Buscar Poemas con Fallo


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Se han encontrado 9 poemas con la palabra fallo

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Amado Nervo

expectación

-- de Amado Nervo --

Siento que algo solemne va a llegar a mi vida.
¿Es acaso la muerte? ¿por ventura el amor?
palidece mi rostro, mi alma está conmovida,
y sacude mis miembros un sagrado temblor.
Siento que algo sublime va a encarnar en mi barro
en el mísero barro de mi pobre existir.
Una chispa celeste brotará del guijarro,
y la púrpura augusta va el harapo a teñir.
Siento que algo solemne se aproxima, y me hallo
todo trémulo; mi alma de pavor llena está.
Que se cumpla el destino, que dios dicte su fallo,
para oír la palabra que el abismo dirá.

Poema expectación de Amado Nervo con fondo de libro

Manuel del Palacio

Super Fluminem

-- de Manuel del Palacio --

Burlándose del piélago bravío
Y de joyas magníficas cargado,
Con viento en popa y pabellón izado
Ví romper las espumas un navío.

No léjos de él inútil y vacío,
De cuatro tablas á lo más formado,
Débil esquife contemplé llevado
Por un remero sin vigor ni brio.

Súbito ruge el huracan furioso,
Y en la costa el esquife ya á cubierto
Mira estrellarse el buque poderoso:

Tal es de la fortuna el fallo cierto;
El bumilde se salva; el orgulloso
Tan sólo por milagro gana el puerto.

Poema Super Fluminem de Manuel del Palacio con fondo de libro

César Vallejo

Trilce: IX

-- de César Vallejo --

Vusco volvvver de golpe el golpe.
Sus dos hojas anchas, su válvula
que se abre en suculenta recepción
de multiplicando a multiplicador,
su condición excelente para el placer,
todo avía verdad.

Busco volvver de golpe el golpe.
A su halago, enveto bolivarianas fragosidades
a treintidós cables y sus múltiples,
se arrequintan pelo por pelo
soberanos belfos, los dos tomos de la Obra,
y no vivo entonces ausencia,
ni al tacto.

Fallo bolver de golpe el golpe.
No ensillaremos jamás el toroso Vaveo
de egoísmo y de aquel ludir mortal
de sábana,
desque la mujer esta
¡cuánto pesa de general!

Y hembra es el alma de la ausente.
Y hembra es el alma mía.

Poema Trilce: IX de César Vallejo con fondo de libro

César Vallejo

vusco volvvver de golpe el golpe

-- de César Vallejo --

ix
vusco volvvver de golpe el golpe.
Sus dos hojas anchas, su válvula
que se abre en suculenta recepción
de multiplicando a multiplicador,
su condición excelente para el placer,
todo avía verdad.
Busco volver de golpe el golpe.
A su halago, enveto bolivarianas fragosidades
a treintidós cables y sus múltiples,
se arrequintan pelo por pelo
soberanos belfos, los dos tomos de la obra,
y no vivo entonces ausencia,
ni al tacto.
Fallo bolver de golpe el golpe.
No ensillaremos jamás el toroso vaveo
de egoísmo y de aquel ludir mortal
de sábana,
desque la mujer esta
¡cuánto pesa de general!
y hembra es el alma de la ausente.
Y hembra es el alma mía.



Salvador Díaz Mirón

Ejemplo

-- de Salvador Díaz Mirón --

En la rama el expuesto cadáver se pudría,
como un horrible fruto colgante junto al tallo,
rindiendo testimonio de inverosímil fallo
y con ritmo de péndola oscilando en la vía.

La desnudez impúdica, la lengua que salía
y alto mechón en forma de una cresta de gallo,
dábanle aspecto bufo; y al pie de mi caballo
un grupo de arrapiezos holgábase y reía.

Y el fúnebre despojo, con la cabeza gacha,
escandaloso y tumido en el verde patíbulo
desparramaba hedores en brisa como racha.

Mecido con solemnes compases de Turíbulo.
Y el sol iba en ascenso por un azul sin tacha,
y el campo era figura de una canción de Tíbulo.



Juan Ruiz Arcipreste de Hita

libro de buen amor 29

-- de Juan Ruiz Arcipreste de Hita --

Un caballo muy gordo pasçía en la defesa,
veníe el león de caza, pero con él non pesa,
el león tan goloso al caballo sopesa,
'vasallo', dixo, 'mío, la mano tú me besa.'
Al león gargantero respondió el caballo,
dis': 'tú eres mi señor, e yo tu vasallo,
en te besar la mano yo en eso me fallo,
mas ir a ti non puedo, que tengo un grand contrallo.
Ayer do me ferrava un ferrero maldito,
echome en este pie un clavo tan fito,
enclavome; ven, señor, con tu diente bendito
sácamelo, et fas de mí como de tuyo quito.'
Abaxose el león por le dar algún confuerto,
el caballo ferrado contra sí fiso tuerto,
las coçes el caballo lançó fuerte en çierto,
diole entre los ojos, echole frío muerto.
El caballo con el miedo fuyó aguas vivas,
avía mucho comido de yerbas muy esquivas,
iva mucho cansado, tomáronlo adivas:
ansí mueren los locos golosos do tú ivas.
El comedor sin mesura, et la grand venternía,
otrosí mucho vino con mucha beberría,
más mata que cuchillo, ypocrás lo desía;
tú dises que quien bien come, bien fase garçonía.
Lt;lt;lt;
índice de la obra
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Francisco de Quevedo

Todas ponemos (Letrilla satírica)

-- de Francisco de Quevedo --

Sabed, vecinas,
Que mujeres y gallinas
Todas ponemos,
Unas cuernos y otras huevos.

Viénense a diferenciar
La gallina y la mujer,
En que ellas saben poner,
Nosotras sólo quitar;
Y en lo que es cacarear
El mismo tono tenemos.
Todas ponemos,
Unas cuernos y otras huevos.

Docientas gallinas hallo
Yo con un gallo contentas;
Mas si nuestros gallos cuentas,
Mil que den son nuestro gallo;
Y cuando llegan al fallo,
En Cuclillos los volvemos.
Todas ponemos,
Unas cuernos y otras huevos.

En gallinas regaladas
Tener pepita es gran daño,
Y en las mujeres de ogaño
Lo es el ser despepitadas.
Las viejas son emplumadas,
Por darnos con que volemos.
Todas ponemos,
Unas cuernos y otras huevos.



Clemente Althaus

A un ateo

-- de Clemente Althaus --

En vano esperas que la oscura nada,
que invocas como madre compasiva,
entero en el sepulcro te reciba,
cuando termines la mortal jornada.

Te alienta alma inmortal que, de la helada
carne donde reside fugitiva,
maravillada de sentirse viva,
de ignoto mundo arrostrará la entrada.

Ya su asombro y espantos imagino,
cuando, el fallo aguardando que la hiera,
se encuentre al pie del tribunal divino,

y mirando del Dios la faz severa
a quien negó su ciego desatino,
exclame estremecida: Verdad era!



Clemente Althaus

El juicio final

-- de Clemente Althaus --

Ya en el postrero universal jüicio
del Juez supremo a la presencia me hallo,
y aguardo el justo inapelable fallo
que eterno espera a la virtud y al vicio.

Mas ¡ay! ¿adverso me será o propicio?
¿de Cristo o de Satán seré vasallo?
En duda tan crüel, temblando callo,
mas digno que de premio de suplicio.

Ya las turbas el Juez ha separado,
y el rostro favorable o enemigo
al diestro vuelve y al siniestro lado:

pero yo, justo Dios ¿a quienes sigo,
cuando a la Virtud abras y al Pecado
los palacios del premio y del castigo?



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