Buscar Poemas con Hoyo


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Se han encontrado 6 poemas con la palabra hoyo

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Manuel del Cabral

camina

-- de Manuel del Cabral --

Camina el jefe del pueblo
después de beber café.
Y una voz que no se ve,
grita al oído:
-mire, jefe, que hay un hombre
que allí está herido.

-Lo sé.

Camina el jefe del pueblo
después de beber café.

Y vuelve la voz y dice:
-jefe, que un hombre no ve;
tiene llanto entre los ojos,
y tiene plomo en los pies.

-Lo sé.

Sigue caminando el jefe
después de beber café.
Y la misma voz le grita:

-murió un hombre allí de sed.
¿Qué haremos, ahora, jefe?

-que haga pronto el hoyo usted.

Y el jefe sigue su rumbo,
pero también
el jefe sigue pensando ...

Piensa sólo a qué hora es
la otra taza
dc café...

Poema camina de Manuel del Cabral con fondo de libro

Oliverio Girondo

el puro no

-- de Oliverio Girondo --

El puro no
el no
el no inóvulo
el no nonato
el noo
el no poslodocosmos de impuros ceros noes que noan noan noan
y nooan
y plurimono noan al morbo amorfo noo
no démono
no deo
sin son sin sexo ni órbita
el yerto inóseo noo en unisolo amódulo
sin poros ya sin nódulo
ni yo ni fosa ni hoyo
el macro no ni polvo
el no más nada todo
el puro no
sin no

Poema el puro no de Oliverio Girondo con fondo de libro

Pedro Antonio de Alarcón

El cigarro

-- de Pedro Antonio de Alarcón --

Lío tabaco en un papel; agarro
lumbre y lo enciendo, arde ya medida
que arde, muere; muere y enseguida
tiro la punta, bárrenla... Y al carro!

Un alma envuelve Dios en frágil barro,
y la enciende en la lumbre de la vida,
chupa el tiempo y resulta en la partida
un cadáver. El hombre es un cigarro.

La ceniza que cae es su ventura;
el humo que se eleva su esperanza;
lo que arderá después su loco anhelo.

Cigarro tras cigarro el tiempo apura;
colilla tras colilla al hoyo lanza,
pero el aroma... ¡Piérdese en el cielo!

Poema El cigarro de Pedro Antonio de Alarcón con fondo de libro

Miguel Hernández

20

-- de Miguel Hernández --

20
no me conformo, no: me desespero
como si fuera un huracán de lava
en el presidio de una almendra esclava
o en el penal colgante de un jilguero.
Besarte fue besar un avispero
que me clama al tormento y me desclava
y cava un hoyo fúnebre y lo cava
dentro del corazón donde me muero.
No me conformo, no: ya es tanto y tanto
idolatrar la imagen de tu beso
y perseguir el curso de tu aroma.
Un enterrado vivo por el llanto,
una revolución dentro de un hueso,
un rayo soy sujeto a una redoma.



Miguel Hernández

13

-- de Miguel Hernández --

13
mi corazón no puede con la carga
de su amorosa y lóbrega tormenta
y hasta mi lengua eleva la sangrienta
especie clamorosa que lo embarga.
Ya es corazón mi lengua lenta y larga,
mi corazón y es lengua larga y lenta...
¿Quieres contar sus penas? anda y cuenta
los dulces granos de la arena amarga.
Mi corazón no puede más de triste:
con el flotante espectro de un ahogado
vuela en la sangre y se hunde sin apoyo.
Y ayer, dentro del tuyo, me escribiste
que de nostalgia tienes inclinado
medio cuerpo hacia mí, medio hacia el hoyo.



Julio Herrera Reissig

ebriedad

-- de Julio Herrera Reissig --

Apurando la cena de aceitunas y nueces,
luth y cloe se cambian una tersa caricia;
beben luego en el hoyo de la mano, tres veces,
el agua azul que el cielo dio a la estación propicia.

Del corpiño indiscreto, con ingenua malicia,
ella deja que alumbren púberas redondeces.
Y mientras luth en éxtasis gusta sus embriagueces,
cloe los bucles pálidos del amante acaricia.

Anochece. Una bruma violeta hace vagos
el aprisco y la torre, la montaña y los lagos...
Sofocados de dicha, de fragancias y trinos,

ella calla y apenas él suspírala: ¡oh cloe!
¡mas de pronto se abrazan al sentir que un oboe
interpreta fielmente sus silencios divinos!



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