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Se han encontrado 4 poemas con la palabra convencido

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Jaime Sabines

el peatón

-- de Jaime Sabines --

El peatón
se dice, se rumora, afirman en los salones, en las fiestas, alguien o algunosenterados, que jaime sabines es un gran poeta. O cuando menos un buen poeta.O un poeta decente, valioso. O simplemente, pero realmente, un poeta.
Le llega la noticia a jaime y éste se alegra: ¡quémaravilla! ¡soy un poeta! ¡soy un poeta importante!¡soy un gran poeta!
convencido, sale a la calle, o llega a la casa, convencido. Pero enla calle nadie, y en la casa menos: nadie se da cuenta de que es un poeta.¿Por qué los poetas no tienen una estrella en la frente, oun resplandor visible, o un rayo que les salga de las orejas?
¡dios mío!, dice jaime. Tengo que ser papá o marido,o trabajar en la fábrica como otro cualquiera, o andar, como cualquiera,de peatón.
¡Eso es!, dice jaime. No soy un poeta: soy un peatón.
Y esta vez se queda echado en la cama con una alegría dulcey tranquila.

Poema el peatón de Jaime Sabines con fondo de libro

De esas rojas mejillas, envidioso

-- de Luis Carrillo y Sotomayor --

De esas rojas mejillas, envidioso,
más sangriento el rubí, de más corrido,
afrenta, que del hurto ha convencido
el nácar, Celia, de tu rostro hermoso.

El cristal desatado, de lloroso,
tu blanca frente aqueja, que ha podido
robar —-dícelo él—- de lo escondido
de sus senos espejo tan lustroso.

Más blanca de enojada, blanca nieve,
hurtos gime en tu cuello; de esos ojos
el sol se queja o pide su hermosura.

Mas no cesan aquí, no, tus enojos,
que, si esto negar puedes, que me debe
tu rostro un alma que robó, es locura.

Poema De esas rojas mejillas, envidioso de Luis Carrillo y Sotomayor con fondo de libro

Mario Benedetti

ahora en cambio

-- de Mario Benedetti --

Hubiera entregado el dios que no poseo,
hubiera aprendido tres o cuatro signos,
y así desalentado,
así fiel, ceniciento,
invariable como un recuerdo atroz,
me hubiera respondido,
me hubiera transformado en ademanes
me hubiera convencido como todos,
refugiado en el hambre universal,
salvado para siempre y para nada.
Ahora en cambio estoy un poco solo,
de veras un poco solo y solo.
Mi tristeza es un vaso de oraciones
que se derraman sobre el césped
y desde el césped nace dios
y está también un poco solo,
de veras un poco solo y solo.
Mas yo le ayudo a conocer las aves
y en toda su extensión la herejía vegetal,
los corazones de sus alegres huérfanos,
la tierra que es la palma de su mano.

Poema ahora en cambio de Mario Benedetti con fondo de libro

Francisco de Quevedo

las tres musas últimas castellanas 70

-- de Francisco de Quevedo --

Con sacrílega mano el insolente
pueblo, de los milagros convencido,
alza las piedras, más endurecido
cuanto el señor atiende más clemente.
Muera quien al vivir eternamente,
que se negó a abrahán, nos ha ofrecido;
murieron los profetas, y, escondido,
yace moisés, caudillo más valiente.
Burló las piedras, que después miraron
con lástima a la cruz de dios, vestida,
y de noche por él, cielos y estrellas,
donde todas de envidia se quebraron
de que para instrumento de la vida
más quisiere a la cruz que a todas ellas.



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