Buscar Poemas con Hundir


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Se han encontrado 8 poemas con la palabra hundir

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Alfonsina Storni

La vía lactea

-- de Alfonsina Storni --

Blanco polen de mundos, dulce leche del cielo
¡Quién fuera una gigante mariposa divina
Para hundir la cabeza en aquella tu harina
Impalpable y libarte como a cosa del suelo!

Ya de nuevo en los ojos quema la primavera,
Mas mi pasión humana yace, roto el peciolo,
Y agotada mi alma está el mundo tan solo
Que camino y retumban mis pasos en la esfera.

Y en las noches nevadas, cuando a pesar de quietos
Siento moverse arriba los blancos esqueletos
De las estrellas muertas, me acomete como un

Deseo de los cielos, y no sé qué ofreciera
Porque sobre mi frente miserable cayera
Una gota tan sólo te la leche de Juno.

Poema La vía lactea de Alfonsina Storni con fondo de libro

Jorge Isaacs

Las hadas

-- de Jorge Isaacs --

Soñé vagar por bosques de palmeras
cuyos blondos plumajes, al hundir
su disco el Sol en las lejanas sierras,
cruzaban resplandores de rubí.

Del terso lago se tiñó de rosa
la superficie límpida y azul,
y a sus orillas garzas y palomas
posábanse en los sauces y bambús.

Muda la tarde ante la noche muda
las gasas de su manto recogió;
del indo mar dormido en las espumas
la luna hallóla y a sus pies el sol.

Ven conmigo a vagar bajo las selvas
donde las Hadas templan mi laúd;
ellas me han dicho que conmigo sueñas,
que me harán inmortal si me amas tú.

Poema Las hadas de Jorge Isaacs con fondo de libro

Pedro Salinas

versos 1266 a 1289

-- de Pedro Salinas --

Versos 1266 a 1289
los cielos son iguales.
Azules, grises, negros,
se repiten encima
del naranjo o la piedra:
nos acerca mirarlos.
Las estrellas suprimen,
de lejanas que son,
las distancias del mundo.
Si queremos juntarnos,
nunca mires delante:
todo lleno de abismos,
de fechas y de leguas.
Déjate bien flotar
sobre el mar o la hierba,
inmóvil, cara al cielo.
Te sentirás hundir
despacio, hacia lo alto,
en la vida del aire.
Y nos encontraremos
sobre las diferencias
invencibles, arenas,
rocas, años, ya solos,
nadadores celestes,
náufragos de los cielos.

Poema versos 1266 a 1289 de Pedro Salinas con fondo de libro

Contra Gallardo

-- de El Solitario --

Traga-infolios, engulle-librerías,
desvalija-papeles, mariscante,
pescador, ratonzuelo, mareante,
Barbarroja y Dragut de nuestros días.

Más vejete que el viejo Matatías,
murcia-murciando va el mundo adelante;
de bibliotecas es el coco andante,
capeador, incansable en correrías.

Harto de hormiguear a troche y moche
y de hundir lo que birla desde mozo
en su cueva, insondable como abismo,

en sueños se levanta a media noche,
coge sus libros y los echa al pozo,
y por garfiar, garfiña hasta sí mismo.



Antonio Machado

El limonero lánguido suspende

-- de Antonio Machado --

El limonero lánguido suspende
una pálida rama polvorienta,
sobre el encanto de la fuente limpia,
y allá en el fondo sueñan
los frutos de oro...
Es una tarde clara,
casi de primavera,
tibia tarde de marzo
que el hálito de abril cercano lleva;
y estoy solo, en el patio silencioso,
buscando una ilusión cándida y vieja:
alguna sombra sobre el blanco muro,
algún recuerdo, en el pretil de piedra
de la fuente dormido, o, en el aire,
algún vagar de túnica ligera.
En el ambiente de la tarde flota
ese aroma de ausencia,
que dice al alma luminosa: nunca,
y al corazón: espera.
Ese aroma que evoca los fantasmas
de las fragancias vírgenes y muertas.
Sí, te recuerdo, tarde alegre y clara,
casi de primavera
tarde sin flores, cuando me traías
el buen perfume de la hierbabuena,
y de la buena albahaca,
que tenía mi madre en sus macetas.
Que tú me viste hundir mis manos puras
en el agua serena,
para alcanzar los frutos encantados
que hoy en el fondo de la fuente sueñan...
Sí, te conozco tarde alegre y clara,
casi de primavera.



Mario Benedetti

el silencio

-- de Mario Benedetti --

Qué espléndida laguna es el silencio
allá en la orilla una campana espera
pero nadie se anima a hundir un remo
en el espejo de las aguas quietas
mario benedetti



Francisco Sosa Escalante

A Hidalgo

-- de Francisco Sosa Escalante --

¡Ay del que osado á proclamar se atreve
La santa libertad de un pueblo hundido
En dura esclavitud! Ay si vencido
Al fin se mira por tirano aleve!

Que no basta cortar el hilo breve
De la vida del héroe aborrecido:
Por empañar su nombre esclarecido
Su lengua de áspid la calumnia mueve.

¡Oh grande Hidalgo! tu inmortal renombre
Hundir quisieran en la noche oscura
Los que del hombre hacen lobo del hombre.

Y en vano te denigran; que á la altura
En que supiste colocar tu nombre,
No llega el fango de la tierra impura!



Francisco Villaespesa

por tierras del sol y sangre v

-- de Francisco Villaespesa --

v
el alba ciñe las primeras rosas
espejo de la mar bruñido,
y agranda las pupilas ojerosas
la expectación de lo desconocido.
El sol disipa el matinal celaje,
y los brazos se tienden doloridos,
ansiosos de acabar nuestro viaje
entre otros brazos al amor tendidos.
¡Zarpamos otra vez! en la borrosa
tarde se esfuma hasta el lejano monte...
La playa se va a hundir... Ahora, ¡quién sabe
en qué isla desierta y fabulosa
sus ojos sondearán el horizonte
esperando el arribo de mi nave!



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