Fuera de él soy pequeña y me arrodillo
ante la obra de mis manos, la
tierna arcilla amasada entre mis dedos...
Dentro de él, me levanto y soy yo misma.
Poema "en mi verso soy libre" de Dulce María Loynaz
-- de Pablo Neruda --
Yo te escogí entre todas las mujeres
para que repitieras
sobre la tierra
mi corazón que baila con espigas
o lucha sin cuartel cuando hace falta.
Yo te pregunto, dónde está mi hijo?
no me esperaba en ti, reconociéndome,
y diciéndome: «llámame para salir sobre la tierra
a continuar tus luchas y tus cantos»?
devuélveme a mi hijo!
lo has olvidado en las puertas
del placer, oh pródiga
enemiga,
has olvidado que viniste a esta cita,
la más profunda, aquella
en que los dos, unidos, seguiremos hablando
por tu boca, amor mío,
ay todo aquello
que no alcanzamos a decirnos?
cuando yo te levanto en una ola
de fuego y sangre, y se duplica
la vida entre nosotros,
acuérdate
que alguien nos llama
como nadie jamás nos ha llamado,
y que no respondemos
y nos quedamos solos y cobardes
ante la vida que negamos.
Pródiga,
abre las puertas,
y que en tu corazón
el nudo ciego
se desenlace y vuele
con tu sangre y la mía
por el mundo!
Poema "la pródiga" de Pablo Neruda
-- de Pablo Neruda --
Te he hecho daño, alma mía,
he desgarrado tu alma.
Entiéndeme.
Todos saben quién soy,
pero ese soy
es además un hombre
para ti.
En ti vacilo, caigo
y me levanto ardiendo.
Tú entre todos los seres
tienes derecho
a verme débil.
Y tu pequeña mano
de pan y de guitarra
debe tocar mi pecho
cuando sale al combate.
Por eso busco en ti la firme piedra.
Ásperas manos en tu sangre clavo
buscando tu firmeza
y la profundidad que necesito,
y si no encuentro
sino tu risa de metal, si no hallo
nada en qué sostener mis duros pasos,
adorada, recibe
mi tristeza y mi cólera,
mis manos enemigas
destruyéndote un poco
para que te levantes de la arcilla,
hecha de nuevo para mis combates.
Poema "el daño" de Pablo Neruda
-- de Pablo Neruda --
Yo soy el cóndor, vuelo
sobre ti que caminas
y de pronto en un ruedo
de viento, pluma, garras,
te asalto y te levanto
en un ciclón silbante
de huracanado frío.
Y a mi torre de nieve,
a mi guarida negra
te llevo y sola vives,
y te llenas de plumas
y vuelas sobre el mundo,
inmóvil, en la altura.
Hembra cóndor, saltemos
sobre esta presa roja,
desgarremos la vida
que pasa palpitando
y levantemos juntos
nuestro vuelo salvaje.
Poema "el cóndor" de Pablo Neruda
-- de Gustavo Adolfo Bécquer --
Si copia tu frente
del río cercano la pura corriente
y miras tu rostro del amor encendido,
soy yo, que me escondo
del agua en el fondo
y, loco de amores, a amar te convido;
soy yo, que, en tu pecho buscada morada,
envío a tus ojos mi ardiente mirada,
mi blanca divina...
Y el fuego que siento la faz te ilumina.
Si en medio del valle
en tardo se trueca tu amor animado,
vacila tu planta, se pliega tu talle...
Soy yo, dueño amado,
que, en no vistos lazos
de amor anhelante, te estrecho en mis brazos;
soy yo quien te teje la alfombra florida
que vuelve a tu cuerpo la fuerza de la vida;
soy yo, que te sigo
en alas del viento soñando contigo.
Si estando en tu lecho
escuchas acaso celeste armonía
que llena de goces tu cándido pecho,
soy yo, vida mía...;
Soy yo, que levanto
al cielo tranquilo mi férvido canto;
soy yo, que, los aires cruzando ligero
por un ignorado, movible sendero,
ansioso de calma,
sediento de amores, penetro en tu alma.
Poema "rima lxxxix" de Gustavo Adolfo Bécquer
-- de Miguel Unamuno --
No me preguntes más, es mi secreto,
secreto para mí terrible y santo;
ante él me velo con un negro manto
de luto de piedad; no rompo el seto
que cierra su recinto, me someto
de mi vida al misterio, el desencanto
huyendo del saber y a Dios levanto
con mis ojos mi pecho siempre inquieto.
Hay del alma en el fondo oscura sima
y en ella hay un fatídico recodo
que es nefando franquear; allá en la cima
brilla el sol que hace polvo al sucio lodo;
alza los ojos y tu pecho anima;
conócete, mortal, mas no del todo.
Poema "Nuestro secreto I" de Miguel Unamuno
-- de Miguel Unamuno --
No me preguntes más, es mi secreto,
secreto para mí terrible y santo;
ante él me velo con un negro manto
de luto de piedad; no rompo el seto
que cierra su recinto, me someto
de mi vida al misterio, el desencanto
huyendo del saber y á Dios levanto
con mis ojos mi pecho siempre inquieto.
Poema "Nuestro secreto II" de Miguel Unamuno
-- de Nicanor Parra --
Lo queramos o no
sólo tenemos tres alternativas:
el ayer, el presente y el mañana.
Y ni siquiera tres
porque como dice el filósofo
el ayer es ayer
nos pertenece sólo en el recuerdo:
a la rosa que ya se deshojó
no se le puede sacar otro pétalo.
Las cartas por jugar
son solamente dos:
el presente y el día de mañana.
Y ni siquiera dos
porque es un hecho bien establecido
que el presente no existe
sino en la medida en que se hace pasado
y ya pasó...,
Como la juventud.
En resumidas cuentas
sólo nos va quedando el mañana:
yo levanto mi copa
por ese día que no llega nunca
pero que es lo único
de lo que realmente disponemos.
Poema "último brindis" de Nicanor Parra
-- de Fernando de Herrera --
Alfonso, vuestro noble y grave canto,
con quien de eternos giros la armonía
asuena, celebrar de la luz mía
debiera la belleza que honro y canto;
que yo la dura fuerza de mi llanto
muestro, y mal fiero y la ponzoña fría,
y el bien que a mi esperanza se desvía,
cuando en cuitoso son la voz levanto.
No que a mi nombre humilde diera gloria,
que ya osa alzar igual por vos la frente,
a quien ilustra el Arno, grato al cielo;
mas estimar si puedo esta memoria
verá el ilustre reino de Occidente
cuánto en vuestra alabanza ensalzo el vuelo.
Poema "A Alfonso Ramírez de Arellano" de Fernando de Herrera
-- de Fernando de Herrera --
Cuán bien, oscura noche, al dolor mío
conformas, y resuenas a mi llanto,
murmurando con sordo y triste canto
entre estas duras peñas, alto río.
Óigame este desnudo cielo frío
si tanto con mis quejas me levanto;
mas, pues no espero bien en daño tanto,
vana es la queja y mal en que porfío.
Rompa del corazón más tierna parte
mi gran pesar, acábese encubierto,
y a tal agravio falte la memoria;
que no es justo que en esta u otra parte
se diga que perdí, sin culpa muerto,
las debidas promesas de mi gloria.
Poema "Cuán bien, oscura noche, al dolor mío" de Fernando de Herrera
-- de Fernando de Herrera --
Lloro solo mi mal, y el hondo río
en sus turbadas ondas lleva el llanto;
ya es tiempo, digo, Amor, en triste canto,
que pongas justo fin al dolor mío;
que sigo ausente sin tu desvarío,
y en tu vana esperanza me levanto,
y en este paso desamparas cuanto
de tu promesa y tu valor confío.
Ya es tiempo, Amor, que el áspero tormento
acabe, o que mi vida se deshaga,
la esperanza, el deseo y osadía;
que en tanto mal ya falta el sufrimiento,
y el crudo golpe de esta acerba llaga
al íntima llegó del alma mía.
Poema "Lloro solo mi mal, y el hondo río" de Fernando de Herrera
-- de Fernando de Herrera --
No puedo sufrir más el dolor fiero,
ni ya tolerar más el duro asalto
de vuestras bellas luzes, antes falto
de paciencia y valor, en el postrero
trance, arrojando el yugo, desespero;
y, por do voy huyendo, el suelo esmalto
de rotos lazos; y levanto en alto
el cuello osado, y libertad espero.
Mas, ¿qué vale mostrar estos despojos,
y la ufanía d' alcançar la palma
d' un vano atrevimiento sin provecho?
El rayo que salió de vuestros ojos
puso su fuerça en abrasar mi alma,
dexando casi sin tocar el pecho.
Poema "No puedo sufrir más el dolor fiero" de Fernando de Herrera
-- de Francisco de Quevedo --
¿dónde pondré, señor, mis tristes ojos
que no vea tu poder divino y santo?
si al cielo los levanto,
del sol en los ardientes rayos rojos
te miro hacer asiento;
si al manto de la noche soñoliento,
leyes te veo poner a las estrellas;
si los bajo a las tiernas plantas bellas,
te veo pintar las flores;
si los vuelvo a mirar los pecadores
que tan sin rienda viven como vivo,
con amor excesivo,
allí hallo tus brazos ocupados
más en sufrir que en castigar pecados.
Esta obra se encuentra en dominio público.
Esto es aplicable en todo el mundo debido a que su autor falleció hace
más de 100 años. La traducción de la obra puede no estar en dominio
público.
Poema "salmo vii quevedo" de Francisco de Quevedo
-- de José Martí --
¡dolor! ¡dolor! eterna vida mía,
ser de mi ser, sin cuyo aliento muero!
* * *
goce en buen hora espíritu mezquino
al son del baile animador, y prenda
su alma en las flores que el flotante lino
de mujeres bellísimas engasta:
goce en buen hora, y su cerebro encienda
en la rojiza lumbre de la incasta
hoguera del deseo:
yo, embriagado de mis penas, me devoro,
y mis miserias lloro,
y buitre de mí mismo me levanto,
y me hiero y me curo con mi canto,
buitre a la vez que altivo prometeo.
Poema "¡dolor! ¡dolor! eterna vida mía" de José Martí
-- de Blas de Otero --
Aquí tenéis mi voz
alzada contra el cielo de los dioses absurdos,
mi voz apedreando las puertas de la muerte
con cantos que son duras verdades como puños.
Él ha muerto hace tiempo, antes de ayer. Ya hiede.
Aquí tenéis mi voz zarpando hacia el futuro.
Adelantando el paso a través de las ruinas,
hermosa como un viaje alrededor del mundo.
Mucho he sufrido: en este tiempo, todos
hemos sufrido mucho.
Yo levanto una copa de alegría en las manos,
en pie contra el crepúsculo.
Borradlo. Labraremos la paz, la paz, la paz,
a fuerza de caricias, a puñetazos puros.
Aquí os dejo mi voz escrita en castellano.
España, no te olvides que hemos sufrido juntos.
Poema "en castellano en castellano (1959)" de Blas de Otero
-- de Carolina Coronado --
¡piedad!... Virgen, arráncame y levanta
de entre estas rocas donde estoy hundida:
hieren sus filos mi desnuda planta,
no hay senda abierta y moriré en la huida.
Corrí sin tino tras lejana estrella
ansiosa de su luz brillante y pura
y osé trepar a esta eminente altura
para después precipitarme de ella.
Subí a la cumbre por camino blando
lleno de blancas perfumadas rosas
y ahora no encuentro de pavor temblando
más que pendientes altas y espantosas.
¡Piedad!... Virgen. Tu mano salvadora
las manos prenda que hacia ti levanto
y hasta los muros de tu pueblo santo
conduce el alma que tu auxilio implora.
-- de Ramón López Velarde --
¿qué elocuencia, desvalida
y casta, hay en tu persona
que en un perenne desastre
a las lágrimas convida?
la frente, amor, hoy levanto
hasta tu busto en otoño
que es un vaso de suspiros
y una invitación al llanto.
Tus hombros son como una ara
en que la rosa contrita
de un pésame sin sollozos
húmeda se deshojara.
Cuando conmigo estás sola
¿qué lágrimas ideales
te dan un súbito manto
con una súbita aureola?
te vas entrando al umbrío
corazón, y en él imperas
en una corte luctuosa
con doliente señorío.
Tus hombros son buenos para
un llanto copioso y mudo...
Amor, suave amor, amor,
tus hombros son como una ara.
Poema "tus hombros son como un ara" de Ramón López Velarde
-- de Ramón López Velarde --
¿Que elocuencia, desvalida
y casta, hay en tu persona
que en un perenne desastre
a las lágrimas convida?
La frente, Amor, hoy levanto
hasta tu busto en otoño
que es un vaso de suspiros
y una invitación al llanto.
Tus hombros son como un ara
en que la rosa contrita
de un pésame sin sollozos
húmeda se deshojara.
Cuando conmigo estás sola
¿qué lágrimas ideales
te dan un súbito manto
con una súbita aureola?
Te vas entrando al umbrío
corazón, y en él imperas
en una corte luctuosa
con doliente señorío.
Tus hombros son buenos para
un llanto copioso y mudo...
Amor, suave Amor, Amor,
tus hombros son como una ara.
Poema "Tus hombros son como una ara" de Ramón López Velarde
-- de Rubén Bonifaz Nuño --
Y nuevamente abril a flor de cielo
abre tus manos tibias, y yo canto
el júbilo entrañable y el espanto
que en mi sangre derramas con tu anhelo.
Amo la gravidez del alma, el vuelo
por la caricia que hasta ti levanto,
y el fuego triste hallado en el quebranto
de la distancia - aborrecible velo - .
Amor: abril, tu cómplice, desvía
la ruta del temor que disminuye
y disfraza de fiesta su agonía.
Eres abril de nuevo, amor, y nada
escapa de tu ser: todo confluye
a cobrar plenitud en tu mirada.
Poema "y nuevamente abril a flor de cielo..." de Rubén Bonifaz Nuño