Buscar Poemas con Enhorabuena


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Góngora

A Don Luis de Vargas

-- de Góngora --

Tú (cuyo ilustre, entre una y otra almena
De la Imperial Ciudad, patrio edificio
Al Tajo mira en su húmido ejercicio
Pintar los campos y dorar la arena),

Descuelga de aquel lauro enhorabuena
Aquellas dos (ya mudas en su oficio),
Reliquias dulces del gentil Salicio,
Heroica lira, pastoral avena.

Llégalas, oh clarísimo mancebo,
Al docto pecho, a la süave boca,
Poniendo ley al mar, freno a los vientos;

Sucede en todo al castellano Febo
(Que ahora es gloria mucha y tierra poca),
En patria, en profesión, en instrumentos.

Poema A Don Luis de Vargas de Góngora con fondo de libro

Manuel Acuña

Porque dejaste el mundo de dolores

-- de Manuel Acuña --

Porque dejaste el mundo de dolores
buscando en otro cielo la alegría
que aquí, si nace, sólo dura un día
y eso entre sombras, dudas y temores.

Porque en pos de otro mundo y otras flores
abandonaste esta región sombría,
donde tu alma gigante se sentía
condenada a continuos sinsabores.

Yo te vengo a decir mi enhorabuena
al mandarte la eterna despedida
que de dolor el corazón me llena;

que aunque cruel y muy triste tu partida,
si la vida a los goces es ajena
mejor es el sepulcro que la vida.

Poema Porque dejaste el mundo de dolores de Manuel Acuña con fondo de libro

Diego de Torres Villarroel

ciencia de los cortesanos de este siglo

-- de Diego de Torres Villarroel --

Bañarse con harina la melena,
ir enseñando a todos la camisa,
espada que no asuste y que dé risa,
su anillo, su reloj y su cadena;
hablar a todos con la faz serena,
besar los pies a misa doña luisa,
y asistir como cosa muy precisa
al pésame, al placer y enhorabuena;
estar enamorado de sí mismo,
mascullar una arieta en italiano
y bailar en francés tuerto o derecho;
con esto, y olvidar el catecismo,
cátate hecho y derecho cortesano,
mas llevárate el diablo dicho y hecho.

Poema ciencia de los cortesanos de este siglo de Diego de Torres Villarroel con fondo de libro

Gaspar María de Nava Álvarez

Dando la enhorabuena a un amigo

-- de Gaspar María de Nava Álvarez --

Cual suele con las ramas enlazadas
dos árboles unirse, que ni el viento
puede arrancarles de su firme asiento,
ni quebrantar sus copas levantadas,

pues antes entre sí bien apretadas
parecen elevarse al firmamento,
dándoles hermosura y ornamento
las frutas, que producen sazonadas,

así, querido amigo, te deseo
un lazo delicioso, un lazo fuerte
por medio del dulcísimo Himeneo.

Y que esta unión se forme de tal suerte
que, colmado de paz y de recreo,
seas siempre feliz hasta la muerte.



Julio Herrera Reissig

La vendimia

-- de Julio Herrera Reissig --

Mordiscan las tijeras con apáticos mimos,
en un brillo piadoso, por los pámpanos ciegos;
carbunclos y esmeraldas, gemas de extraños fuegos,
desmayan sobre el cesto, en engarces opimos...

La rendición copiosa -premio de cien trasiegos-
licencia enhorabuena los galantes arrimos;
y ufanadas las mozas con lustrosos racimos
trenzan cucas muñeiras y fandangos manchegos.

Es ya noche. Prismáticas transparencias de uvas
rutilan en las fauces borrachas de las cubas...
Y mientras Pan despierta himnos entre los saucos

-ebria de lacrimosos frutos la frente eximia-
como al cuerno propicio de Baco, la Vendimia,
hacia la luna joven, abre sus ojos glaucos.



Julio Herrera Reissig

el regreso

-- de Julio Herrera Reissig --

La tierra ofrece el ósculo de un saludo paterno
pasta un mulo la hierba mísera del camino
y la montaña luce, al tardo sol de invierno,
como una vieja aldeana, su delantal de lino.

Un cielo bondadoso y un céfiro tierno...
La zagala descansa de codos bajo el pino,
y densos los ganados, con paso paulatino,
acuden a la música sacerdotal del cuerno.

Trayendo sobre el hombro leña para la cena,
el pastor, cuya ausencia no dura más de un día,
camina lentamente rumbo de la alquería.

Al verlo la familia le da la enhorabuena...
Mientras el perro, en ímpetus de lealtad amena,
describe coleando círculos de alegría.



Francisco de Quevedo

las tres musas últimas castellanas 4

-- de Francisco de Quevedo --

¡aquí del rey jesús! ¿y qué es aquesto?
no le vale la iglesia al desdichado,
que entró a matarle dentro de sagrado,
sin temer casa real, ni santo puesto.
Favor a la justicia, alumbren presto,
corran tras de él, prendan al culpado;
no quiere resistirse, que embozado
de esperar a la ronda está dispuesto.
Llegaron a prenderle por codicia,
no de la espada ser mayor de marca;
mas visto que la trae de sangre llena,
preguntole quién era la justicia,
desembozose y dijo: soy la parca.
¿La parca sois? andad de enhorabuena.



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