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Se han encontrado 5 poemas con la palabra ignorar

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Pedro Antonio de Alarcón

Charada

-- de Pedro Antonio de Alarcón --

¡Oh, tú, ingrata mujer, más hechicera
que todas las mujeres!
árbitra, dueña de mi «todo» eres:
tu amor lo embelleciera,
y tu desdén de abrojos lo circunda
mi vida es mi «primera»;
mi muerte, mi «segunda».
Si la dulce «primera» no has de darme,
con la «segunda» acaba de matarme;
pues prefiero la muerte,
al cruel martirio de ignorar mi suerte.

Poema Charada de Pedro Antonio de Alarcón con fondo de libro

José Ángel Buesa

elegía

-- de José Ángel Buesa --

Golondrina del alba sombría,
mariposa del alba radiante:
cuánto puede durar un instante,
un instante de noche en el día.
Yo, que supe ignorar tantas cosas,
ahora sé que jamás nos veremos,
pues te fuiste, empuñando los remos,
en tu barca cubierta de rosas.
Ahora sé la verdad de la tierra,
que florece aunque nadie la labre,
y la puerta de luz que se abre
si una puerta de sombra se cierra.
Ahora sé que la noche no miente
cuando deja de caer su rocío:
fue un rosal a la orilla de un río,
y quizás lo arrastró la corriente...
Y te fuiste, luciérnaga loca,
golondrina del alba sombría,
con el tibio sabor de tu boca
¡de tu boca que nunca fue mía!

Poema elegía de José Ángel Buesa con fondo de libro

José Ángel Buesa

poema de las cosas

-- de José Ángel Buesa --

Quizás estando sola, de noche, en tu aposento
oirás que alguien te llama sin que tu sepas quién
y aprenderás entonces, que hay cosas como el viento
que existen ciertamente, pero que no se ven...
Y también es posible que una tarde de hastío
como florece un surco, te renazca un afán
y aprenderás entonces que hay cosas como el río
que se estan yendo siempre, pero que no se van...
O al cruzar una calle, tu corazón risueño
recordará una pena que no tuviste ayer
y aprenderás entonces que hay cosas como el sueño,
cosas que nunca han sido, pero que pueden ser...
Por más que tu prefieras ignorar estas cosas
sabrás por qué suspiras oyendo una canción
y aprenderás entonces que hay cosas como rosas,
cosas que son hermosas, sin saber que lo son...
Y una tarde cualquiera, sentirás que te has ido
y un soplo de ceniza regará tu jardín
y aprenderás entonces, que el tiempo y el olvido
son las únicas cosas que nunca tienen fin.

Poema poema de las cosas de José Ángel Buesa con fondo de libro

Medardo Ángel Silva

El viajero y la sombra

-- de Medardo Ángel Silva --

A los que hemos mirado –en una noche horrenda–
a nuestra cabecera la faz de la Ignorancia,
puesto que comprendimos, se nos cayó la venda
y tenemos la ciencia de la sonrisa helada.

Y vimos –presentimos más– la cosa estupenda
y la tiniebla en que se hundirá nuestra nada
y la noche absoluta en la perdida senda
sin amores, sin albas, sin fin de la jornada.

No obstante, cautelosos, en nuestra ceguedad,
vamos hacia la fuente de Piedad y Verdad...
¡Pero el mayor suplicio es ignorar el puerto

y, en la tormenta hostil que nuestro sueño enluta,
al ser como un navío, cuyo piloto muerto
y aferrado al timón, no puede darle ruta!



Al azar

-- de Clementina Isabel Azlor --

¿Para qué echar la sonda?
¡Saber lo que el Destino te reserva!
¡Interrogar la Esfinge!
¡No! No hay poder humano que sorprenda
sus obscuros designios.
Perseguir en la noche una luciérnaga
para indagar la causa de su fosforescencia,
cuando puedes llenarte las pupilas
con el suave fulgor de las estrellas
y vivir horas de quietud y gozo...
Hasta cuando amanezca!
Es mejor no inquirir. Hoy que la Vida
ha querido mostrarte su faz buena,
y en acto de humildad, contrita, viene
a verter en tu copa de su néctar,
apúrala sin preguntarle cómo
ni cuándo has de beberla.
¡No sea que en un sueño
la Realidad se pierda!
¿Para qué echar la sonda?
El más puro Ideal llama a tu puerta.
Anda. Abre. Contémplalo.
Extasíate en él, y luego cierra
los ojos. ¡Que su imagen
llegue a tu alma como hostia de belleza!
¿Interrogar la Esfinge?
¿Qué te diría su mirar de piedra?
Confíate a la Vida
que ha querido mostrarte su faz buena
y síguela sin preguntarle adónde.
¡Es mejor ignorar y andar a tientas!
¡Oh, poder despertarse de mañana
y bendecir el día que comienza!



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