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-- de Pedro Antonio de Alarcón --
Lío tabaco en un papel; agarro
lumbre y lo enciendo, arde ya medida
que arde, muere; muere y enseguida
tiro la punta, bárrenla... Y al carro!
Un alma envuelve Dios en frágil barro,
y la enciende en la lumbre de la vida,
chupa el tiempo y resulta en la partida
un cadáver. El hombre es un cigarro.
La ceniza que cae es su ventura;
el humo que se eleva su esperanza;
lo que arderá después su loco anhelo.
Cigarro tras cigarro el tiempo apura;
colilla tras colilla al hoyo lanza,
pero el aroma... ¡Piérdese en el cielo!
Poema "El cigarro" de Pedro Antonio de Alarcón
-- de Vicente Huidobro --
Cantar
al atardecer sobre los montes
Mirando pasar los aeroplanos
Pájaros del horizonte
Que se amamantan en la luna
Tengo sed
Dadme de beber
Todas las cabelleras rubias
En el silencio
Se sienten huir algunos recuerdos
Piezas de caza desbandadas
Cómo cogerlos
Nadie ha podido detener mi marcha
Brilla el sol
La vida vale la pena
Y tu recuerdo canta en mi reloj
El viejo Tam
En un fuego fatuo
Enciende su cigarro
Y se aleja cantando por el bosque
Tú serás
Toda la luz
esta noche
Las marionetas que cuelgan
A los rayos de las estrellas
Son arañas
DANZA
VIEJO TAM
DANZA
En medio de los siete hijos de la montaña
Coge en tu mano
Al que toca la flauta
TU
CABEZA
CUELGA
DEL
HUMO
DE
TU
CIGARRO
Poema "Tam" de Vicente Huidobro
-- de Manuel del Palacio --
La vez primera que te ví en la calle
Ibas con tu mamá por el Retiro,
Y á mi labio robaron un suspiro
Tus dulces ojos, y tu esbelto talle.
Te ví despues en el florido valle
Que el Arno riega en caprichoso giro,
Y, ¡ay! desde entónces por asir deliro
Del timón de tu pecho el gobernalle.
¿Deliro? dije mal; he visto el tarro
Con que una vez te tiñes cada dia,
La huella entre tus dientes del cigarro,
El miriñaque que mujer creia,
Y para amar un ídolo de barro
Me lo ofrece mejor la alfarería.
Poema "A una mujer de moda" de Manuel del Palacio
-- de Pablo Neruda --
Como continuación de lo leído y precedente de lapágina que sigue debo encaminar mi estrella al territorioamoroso.
Patria limitada por dos largos brazos cálidos, de largapasión paralela, y un sitio de oros defendidos por sistema ymatemática ciencia guerrera. Sí, quiero casarme con lamás bella de mandalay, quiero encomendar mi envoltura terrestrea ese ruido de la mujer cocinando, a ese aleteo de falda y pie desnudoque se mueven y mezclan como viento y hojas.
Amor de niña de pie pequeño y gran cigarro, flores deámbar en el puro y cilíndrico peinado, y de andar enpeligro, como un lirio de pesada cabeza, de gruesa consistencia.
Y mi esposa a mi orilla, al lado de mi rumor tan venido de lejos, miesposa birmana, hija del rey.
Su enrollado cabello negro entonces beso, y su pie dulce y perpetuo: yacercada ya la noche, desencadenado su molino, escucho a mi tigre ylloro a mi ausente.
Poema "el joven monarca" de Pablo Neruda
-- de Pedro Antonio de Alarcón --
Fumaba yo, tendido en mi butaca,
cuando, al sopor de plácido mareo,
mis sueños de oro realizarse veo
del humo denso entre la niebla opaca.
Mas ni la gloria mi ambición aplaca,
ni nada calma mi febril deseo
hasta que, envuelta por el aire, creo
verte mecida en vaporosa hamaca.
Corro hacia ti, mi corazón te evoca,
y cuando el fuego de tu amor me hechiza
y van mis labios a sellar tu boca,
de ellos, ¡ay!, el cigarro se desliza
y sólo queda, de ilusión tan loca,
humo en el aire y, a mis pies... Ceniza.
Poema "Humo y ceniza" de Pedro Antonio de Alarcón
-- de Vicente Huidobro --
Una corona yo me haría
de todas las ciudades recorridas
londres madrid parís
roma nápoles zurich
silban en los llanos
locomotoras cubiertas de algas
aqui nadie ha encontrado
de todos los ríos navegados
yo me haría un collar
el amazonas el sena
el támesis el rin
cien embarcaciones sabias
que han plegado las alas
y mi canción de marinero huérfano
diciendo adiós a las playas
aspirar el aroma del monte rosa
trenzar las canas errantes del monte blanco
y sobre el zenit del monte cenis
encender en el sol muriente
el último cigarro
un silbido horada el aire
no es un juego de agua
adelante
apeninos gibosos
marchan hacia el desierto
las estrellas del oasis
nosdarán miel de sus dátiles
en la montaña
el viento hace crujir las jarcias
y todos los montes dominados
los volcanes bien cargados
levarán el ancla.
Poema "exprés" de Vicente Huidobro
-- de Vicente Huidobro --
Sobre la nieve se oye resbalar la noche
la canción caía de los árboles
y tras la niebla daban voces
de una mirada encendí mi cigarro
cada vez que abro los labios
inundo de nubes el vacío
en el puerto
los mástiles están llenos de nidos
y el viento
gime entre las alas de los pájaros
las olas mecen el navío muerto
yo en la orilla silbando
miro la estrella que humea entre mis dedos
Poema "noche" de Vicente Huidobro
-- de Vicente Huidobro --
Una corona yo me haría
De todas las ciudades recorridas
Londres Madrid París
Roma Nápoles Zurich
Silban en los llanos
Locomotoras cubiertas de algas
Aquí nadie ha encontrado
de todos los ríos navegados
Yo me haría un collar
El Amazonas El Sena
El Támesis El Rin
Cien embarcaciones sabias
Que han plegado las alas
Y mi canción de marinero huérfano
Diciendo adiós a las playas
Aspirar el aroma del Monte Rosa
Trenzar las canas errantes del Monte Blanco
Y sobre el Zenit del Monte Cenis
Encender en el sol muriente
El último cigarro
Un silbido horada el aire
No es un juego de agua
Adelante
Apeninos gibosos
Marchan hacia el desierto
Las estrellas del oasis
Nos darán miel de sus dátiles
En la montaña
El viento hace crujir las jarcias
Y todos los montes dominados
Los volcanes bien cargados
Levarán el ancla.
Poema "Expres" de Vicente Huidobro
-- de Vicente Huidobro --
Sobre la nieve se oye resbalar la noche.
La canción caía de los árboles,
y tras la niebla daban voces.
De una mirada encendí mi cigarro.
Cada vez que abro los labios
inundo de nubes el vacío.
En el puerto,
los mástiles están llenos de nidos,
y el viento
gime entre las alas de los pájaros.
Poema "Noche (Huidobro)" de Vicente Huidobro
-- de Evaristo Carriego --
Mientras dice la lluvia en los cristales
sus largas letanías fastidiosas,
me aduermo en las blanduras deliciosas
de las tibias perezas invernales.
El humo del cigarro en espirales
me finge perspectivas caprichosas,
y en la nube azulada van las cosas
insinuando contornos irreales.
¡Qué bueno es el diván en estas frías
tardes, fatales de monotonías!...
¡Qué bien se siente uno, así, estirado,
con una pesadez sensual!... ¡Quisiera
no moverme de aquí! ¡Si se pudiera
vivir eternamente amodorrado!
Poema "Cuando hace mal tiempo" de Evaristo Carriego
-- de Evaristo Carriego --
Desde hace una semana falta ese parroquiano
que tiene una mirada tan llena de tristeza
y, que todas las noches, sentado junto al piano
bebe, invariablemente, su vaso de cerveza
y fuma su cigarro... Que silenciosamente
contempla a la pianista que agota un repertorio
plebeyo, agradeciendo con aire indiferente
la admiración ruidosa del modesto auditorio.
Hace ya cinco noches que no ocupa su mesa
y en el café su ausencia se nota con sorpresa.
¡Es raro, cinco noches... Y sin aparecer!
Entre los habituales hay algún indiscreto
que asegura a los otros, en tono de secreto,
que hoy está la pianista más pálida que ayer.
Poema "En el café" de Evaristo Carriego
-- de Evaristo Carriego --
Les tiene preocupados y tristes la tardanza
de la hermana. Los niños no juegan con el gato,
ni recuerdan ahora lo de la adivinanza
que propusiera alguno, para pasar el rato.
De vez en cuando, el padre mira el reloj. Parecen
más largos los minutos. Una palabra dura
no acaba. Las muchachas, que cosen, permanecen
calladas, con los ojos fijos en la costura.
Las diez, y aún no vuelve. Ya ninguno desecha,
como al principio, aquella dolorosa sospecha...
El padre, que ha olvidado la lectura empezada
enciende otro cigarro... Cansados de esperar
los niños se levantan, y sin preguntar nada
dicen las buenas noches y se van a acostar.
Poema "La inquietud" de Evaristo Carriego
-- de Evaristo Carriego --
Está lloviendo paz. ¡ Qué temas viejos
reviven en las noches de verano!...
Se queja una guitarra, allá, a lo lejos,
y mi vecina hace reir el piano.
Escucho, fumo y bebo, mientra el fino
teclado da otra vez su sinfonía:
El cigarro, la música y el vino,
familiar, generosa trilogía...
...¡Tengo unas ganas de vivir la riente
vida de placidez que me rodea!
Y por eso quizás, inútilmente,
en el cerebro un cisne me aletea...
¡Qué bien se está, cuando el ensueño en una
tranquila plenitud se ve tan vago!...
¡Oh, quien pudiera diluir la Luna
y beberla en la copa, trago a trago!
Poema "Ratos buenos" de Evaristo Carriego
-- de Carlos Pezoa Véliz --
Era un pobre diablo que siempre venía
cerca de un gran pueblo donde yo vivía;
joven, rubio y flaco, sucio y mal vestido,
siempre cabizbajo... ¡Tal vez un perdido!
Un día de invierno lo encontraron muerto
dentro de un arroyo próximo a mi huerto,
varios cazadores que con sus lebreles
cantando marchaban... Entre sus papeles
no encontraron nada... Los jueces de turno
hicieron preguntas al guardían nocturno:
éste no sabía nada del extinto;
ni el vecino Pérez, ni el vecino Pinto.
Una chica dijo que sería un loco
o algún vagabundo que comía poco,
y un chusco que oía las conversaciones
se tentó de risa... ¡Vaya, unos simplones!
Una paletada le echó el panteonero;
luego lió un cigarro, se caló el sombrero
y emprendió la vuelta... Tras la paletada,
nadie dijo nada, nadie dijo nada...
Poema "Nada" de Carlos Pezoa Véliz
-- de Roque Dalton García --
En el pasillo el anciano se prepara para la pelea
teme particularmente los jabs al hígado
y no va dar razón a la colmena ávida
es un hombre completamente de este siglo
al albañil algebraico aguardentoso
acostumbrado a saltar con ayuda del báculo
por sobre las parejas que hacen como pichones caídos
el amor
el pasillo le queda un tanto corto
porque al fin y al cabo el campeón es el campeón
pero no todos pueden tocar el arcoiris
la peor es la colmena que ahora mismo en las calles
recoge como colillas de cigarro el rencor
es lo más que se me ocurre decir al respecto
Poema "solidaridad" de Roque Dalton García