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Se han encontrado 9 poemas con la palabra decimos

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Roberto Juarroz

hay palabras que no decimos

-- de Roberto Juarroz --

Hay palabras que no decimos
y que ponemos sin decirlas en las cosas.
Y las cosas las guardan,
y un día nos contestan con ellas
y nos salvan el mundo,
como un amor secreto
en cuyos dos extremos
hay una sola entrada.
¿No habrá alguna palabra
de esas que no decimos
que hayamos colocado
sin querer en la nada?

Poema hay palabras que no decimos de Roberto Juarroz con fondo de libro

Octavio Paz

la llama, el habla

-- de Octavio Paz --

En un poema leo:
conversar es divino.
Pero los diosa no hablan:
hacen, deshacen mundos
mientras los hombres hablan.
Los dioses, sin palabras,
juegan juegos terribles.
El espíritu baja
y desata las lenguas
pero no habla palabras:
habla lumbre. El lenguaje,
por el dios encendido,
es una profecía
de llamas y una torre
de humo y un desplome
de sílabas quemadas:
ceniza sin sentido.
La palabra del hombre
es hija de la muerte.
Hablamos porque somos
mortales: las palabras
no son signos, son años.
Al decir lo que dicen
los nombres que decimos
dicen tiempo: nos dicen.
Somos nombres del tiempo.
Mudos, también los muertos
pronuncian las palabras
que decimos los vivos.
El lenguaje es la casa
de todos en el flanco
del abismo colgada.
Conversar es humano.

Poema la llama, el habla de Octavio Paz con fondo de libro

Juan Ramón Jiménez

la muerte bella

-- de Juan Ramón Jiménez --

¿que me vas a doler, muerte?
¿es que no duele la vida?
¿porqué he de ser más osado
para el vivir esterior
que para el hondo morir?
la tierra ¿qué es que no el aire?
¿porqué nos ha de asfixiar,
porqué nos ha de cegar,
porqué nos ha de aplastar,
porqué nos ha de callar?
¿porqué morir ha de ser
lo que decimos morir,
y vivir sólo vivir,
lo que callamos vivir?
¿porqué el morir verdadero
(lo que callamos morir)
no ha de ser dulce y suave
como el vivir verdadero
(lo que decimos vivir?)

Poema la muerte bella de Juan Ramón Jiménez con fondo de libro

Luis Rosales

canción donde se explica, bien explicado, que al pronunciar una sola palabra puedes hacer tu biografía

-- de Luis Rosales --

A dámaso alonso
la palabra que decimos
viene de lejos,
y no tiene definición,
tiene argumento.
Cuando dices: nunca,
cuando dices: bueno,
estás contando tu historia
sin saberlo.



Octavio Paz

conversar

-- de Octavio Paz --

En un poema leo:
conversar es divino.
Pero los diosa no hablan:
hacen, deshacen mundos
mientras los hombres hablan.
Los dioses, sin palabras,
juegan juegos terribles.
El espíritu baja
y desata las lenguas
pero no habla palabras:
habla lumbre. El lenguaje,
por el dios encendido,
es una profecía
de llamas y una torre
de humo y un desplome
de sílabas quemadas:
ceniza sin sentido.
La palabra del hombre
es hija de la muerte.
Hablamos porque somos
mortales: las palabras
no son signos, son años.
Al decir lo que dicen
los nombres que decimos
dicen tiempo: nos dicen.
Somos nombres del tiempo.
Conversar es humano.



Antonio Machado

Es una forma juvenil que un día

-- de Antonio Machado --

Es una forma juvenil que un día
a nuestra casa llega.
Nosotros le decimos: —¿Por qué tornas
a la morada vieja?
Ella abre la ventana, y todo el campo
en luz y aroma entra.
En el blanco sendero,
los troncos de los árboles negrean;
las hojas de sus copas
son humo verde que a lo lejos sueña.
Parece una laguna
el ancho río entre la blanca niebla
de la mañana. Por los montes cárdenos,
camina otra quimera.



Medardo Ángel Silva

El alma presa

-- de Medardo Ángel Silva --

A Modesto Chávez Franco

Las interrogaciones con que, en horas fatales,
queremos sondear la Esencia Verdadera,
son voces a la Esfinge siempre muda, señales
en la sombra que nadie ve de la otra ribera.

Sí; de nuestro dolor sólo perdura
el eco sollozante a merced de la brisa.
¡Ay de ese cuyos diarios vino y pan de amargura
no endulzan besos, canto o femenil sonrisa!

Bien sabemos que el polvo retornará a la tierra,
pero la carne a la vida se aferra.
¡Y qué temor, oh, cielos, por nuestra leve arcilla!

¡Detente!, le decimos al minuto que pasa...
¡Y cuando por nosotros vienen de la otra orilla,
gimiendo abandonamos la miserable casa!



Evaristo Carriego

Ninguna más

-- de Evaristo Carriego --

No. Te digo que no. Sé lo que digo:
nunca más, nunca más tendremos novia,
y pasarán los años pero nunca
más volveremos a querer a otra.
Ya lo ves. Y pensar que nos decías,
afligida quizá de verte sola,
que cuando te murieses
ni te recordaríamos. ¡Qué tonta!
Si. Pasarán los años, pero siempre
como un recuerdo bueno, a toda hora
estarás con nosotros.
Con nosotros... Porque eras cariñosa
como nadie lo fué. Te lo decimos
tarde, ¿no es cierto? Un poco tarde, ahora
que no nos puedes escuchar. Muchachas,
como tú ha habido pocas.
No temas nada, te recordaremos,
y te recordaremos a ti sola:
ninguna más, ninguna más. Ya nunca
más volveremos a querer a otra.



Ricardo Güiraldes

Proa

-- de Ricardo Güiraldes --

Hace mar fuerte... ¿Fuerte?... Los egocultores decimos así a lo que nos vence y no es el caso.

El mar arrea cordilleras renovadas, que columpian al vapor en cuya proa frenetizo de borrasca.

Busco una metáfora pluriforme e inmensa; algo como fijar el alma caótica, que se empenacha de pedrería.

¿Cómo decir?... Mar... Mar... Y mientras insuflo el cráneo de espacio para cantarle mi visión, el insolente me escupió la cara.

«Regina Elena», 1914.



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