Buscar Poemas con Doloridas
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Se han encontrado 3 poemas con la palabra doloridas
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En la muerte de dos señoras mozas hermanas, naturales de Córdoba
-- de Góngora --
Sobre dos urnas de cristal labradas,
de vidrio en pedestales sostenidas,
llorando está dos ninfas ya sin vidas
el Betis en sus húmidas moradas,
tanto por su hermosura de él amadas,
que, aunque las demás ninfas doloridas
se muestran, de su tierno fin sentidas,
él, derramando lágrimas cansadas,
«Almas -les dice-, vuestro vuelo santo
seguir pienso hasta aquesos sacros nidos,
do el bien se goza sin temer contrario,
que, vista esa belleza y mi gran llanto,
por el cielo seremos convertidos,
en Géminis vosotras, yo en Acuario».
Poema "En la muerte de dos señoras mozas hermanas, naturales de Córdoba" de Góngora

ya no me besas
-- de José María Hinojosa --
Un viento inesperado hizo vibrar las puertas
y nuestros labios eran de cristal en la noche
empapados en sangre dejada por los besos
de las bocas perdidas en medio de los bosques.
El fuego calcinaba nuestros labios de piedra
y su ceniza roja cegaba nuestros ojos
llenos de indiferencia entre cuatro murallas
amasadas con cráneos y arena de los trópicos.
Aquella fue la última vez que nos encontramos,
llevabas la cabeza de pájaros florida
y de flores de almendro las sienes recubiertas
entre lenguas de fuego y voces doloridas.
El rumbo de los barcos era desconocido
y el de las caravanas que van por el desierto
dejando sólo un rastro sobre el agua y la arena
de mástiles heridos y de huesos sangrientos.
Aquella fue la última noche que nuestros labios
de cristal y de sangre unieron nuestro aliento
mientras la libertad desplegaba sus alas
de nuestra nuca herida por el último beso.
Poema "ya no me besas" de José María Hinojosa

Los libros
-- de Teófilo V. Méndez Ramos --
Libros devorados llenos de ansia
allá por los años ya corridos.
¡Tomos diminutos por siempre idos!
¡Páginas dilectas de mi infancia!
Libros predilectos. Libros viejos.
Libros delirantes de ternura.
Páginas henchidas de locura
de interrogaciones y consejos.
Sangran todavía las heridas
viejas, que dejara el libro triste;
siguen nuestras almas doloridas,
viendo que el infolio grave, serio,
lleno de tristeza se resiste
a desencantarnos del misterio.
Poema "Los libros" de Teófilo V. Méndez Ramos