Buscar Poemas con Estudio


  ·En el buscador de poemas puedes encontrar entre más de doce mil poemas todos aquellos que contienen las palabras de búsqueda. Los poemas forman parte de la antología poética de los 344 poetas más importantes en lengua Española de todos los tiempo. Puedes elegir entre dos tipos de búsqueda:
  ·Buscar entre todos los poemas los que contienen las palabras de la búsqueda.
  ·Buscar sólo los poemas cortos -aquellos que tienen 8 versos o menos- que coinciden con el criterio de búsqueda.

Se han encontrado 14 poemas con la palabra estudio

Si lo prefieres puedes ver sólo los poemas cortos, aquellos que tienen ocho versos o menos aquí

Leandro Fernández de Moratín

soneto. la despedida

-- de Leandro Fernández de Moratín --

Nací de honesta madre: diome el cielo
fácil ingenio en gracias afluente;
dirigir supo el ánimo inocente
a la virtud el paternal desvelo.
Con sabio estudio, infatigable anhelo,
pude adquirir coronas a mi frente;
la corva scena resonó en frecuente
aplauso, alzando de mi nombre el vuelo.
Dócil, veraz, de muchos ofendido,
de ninguno ofensor, las musas bellas
mi pasión fueron, el honor mi guía.
Pero si así las leyes atropellas,
si para ti los méritos han sido
culpas, a dios, ingrata patria mía.

Poema soneto. la despedida de Leandro Fernández de Moratín con fondo de libro

Leandro Fernández de Moratín

La despedida

-- de Leandro Fernández de Moratín --

Nací de honesta madre: diome el Cielo
fácil ingenio en gracias, afluente:
dirigir supo el ánimo inocente
a la virtud, el paternal desvelo.

Con sabido estudio, infatigable anhelo,
pude adquirir coronas a mi frente:
la corva escena resonó en frecuente
aplauso, alzando de mi nombre el vuelo.

Dócil, veraz: de muchos ofendido,
de ninguno ofensor, las Musas bellas
mi pasión fueron, el honor mi guía.

Pero si así las leyes atropellas,
si para ti los méritos han sido
culpas; adiós, ingrata patria mía.

Poema La despedida de Leandro Fernández de Moratín con fondo de libro

Lope de Vega

Aquí cuelgo la lira que desamo

-- de Lope de Vega --

Aquí cuelgo la lira que desamo,
con que canté la verde primavera
de mis floridos años, y quisiera
romperla al tronco, y no colgarla en ramo.
Culpo mi error, y la ocasión infamo,
por quien canté lo que llorar debiera,
que el vano estudio vano premio espera,
ladrón del tiempo con disfraz le llamo.
En otra lira, a cuyo son recuerdas
dormida Musa, en este breve plazo
canta segura de que el tiempo pierdas.
Templóla amor con poderoso brazo,
que en tres clavijas le subió las cuerdas,
y le labró de una lanzada el lazo.

Poema Aquí cuelgo la lira que desamo de Lope de Vega con fondo de libro

Lope de Vega

Que los libros sin dueño son tienda y no estudio

-- de Lope de Vega --

Fabio, notable autoridad se saca
de escribir el autor por darnos mueca,
que sacó de su propia biblioteca
la historia de Charlín y Tacamaca.

Articular humana voz la urraca
es como remojar la arteria seca,
porque es llamar al guante quiroteca
esto de biblioteca o bibliotaca.

¿Qué librería de rador hispano,
de senador iurisconsulto grave?,
¿qué fénix Escurial?, ¿qué Vaticano?

Por libros quiere Persio que le alabe,
¡oh misera ambición de aplauso humano!
que el libro es el que enseña, no el que sabe.



Lope de Vega

La santa Virgen, que en la sacra idea

-- de Lope de Vega --

La santa Virgen, que en la sacra idea
de Dios fue fabricada antes que el cielo,
del Verbo en carne original modelo,
que su estudio santísimo hermosea,
naciendo en la dichosa Galilea
fue cuadro celestial, en cuyo velo
de tela humana y de divino celo
Dios los pinceles de su ciencia emplea.
Lucas, gloria y honor de la pintura,
fue sólo digno de copiar un día,
con envidia del cielo su hermosura
¡Oh soberano Apeles de María,
pues retrató la virginal figura,
adonde Dios mostró lo que sabía.!



Góngora

Inscripción para el sepulcro del Greco

-- de Góngora --

Esta, en forma elegante, oh peregrino,
de pórfido luciente dura llave,
el pincel niega al mundo más süave
que dio espíritu a leño, vida a lino.

Su nombre, aún de mayor aliento dino
que en los clarines de la Fama cabe,
el campo ilustra de ese mármol grave;
venérale, y prosigue tu camino.

Yace el Griego. Heredó Naturaleza
Arte, y el Arte, estudio; Iris, colores;
Febo, luces —si no sombras, Morfeo.—

Tanta urna, a pesar de su dureza,
lágrimas beba y cuantos suda olores
corteza funeral de árbol sabeo.



Diego de Torres Villarroel

dudas en materia grave nacidas del estudio

-- de Diego de Torres Villarroel --

En la doctrina chiste y agudeza
de los libros gasté parte de vida,
y he quedado peor, que está tupida
de ajenos desatinos mi cabeza.
Buscaba en los doctores mi rudeza,
de cierta duda la mejor salida,
y hallé mil opiniones sin medida
pues uno el sí y el otro el no me reza
mas necio vengo a ser más imprudente
la razón natural está más ruda
pues ya por sí no asiente ni consiente
antes pudo opinar, ya quedó en muda
¿quien dirá la verdad? dios solamente
¿y yo que haré? morirme con la duda.



José Joaquín de Olmedo

A Eliza

-- de José Joaquín de Olmedo --

¿No ves cuán pronto por la azul esfera
el vuelo de las horas se desliza?,
¿no ves, amable Eliza,
marchitarse al nacer las tiernas flores
de la fugaz y alegre primavera?
Pues ¡ay!, con más presteza
nacen, desaparecen los amores,
las gracias de la edad y la belleza.
Feliz en todas partes
quien con el grato estudio de las artes
mezclando las lecciones
de virtud y piedad, engaña, burla
del tiempo y de sus hijas estaciones
la ciega rapidez y la inconstancia.

Así cuando la bella primavera
pierde su gala y virginal sonrisa
y se retira triste
de tu jardín, Eliza,
huyendo del invierno los enojos,
al fuego de tu genio y de tus ojos
con sus vivos colores y fragancia
bajo de tu pincel nace en tu estancia.

En tu estancia feliz que yo contemplo
será con tu presencia
el más hermoso templo
del gusto, la piedad y la inocencia,
a cuyo culto y plácidos misterios
vestal sacerdotisa
con tu graciosa hermana será Eliza.



José Joaquín de Olmedo

Dedicatoria

-- de José Joaquín de Olmedo --

A J. R. O.

Y tú, mi dulce amigo,
que con la caza alegre
el afanoso estudio
alternas y entretienes,
sigue, sigue gozando
el placer de los reyes;
la diosa de los bosques
su gracia te promete.

Mas si en la selva umbrosa
dos palomitas vieres
acariciarse tiernas,
el tiro, cruel, suspende;
perdón a sus caricias,
y diles cuando vuelen:

«Si acaso sois de aquellas
que en Chipre tiran siempre
el carro de la madre
del amor y el deleite,
id allá desaladas,
palomas inocentes,
y en vuestro dulce arrullo
que Venus sola entiende,
decidle: Tu poeta
nos libró de la muerte»



Clemente Althaus

Al sábado

-- de Clemente Althaus --

Questo è de sette el più gradito giorno

pien di speme e di gioia:

diman tristezza e noia

recheran l'ore, ed al travaglio usato

ciascuno in suo pensier farà ritorno.

LEOPARDI.

Víspera dulce del festivo día,
aún más que él dulce para el alma humana,
oh hijo, el más feliz de la Semana,
lleno estás de esperanza y alegría!
Tú al hombre, a quien abruma de la larga
semana el vario afán y los negocios,
en los festivos, anhelados ocios
la tregua ofreces de su grave carga.
¡Cuán dulce y lisonjera tu promesa
sonaba un tiempo a mi infantil oído,
a la hora en que el estudio maldecido
entre mil gritos de algazara cesa!
¡Qué placeres tan vivos me pintaba!
¡Cuán ledo me mostraba y halagüeño
el solo día de que yo era dueño,
único libre en mi semana esclava!
Mas ¡ay! apenas el mortal alcanza
el bien que más ansió, de él no se cuida,
y el único placer de nuestra vida
es el vano placer de la esperanza.



Clemente Zenea

En un álbum 2 (JCZ)

-- de Clemente Zenea --

Desde que yo salí de Cuba
dejé de ser trovador,
cerré mis libros de estudio,
sentí enmudecer mi voz
y reventarse las cuerdas
del arpa y del corazón.
Pero al hallarme contigo
en mi senda de dolor,
vienen al labio los versos
en suave improvisación,
porque causa tal prodigio
la cubana en Nueva-York.

¡Ay! llegaron una a una
las penas de la pasión,
los desengaños acerbos
de la amistad y el amor;
aparecieron más tarde
la calumnia y la traición
y envenenaron mis días
el uno del otro en pos!
Pero entre tantos afanes
mi alma triste suspiró,
y este suspiro lo obtuvo
la cubana en Nueva-York.

¿Qué viniste a hacer, hermosa,
bajo este pálido sol?
¿Podrás, exótica planta,
vivir en el septentrión,
sin el beso de las brisas
del trópico abrasador?
¡Oh! vuelve, vuelve a tus playas,
torna a tu bella región,
aquí a nosotros nos falta
claridad, vida y calor,
y perece entre las nieves
la cubana en Nueva-York.



Clemente Zenea

Las sombras

-- de Clemente Zenea --

Oíd.–Ese suave acento,
ese solemne murmullo,
es el canto de la tarde
es la voz de los sepulcros.

Desde el seno de la luna
envuelto en manto de luto,
el ángel de los poetas
a llorar desciende al mundo.

Los espíritus del lago
navegan en los nelumbios,
y abren sus alas de rosa
a los céfiros nocturnos.

Arpa sonora del monte
la palma entona un susurro,
y al blando peso del ave
su ramo encorva el arbusto.

Por los cármenes del río
vago, pensativo y mustio,
y entre el follaje del bosque
blancos fantasmas descubro.

–Ah! ¿quiénes son esos tristes?...
Mis compañeros de estudio,
las sombras de mis amigos
que salen de los sepulcros!



Clemente Zenea

Por la tarde

-- de Clemente Zenea --

Solitario y abatido,
abandonado y enfermo,
tengo una lágrima triste
para bañar tu recuerdo.

A través de los cristales
morir la tarde contemplo,
y al cantar la golondrina
pensando en ti me consuelo.

Miro al pie de los nogales
encima del alto cerro,
el pastor que a breves pasos
va meditando y sonriendo.

Oigo el canto melodioso
de las damas del colegio,
y los acordes del piano
que se esparcen por el viento;

mientras un poco más distante
junto a la puerta del templo,
indiferente transita
el tranquilo pasajero.

Fijo a mi redor la vista,
todo lo estudio y observo,
pero nada en este instante
me presta entretenimiento.

Solo tu imagen hermosa
se aparece con misterio,
y en mi corazón revive
un amor que está en silencio:

Un amor a quien sostienen
después de muy largo tiempo,
entre las penas más tristes
los más deliciosos sueños.



Roque Dalton García

estudio con algo de tedio

-- de Roque Dalton García --

Clov: llora
hamm: luego vive.
(Diálogo de fin de partida de beckett).
Tengo quince años y lloro por las noches.
Yo sé que ello no es en manera alguna peculiar
y que antes bien hay otras cosas en el mundo
más apropiadas para decíroslas cantando.
Sin embargo hoy he bebido vino por primera vez
y me he quedado desnudo en mis habitaciones para sorber la tarde
hecha minúsculos pedazos
por el reloj.
Pensar a solas duele. No hay nadie a quien golpear.No hay nadie
a quien dejar piadosamente perdonado.
Está uno y su cara. Uno y su cara
de santón farsante.
Surge la cicatriz que nadie ha visto nunca,
el gesto que escondemos todo el día,
el perfil insepulto que nos hará llorar y hundirnos
el día en que lo sepan todo las buenas gentes
y nos retiren el amor y el saludo hasta los pájaros.
Tengo quince años de cansarme
y lloro por las noches para fingir que vivo.
En ocasiones, cansado de las lágrimas,
hasta sueño que vivo.
Puede ser que vosotros no entendáis lo queson estas cosas.
Os habla, más que yo, mi primer vino mientras la piel que
sufro bebe sombra



© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba