Buscar Poemas con Disciplina


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Se han encontrado 5 poemas con la palabra disciplina

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Jorge Manrique

coplas por la muerte de su padre 28

-- de Jorge Manrique --

Antonio pío en clemencia;
marco aurelio en igualdad
del semblante;
adriano en elocuencia;
teodosio en humanidad
y buen talante;
aurelio alejandro fue
en disciplina y rigor
de la guerra;
un constantino en la fe,
camilo en el gran amor
de su tierra.

Poema coplas por la muerte de su padre 28 de Jorge Manrique con fondo de libro

César Vallejo

viniere el malo, con un trono al hombro

-- de César Vallejo --

Viniere el malo, con un trono al hombro,
y el bueno, a acompañar al malo a andar,
dijeren «sí» el sermón, «no» la plegaria
y cortare el camino en dos la roca...
Comenzare por monte la montaña,
por remo el tallo, por timón el cedro
y esperaren doscientos a sesenta
y volviere la carne a sus tres títulos...
Sobrare nieve en la noción del fuego,
se acostare el cadáver a mirarnos,
la centella a ser trueno corpulento
y se arquearen los saurios a ser aves...
Faltare excavación junto al estiércol,
naufragio al río para resbalar,
cárcel al hombre libre, para serlo,
y una atmósfera al cielo, y hierro al oro...
Mostraren disciplina, olor, las fieras,
se pintare el enojo de soldado,
me dolieren el junco que aprendí,
la mentira que inféctame y socórreme...
Sucediere ello así y así poniéndolo,
¿con qué mano despertar?
¿con qué pie morir?
¿con qué ser pobre?
¿con qué voz callar?
¿con cuánto comprender, y, luego, a quién?
no olvidar ni recordar
que por mucho cerrarla, robáronse la puerta,
y de sufrir tan poco estoy muy resentido
y de tánto pensar, no tengo boca.

Poema viniere el malo, con un trono al hombro de César Vallejo con fondo de libro

Pedro Miguel Obligado

¿nada más

-- de Pedro Miguel Obligado --

¿nada más que tu amble disciplina merezco,
y el cariño oportuno que dices que me das,
y sonrisas piadosas para el mal que padezco?
¿nada más, nada más?...

Yo sé que no te he dado sino un alma sincera,
y un amor que no buscas y que no buscarás,
y los días opacos de una vida cualquiera.
Nada más, nada más

tal vez como un sonido que se pierde en la altura,
vagamente en ti misma, mi ensueño sentirás;
y será mi recuerdo, delicada amargura.
Nada más, nada más

pero cuesta volverla juiciosa, a la esperanza,
mostrarle que su ensueño querido está de más,
y sólo es una sombra que sobre el suelo danza.
Nada más, nada más

Poema ¿nada más de Pedro Miguel Obligado con fondo de libro

Manuel Machado

El caballero de la mano en el pecho

-- de Manuel Machado --

Este desconocido es un cristiano
de serio porte y negra vestidura,
donde brilla no más la empuñadura,
de su admirable estoque toledano.

Severa faz de palidez de lirio
surge de la golilla escarolada,
por la luz interior, iluminada,
de un macilento y religioso cirio.

Aunque sólo de Dios temores sabe,
porque el vitando hervor no le apasione
del mundano placer perecedero,

en un gesto piadoso, y noble, y grave,
la mano abierta sobre el pecho pone,
como una disciplina, el caballero.



Julio Herrera Reissig

el monasterio

-- de Julio Herrera Reissig --

A una menesterosa disciplina sujeto,
él no es nadie, él no luce, él no vive, él no medra.
Descalzo en dura arcilla, con el sayal escueto,
la cintura humillada por borlones de hiedra...

Abatido en sus muros de rigor y respeto,
ni el alud, ni la peste, sólo el diablo le arredra;
y como un perro huraño, él muerde su secreto
debajo su capucha centenaria de piedra.

Entre sus claustros húmedos, se inmola día y noche
por ese mundo ingrato que le asesta un reproche...
Inmóvil ermitaño sin gesto y sin palabras,

en su cabeza anidan cuervos y golondrinas;
le arrancan el cabello de musgo algunas cabras
y misericordiosas le cubren las glicinas.



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