Buscar Poemas con Incólume


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Se han encontrado 6 poemas con la palabra incólume

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Amado Nervo

indestructible

-- de Amado Nervo --

Bien ves, si me estás mirando,
que desde que te perdí,
mi vida se va pasando
piadosamente pensando
en ti;
que incólume, sin desgaste,
¡oh ideal!, has de vivir
en el alma en que anidaste,
y que lo que edificaste
ni dios lo querrá destruir.

Poema indestructible de Amado Nervo con fondo de libro

José Martí

pomona

-- de José Martí --

Pomona
¡oh ritmo de la carne, oh melodía,
oh licor vigorante, oh filtro dulce
de la hechicera forma! ¡no hay milagro
en el cuento de lázaro, si cristo
llevó a su tumba una mujer hermosa!
¿qué soyquién es, sinomemnón en donde
toda la luz del universo canta,
y cauce humilde en el que van revueltas,
las eternas corrientes de la vida?
iba, como arroyuelo que cansado
de regar plantas ásperas fenece,
y, de amor por el noble sol, transido,
a su fuego con gozo se evapora:
iba,cual jarra que el licor ligero
hinche, sacude, en el fermento rompe.
Y en silenciosos hilos abandona:
iba,cual gladiador que sin combate
del incólume escudo ampara el rostro
y el cuerpo rinde en la ignorada arena.
... ¡Y súbito,las fuerzas juveniles
de un nuevo mar, el pecho rebosante
hinchan y embargan,el cansado brío
arde otra vez,y puebla el aire sano
música suave y blando olor de mieles!
porque a mis ojos los brazos olorosos
en armónico gesto alzó pomona.

Poema pomona de José Martí con fondo de libro

Ramón López Velarde

a sara

-- de Ramón López Velarde --

A sara
a j. De j. Núñez y domínguez
a mi paso y al azar te desprendiste
como el fruto más profano
que pudiera concederme la benévola
actitud de este verano.
(Blonda sara, uva en sazón: mi apego franco
a tu persona, hoy me incita
a burlarme de mi ayer, por la inaudita
buena fe con que creí mi sospechosa
vocación, la de un levita).
Sara, sara: eres flexible cual la honda
de david y contundente
como el lírico guijarro del mancebo;
y das, paralelamente,
una tortura de hielo y una combustión de pira;
y si en vértigo de abismo tu pelo se desmadeja,
todavía, con brazo heroico
y en caída acelerada, sostienes a tu pareja.
Sara, sara, golosina de horas muelles;
racimo copioso y magno de promisión, que fatigas.
El dorso de dos hebreos:
siempre te sean amigas
la llamarada del sol y del clavel; si tu brava
arquitectura se rompe como un hilo inconsistente,
que bajo la tierra lóbrega
esté incólume tu frente;
y que refulja tu blonda melena, como tesoro
escondido; y que se guarden indemnes como real sello
tus brazos y la columna
de tu cuello.

Poema a sara de Ramón López Velarde con fondo de libro

Ramón López Velarde

un lacónico grito...

-- de Ramón López Velarde --

Un lacónico grito...
Yo te digo: «alma mía, tú saliste
con vestido nupcial de la plomiza
eternidad, como saldría una ala
del nimbus que se eriza
de rayos; y una mañana has de volver
al metálico nimbus,
llevando, entre tus velos virginales,
mi ánima impoluta
y mi cuerpo sin males».
Mas mi labio, que osa
decir palabras de inmortalidad,
se ha de pudrir en la húmeda
tiniebla de la fosa.
Mi corazón te dice: «rosa intacta,
vas dibujada en mí con un dibujo
incólume, e irradias en mi sombra
como un diamante en un raso de lujo».
Mi corazón olvida
que engendrará al gusano
mayor, en una asfixia corrompida.
Siempre que inicio un vuelo
por encima de todo,
un demonio sarcástico maúlla
y me devuelve al lodo.
Tú misma, blanca ala que te elevas
en mi horizonte, con la compostura
beata de las palomas de los púlpitos,
y que has compendiado en tu blancura
un anhelo infinito,
sólo serás en breve
un lacónico grito
y un desastre de plumas, cual rizada
y dispersada nieve.



Ramón López Velarde

A Sara (López Velarde)

-- de Ramón López Velarde --

A J. DE J. Núñez y Domínguez

A mi paso y al azar te desprendiste
Como el fruto más profano
Que pudiera concederme la benévola
Actitud de este verano.

(Blonda Sara, uva en sazón: mi apego franco
a tu persona, hoy me incita
a burlarme de mi ayer, por la inaudita
buena fe con que creí mi sospechosa
vocación, la de un levita.)

Sara, Sara: eres flexible cual la honda
De David y contundente
Como el lírico guijarro del mancebo;
Y das, paralelamente,
Una tortura de hielo y una combustión de pira;
Y si en vértigo de abismo tu pelo se desmadeja,
Todavía, con brazo heroico
Y en caída acelerada, sostienes a tu pareja.

Sara, Sara, golosina de horas muelles;
Racimo copioso y magno de promisión, que fatigas.
El dorso de dos hebreos:
Siempre te sean amigas
La llamarada del sol y del clavel; si tu brava
Arquitectura se rompe como un hilo inconsistente,
Que bajo la tierra lóbrega
Esté incólume tu frente;
Y que refulja tu blonda melena, como tesoro
Escondido; y que se guarden indemnes como real sello
Tus brazos y la columna
De tu cuello.



Ramón López Velarde

Un lacónito grito

-- de Ramón López Velarde --

Yo te digo: "Alma mía, tú saliste
con vestido nupcial de la plomiza
eternidad, como saldría una ala
del nimbus que se eriza
de rayos; y una mañana has de volver
al metálico nimbus,
llevando, entre tus velos virginales,
mi ánima impoluta
y mi cuerpo sin males."
Mas mi labio, que osa
decir palabras de inmortalidad,
se ha de pudrir en la húmeda
tiniebla de la fosa.

Mi corazón te dice: "Rosa intacta,
vas dibujada en mi con un dibujo
incólume, e irradias en mi sombra
como un diamante en un raso de lujo."

Mi corazón olvida
que engendrará al gusano
mayor, en una asfixia corrompida.

Siempre que inicio un vuelo por encima de todo,
un demonio sarcástico maúlla
y me devuelve al lodo.

Tú misma, blanca ala que te elevas
en mi horizonte, con la compostura
beata de las palomas de los púlpitos,
y que has compendiado en tu blancura
un anhelo infinito,
sólo serás en breve
un lacónico grito
y un desastre de plumas, cual rizada
y dispersada nieve.



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