Buscar Poemas con Celosos


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Se han encontrado 6 poemas con la palabra celosos

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Lope de Vega

Papeles rotos de las propias manos

-- de Lope de Vega --

Papeles rotos de las propias manos
que os estimaron por reliquia santa,
bien muestra ahora el viento que os levanta
que, cuanto más pesados, sois livianos.

Si de mi libertad fuistes tiranos
por la sirena que escribiendo encanta,
ya no tendrán conmigo fuerza tanta
palabras locas y concetos vanos.

Sosiéguense celosos alborotos,
sin tener en romperos mi osadía
torpes las manos y los dientes botos.

Venid ansí, mas, ¡ay, mortal porfía!
que pues os vuelvo a mis entrañas rotos,
hijos debéis de ser del alma mía.

Poema Papeles rotos de las propias manos de Lope de Vega con fondo de libro

José María Heredia

para grabarse en un árbol. soneto

-- de José María Heredia --

Para grabarse en un árbol
soneto
árbol, que de fileno y su adorada
velaste con tu sombra los amores,
jamás del can ardiente los rigores
dejen tu hermosa pompa marchitada.
Al saludar tu copa embovedada,
palpiten de placer los amadores,
y celosos frenéticos furores
nunca profanen tu mansión sagrada.
A dios, árbol feliz, árbol amado:
para anunciar mi dicha al caminante
guarde aquesta inscripción tu tronco añoso.
Aquí moró el placer: aquí premiado
miró fileno al fin su amor constante:
sensible amó, le amaron, fue dichoso.

Poema para grabarse en un árbol. soneto de José María Heredia con fondo de libro

José María Heredia

Para grabarse en un árbol

-- de José María Heredia --

Árbol, que de Fileno y su adorada
velaste con tu sombra los amores,
jamás del can ardiente los rigores
dejen tu hermosa pompa marchitada.

Al saludar tu copa embovedada,
palpiten de placer los amadores,
y celosos frenéticos furores
nunca profanen tu mansión sagrada.

Adiós, árbol feliz, árbol amado:
para anunciar mi dicha al caminante
guarde aquesta inscripción tu tronco añoso.

Aquí moró el placer: aquí premiado
miró Fileno al fin su amor constante:
sensible amó, le amaron fue dichoso.

Poema Para grabarse en un árbol de José María Heredia con fondo de libro

Vicente Espinel

Pedir celos no es cordura

-- de Vicente Espinel --

Pedir celos no es cordura
En el que de veras ama,
Porque es despertar la dama
De lo que estaba segura.

Los celos es un tormento
Que nace de puro amor,
Y así nos fuerza el temor
A tener celos del viento:
Mas pedirlos es locura
Aunque mas arda la llama,
Porque es despertar la dama, c.

Muchos celosos se quedan
Privados de sus placeres,
Porque siempre las mugeres
Se van tras lo que las vedan:
Mejor es dalles anchura,
Que mirarán por su fama,
Y no despertar la dama, c.

Mas vale por complacellas
Dejarlas á su sabor,
Que ellas miran por su honor
Mas que nosotros por ellas:
Y la que es mas casta y pura,
Cuando á su galan mas ama,
Si con celos la disfama
No la tendrá muy segura.



Julio Herrera Reissig

los perros

-- de Julio Herrera Reissig --

El olivo y el pozo... Dormida una aldeana
en el brocal... A un lado la senda viajadora,
y un hombre paso a paso: todo lo que a la hora
suspira una evangélica gracia samaritana...

El sol es, miel, la brisa pluma y el cielo pana...
Y el monte, que una eterna candidez atesora,
ríe como un abuelo a la joven mañana,
con los mil pliegues rústicos de su cara pastora.

Pan y frutas: ingenuos desayunos frugales.
Mientras que los pastores huelgan de sus pradiales
fatigas o se lavan en los remansos tersos,

maniobran hacia el valle de tímpanos agudos
los celosos instintos de los perros lanudos,
de voz ancha, que integran los ganados dispersos.



Evaristo Carriego

Exótica

-- de Evaristo Carriego --

Tiene un rico sabor de canela
el encanto andaluz que derrama
ese hermoso donaire flamenco,
que trajiste del barrio de Triana.
— En su patio de sol, vió Sevilla
adornarse por ti las guitarras,
hoscos ceños de majos celosos
y torneos de fieras navajas. —
A tu lado, me envuelve en perfumes
la mantilla que cubre tus gracias,
y tu sangre, de ardor y misterio,
su bravia pasión me contagia.
Y me pongo a pensar en heridas
de claveles y frutas moradas,
cuando se abre la flor de tus labios
en el carmen de todas las ansias.
Y me llenan de luz la cabeza,
yo no sé que canciones bizarras



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