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-- de Luis Carrillo y Sotomayor --
Las honras, la osadía del Verano,
con que se ennobleció y atrevió al cielo,
al mejor cielo del más fértil suelo
hoy las traslada mi atrevida mano.
Parece es por demás al que es tirano,
de cuanto presunción honra su vuelo,
dar flores, si tus flores son recelo
a las del cielo, rostro soberano.
Dallas es por demás, si estás segura
envidian de tu rostro las más bellas
partes (y partes no, por no atreverse).
¡Ay, cuales, Celia, son!. ¡Da vida el vellas!
Flor eres; mientras flor, de tu hermosura
coge la flor, que es flor, y ha de perderse.
Poema "Las honras, la osadía del Verano" de Luis Carrillo y Sotomayor
-- de Josefina Pla --
Ay, cómo abrirte este dolor de llaves,
en soledad de pulso amurallado.
Lo que ya se llevaron, cómo darte,
sueño, renunciación, ausencia, olvido.
Cómo franquear a tu claror las puertas
tras las cuales murió crucificado
cada latido virgen de tu nombre,
desposado no obstante de tu imagen.
Cómo agotar la senda de la ausencia,
el rumbo del viaje jamás hecho,
las jornadas cautivas del suspiro.
Ay, cómo en ascua recobrar ceniza,
y de la piedra absorta hacer el nardo
que se encienda a la orilla de tu sangre...
1953
-- de César Vallejo --
Las personas mayores
¿a qué hora volverán?
Da las seis el ciego Santiago,
y ya está muy oscuro.
Madre dijo que no demoraría.
Aguedita, Nativa, Miguel,
cuidado con ir por ahí, por donde
acaban de pasar gangueando sus memorias
dobladoras penas,
hacia el silencioso corral, y por donde
las gallinas que se están acostando todavía,
se han espantado tanto.
Mejor estemos aquí no más.
Madre dijo que no demoraría.
Ya no tengamos pena. Vamos viendo
los barcos ¡el mío es más bonito de todos!
con los cuales jugamos todo el santo día,
sin pelearnos, como debe de ser:
han quedado en el pozo de agua, listos,
fletados de dulces para mañana.
Aguardemos así, obedientes y sin más
remedio, la vuelta, el desagravio
de los mayores siempre delanteros
dejándonos en casa a los pequeños,
como si también nosotros no pudiésemos partir.
Aguedita, Nativa, Miguel?
Llamo, busco al tanteo en la oscuridad.
No me vayan a haber dejado solo,
y el único recluso sea yo.
Poema "Trilce: III" de César Vallejo
-- de César Vallejo --
iii
las personas mayores
¿a qué hora volverán?
da las seis el ciego santiago,
y ya está muy oscuro.
Madre dijo que no demoraría.
Aguedita, nativa, miguel,
cuidado con ir por ahí, por donde
acaban de pasar gangueando sus memorias
dobladoras penas,
hacia el silencioso corral, y por donde
las gallinas que se están acostando todavía,
se han espantado tanto.
Mejor estemos aquí no más.
Madre dijo que no demoraría.
Ya no tengamos pena. Vamos viendo
los barcos ¡el mío es más bonito de todos!
con los cuales jugamos todo el santo día,
sin pelearnos, como debe de ser:
han quedado en el pozo de agua, listos,
fletados de dulces para mañana.
Aguardemos así, obedientes y sin más
remedio, la vuelta, el desagravio
de los mayores siempre delanteros
dejándonos en casa a los pequeños,
como si también nosotros
no pudiésemos partir.
Aguedita, nativa, miguel?
llamo, busco al tanteo en la oscuridad.
No me vayan a haber dejado solo,
y el único recluso sea yo.
Poema "las personas mayores" de César Vallejo
-- de César Vallejo --
Entre el dolor y el placer median tres criaturas,
de las cuales la una mira a un muro,
la segunda usa de ánimo triste
y la tercera avanza de puntillas;
pero, entre tú y yo,
sólo existen segundas criaturas.
Apoyándose en mi frente,
el día conviene en que, de veras,
hay mucho de exacto en el espacio;
pero, si la dicha, que, al fin, tiene un tamaño,
principia ¡ay! por mi boca,
¿quién me preguntará por mi palabra?
al sentido instantáneo de la eternidad
corresponde
este encuentro investido de hilo negro,
pero a tu despedida temporal,
tan sólo corresponde lo inmutable,
tu criatura, el alma, mi palabra.
Poema "entre el dolor y el placer median tres criaturas" de César Vallejo
-- de Juan Boscán --
Cual suele el ruiseñor entre las sombras
de las hojas del olmo o de la haya
la pérdida llorar de sus hijuelos,
a los cuales sin plumas aleando
el duro labrador tomó del nido;
llora la triste pajarilla entonces
la noche entera sin descanso alguno,
y desde allí, do está puesta en su ramo,
renovando su llanto dolorido,
de sus querellas hincha todo el campo.
Poema "El ruiseñor que pierde sus hijuelos" de Juan Boscán
-- de Gutierre de Cetina --
Esta guirnalda de silvestres flores,
de simple mano rústica compuesta
en los bosques de arcadia, aquí fue puesta
en honra del cantar de los pastores,
a los cuales, si amor en sus amores
quiera jamás negar demanda honesta,
ruego, si bien el don tan bajo cuesta,
pueda este olmo gozar de mis sudores.
Que si algún tiempo con más docta mano
las acierto a tejer como maestro,
guardando a los pasados el decoro,
espero, y mi esperar no será en vano,
que el nombre pastoral del siglo nuestro
será tal cual fue ya en la edad del oro.
-- de Gutierre de Cetina --
La fama entre pastores extendía,
en una fuente los miraba un día
dórida, y dice así, viéndolos tales:
«ojos, cuya beldad entre mortales
hace inmortal la hermosura mía,
¿cuáles bienes el mundo perdería
que a los males que dais fuesen iguales?
»tenía, antes de os ver, por atrevidos,
por locos temerarios los pastores
que se osaban llamar vuestros vencidos;
»mas hora viendo en vos tantos primores,
por más locos los tengo y perdidos
los que os vieron si no mueren de amores».
Poema "para ver si sus ojos eran cuales" de Gutierre de Cetina
-- de Gutierre de Cetina --
Puesto que a su deseo contrastaba
el fortunoso mar que no cesaba,
nadando a su pesar, pasar quería.
Mas viendo ya que el fin de su osadía
a la rabiosa muerte lo tiraba,
mirando aquella torre donde estaba
hero, a las fieras ondas se volvía;
a las cuales con ansia enamorada
dijo: «pues aplacar furor divino
enamorado ardor no puede nada,
»dejadme al fin llegar de este camino
pues poco ha de tardar, y a la tornada
secutad vuestra saña y mi destino».
Poema "leandro que de amor en fuego ardía" de Gutierre de Cetina
-- de Tomás de Iriarte --
Aunque es verdad que he escrito algunos miles
de versos, si no buenos, tales cuales,
líricos, amorosos, pastoriles,
satíricos, dramáticos, morales,
¿qué han pecado mis coplas juveniles,
para que con trompetas y atabales,
con pregonero y sendos alguaciles
salgan por esas calles y portales?
No, Fabio; las sepulta una gaveta,
donde el sol no las ve, ni yo tampoco;
ni han de estamparme en pública tarjeta,
pues temo al vulgo como niño al coco.
Déjame con mi vena de poeta,
y no quieras que tenga la de loco.
Poema "Aunque es verdad" de Tomás de Iriarte
-- de Marilina Rébora --
Quién volviese a tener...
¡Quién volviese a tener, para que nos cubriera,
una madre de noche, los párpados febriles,
quién un rozar de labios en la frente sintiera
despejando el fantasma de temores pueriles!
¡quién tuviese, otra vez, sobre la cabecera
un rostro de ternura en pálidos marfiles
y quién bajo una mano que al fin nos bendijera
sintiese disipar las penas infantiles!
habría que tornar a la distante infancia
a los antiguos días de los alegres años,
esos tiempos de ayer en los que la fragancia
era toda de miel, bálsamo y ambrosía,
en los cuales la cura de los mayores daños
se lograba con sólo tu beso, madre mía!
Poema "quién volviese a tener..." de Marilina Rébora
-- de Mario Benedetti --
Tras la cerrada ovación que puso término a la sesión plenaria del congreso internacional delingüística y afines, la hermosa taquígrafarecogió sus lápices y papeles y se dirigió haciala salida abriéndose paso entre un centenar de lingüistas,filólogos, semiólogos, críticos estructuralistas ydesconstruccionistas, todos los cuales siguieron su garbosodesplazamiento con una admiración rayana en laglosemática.
De pronto las diversas acuñaciones cerebrales adquirieronvigencia fónica:
¡qué sintagma!
¡qué polisemia!
¡qué significante!
¡qué diacronía!
¡qué exemplar ceterorum!
¡qué zungenspitze!
¡qué morfema!
la hermosa taquígrafa desfiló impertérrita yadusta entre aquella selva de fonemas.
Sólo se la vio sonreír, halagada y tal vez vulnerable,cuando el joven ordenanza, antes de abrirle la puerta, murmurócasi en su oído: «cosita linda».
Poema "lingüistas" de Mario Benedetti
-- de Miguel Unamuno --
Ves al ocaso en limpio mar de plata
flotar vagos islotes de ceniza
celeste, entre los cuales agoniza
el dragón que los días arrebata.
Santa visión que el alma te rescata
del mundo que á su afán nos esclaviza
y la esperanza, de la fé melliza
despierta en tí. Y en ese que retrata
Poema "Ir muriendo" de Miguel Unamuno
-- de Cristóbal de Castillejo --
Vuestras copias recibí,
y es cierto que, si no fuera
porque no digáis de mí
que de envidia no las vi,
de asco no las leyera.
Y porque daros razón
de los yerros que llevaban
era daros más pasión,
no os digo sino que son
cuales de vos se esperaban.
Poema "a otro, por otro tanto" de Cristóbal de Castillejo