Buscar Poemas con Ciencias


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Se han encontrado 6 poemas con la palabra ciencias

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Lope de Vega

La madre de las ciencias, donde a tantos

-- de Lope de Vega --

La madre de las ciencias, donde a tantos
verde laurel por únicos publica,
dos corderos al cielo sacrifica,
primicias ya de innumerables santos.
Bárbara mano entre dichosos cantos
hierro cruel a su marfil aplica,
y la ribera, de sus plantas rica,
himnos al cielo ofrece en vez de llantos.
Henares, lastimado de que dentro
de sus términos Roma entrar procura,
saliéndole dos niños al encuentro,
rompió la margen, y la sangre pura
bebió a la tierra, y retirando el centro
le dio en arenas de oro sepultura.

Poema La madre de las ciencias, donde a tantos de Lope de Vega con fondo de libro

Lope de Vega

¡Qué bien se echa de ver, divino Diego

-- de Lope de Vega --

¡Qué bien se echa de ver, divino Diego,
que en Alcalá estudiastes teología,
pues tan divina Cátedra se os fía,
desde a donde enseñáis letras de fuego!
¿Mas cómo sois tan sabio, si sois lego,
pues dos maestros disputando un día,
de tantos argumentos la porfía
controvertida resolvistes luego?
Teólogo salistes admirable
de un libro, cuyas hojas milagrosas
hacen que un alma en todas ciencias hable.
Y entre las que sabéis maravillosas,
mirad si sois filósofo notable,
pues hacéis entender que el pan es rosas.

Poema ¡Qué bien se echa de ver, divino Diego de Lope de Vega con fondo de libro

Emilio Bobadilla

Mi patria intelectual

-- de Emilio Bobadilla --

Campos de soledad, torvos poblados,
en otro tiempo, alegres y feraces,
y hoy mustios por la guerra y devorados
por bandadas de pájaros rapaces.

Baña el sol tus llanuras de cereales
que al soplo de la brisa se menean
y lejos, entre breñas y zarzales,
los pérfidos cañones centellean.

¡Oh Francia voluptuosa, culta y bella,
de la latina tradición baluarte,
tu suelo el invasor osado huella!

Soy del furor sanguífero enemigo;
amo las ciencias y venero el arte.
¡Mi patria intelectual, lloro contigo!

Poema Mi patria intelectual de Emilio Bobadilla con fondo de libro

Juan Abel Echeverría

El avión

-- de Juan Abel Echeverría --

Águila real que en el cenit admiro,
pasmo del genio creador, invento
que en ti llevas, como alma, el pensamiento,
que al éter te lanzó con raudo giro;

lumbre de ciencias en tus alas miro,
que te hacen navegar señor del viento,
y eres bajo el cerúleo firmamento,
cruz de nácar en fondo de zafiro.

Se encumbra, al par de ti, la inteligencia,
y al corazón agita tu presencia,
con temblor de ansias y bullir de anhelos,

y en éxtasis el alma, a lo infinito
vuela de adoración su ardiente grito:
¡Gloria a Dios en la altura de los cielos!



Gabriel García Tassara

A Quintana

-- de Gabriel García Tassara --

Cuando al rayar el dia,
Allá de mi lejana adolescencia,
El dios de la armonía,
Que es el dios de la humana inteligencia,
Su inspiración ardiente
Vertió en mi corazón, vertió en mi frente;

Sonó, sonó en mi oido
De patria y libertad un eco santo
De insólito sonido;
La voz del vate, del profeta el canto,
Que al ruido de tus olas
¡Patrio Guadalquivir! canté á mis solas.

No era, no, ya la Musa
Que triscando por riscos y por faldas
Tonos femíneos usa,
Y del dios del placer entre guirnaldas
Frívola adoradora,
Dios, hombre, mundo, humanidad ignora.

Era la gran Poesía;
La que del mundo en las remotas partes,
Como en la Grecia un dia,
Fué madre de las ciencias y las artes,
Voz del cielo en la tierra,
El himno de la paz y de la guerra.



Ramón María del Valle Inclán

rosa de llamas

-- de Ramón María del Valle Inclán --

Ráfagas de ocaso, dunas escampadas.
La luz y la sombra gladiando en el monte:
tragedia de rojas espadas
y alados mancebos, sobre el horizonte.

La culebra de un sendero tenebroso,
la sombra lejana de uno que camina,
en medio del yermo el perro rabioso,
terrible el gañido de su sed canina.

¡Venteaban los canes de la duna ascética
la sombra sombría del que va sin bienes,
alma en combate, la expresión frenética,
un ramo de venas saltante en las sienes!

lóbrega su estrella le alumbra el sendero
con un torbellino de acciones y ciencias:
las torvas blasfemias por pan justiciero,
y las utopías de nuevas conciencias.

Ráfagas de ocaso, dunas escampadas,
la luz y la sombra gladiando en el monte:
mítica tragedia de rojas espadas
y alados mancebos, sobre el horizonte.



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