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-- de Hernando de Acuña --
Con tal instancia siempre demandaba
el gobierno del sol por solo un día,
que, aunque no convenirle conocía,
Febo al hijo Faetón se lo otorgaba.
Ya el carro y los caballos le entregaba
con que la luz al mundo repartía,
poniéndole delante el mal que habría
si en el camino o en el gobierno erraba.
Mas él, de la oriental casa salido,
fue el orbe y hemisferio traspasando
con furia y con desorden tan extraña,
que el carro, los caballos y él, perdido,
sobre el lombardo Po cayó, abrasando
riberas, aguas, montes y campaña.
Poema "Faetón" de Hernando de Acuña
-- de Francisco de Quevedo --
Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes, ya desmoronados,
de larga edad y de vejez cansados,
dando obediencia al tiempo en muerte fría.
Salíme al campo y vi que el sol bebía
los arroyos del hielo desatados,
y del monte quejosos los ganados,
porque en sus sombras dio licencia al día.
Entré en mi casa y vi que, de cansada,
se entregaba a los años por despojos.
Hallé mi espada de la misma suerte;
mi vestidura, de servir gastada;
y no hallé cosa en que poner los ojos
donde no viese imagen de mi muerte.
Esta obra se encuentra en dominio público.
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público.
Poema "salmo xvii quevedo" de Francisco de Quevedo
-- de Francisco Sosa Escalante --
Tú en realidad tornaste los ardientes
Ensueños de Colon embriagadores,
Cuando del génio un dia á los fulgores
Sus naves entregaba á tus corrientes.
Tú eres lazo de unión: los Continentes
De fuerza y esplendor te son deudores,
Y la Ciencia por tí sus resplandores
En dos mundos derrama indeficientes.
Canten otros tus negras tempestades
Y teman tu furor: yo me extasío
Cruzando tus inmensas soledades.
Ya te ostentes en calma, ó ya bravío,
Grande ¡oh mar! á través de las edades
Te admira absorto el pensamiento mío.
Poema "Al mar (Sosa Escalante)" de Francisco Sosa Escalante