Buscar Poemas con Caverna


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Se han encontrado 8 poemas con la palabra caverna

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José Tomás de Cuellar

En la caverna de Cacahuamilpa

-- de José Tomás de Cuellar --

¡ESPLÉNDIDA mansión, recinto umbroso
De silencio y de paz augusto templo:
De tu imponente majestad ansioso,
Extático y absorto te contemplo!

Asiento ya mi planta en tus umbrales,
Ávido de gozar, negra caverna;
Y huyendo las visiones mundanales,
Medito solo en tu tíniebla eterna....

La mente se consagra enajenada
De tu esencia al misterio sorprendente;
Tu sublime quietud, tu calma helada
Imprimen el terror sobre mi frente.

Poema En la caverna de Cacahuamilpa de José Tomás de Cuellar con fondo de libro

Luis Cañizal de la Fuente

carrer del pou dolç

-- de Luis Cañizal de la Fuente --

Carrer del pou dolç
alegre y errabundo
sales de pozos lóbregos,
entras
al pañuelo del aire,
que te torea, muy considerado,
con flámula de seda
ligeramente húmeda.
Y cuando lo respiras, cuando embistes
hacia adentro, bebiendo
su sabor a placenta, a plaza lenta,
a pureza corrupta,
percibes que es verdad, que ahí está
el toro ensabanado de la mar,
sus delicados dedos sudorosos
y su toque en la sien.
Por la noche se encorva, se doblega
a entrar en la caverna de mi olfato
(o convertido en cuervo
da un apretón jovial de pico y ala
a mi torso, a mi pecho, y un mantazo
de talante torero tolerante
a mis pulmones) muy bienhumorado.
Torero del calor aceitunado
de la noche y la mar en barcelona.

Poema carrer del pou dolç de Luis Cañizal de la Fuente con fondo de libro

César Vallejo

quedeme a calentar la tinta en que me ahogo

-- de César Vallejo --

Quedeme a calentar la tinta en que me ahogo
y a escuchar mi caverna alternativa,
noches de tacto, días de abstracción.
Se estremeció la incógnita en mi amígdala
y crují de una anual melancolía,
noches de sol, días de luna, ocasos de parís.
Y todavía, hoy mismo, al atardecer,
digiero sacratísimas constancias,
noches de madre, días de biznieta
bicolor, voluptuosa, urgente, linda.
Y aún
alcanzo, llego hasta mí en avión de dos asientos,
bajo la mañana doméstica y la bruma
que emergió eternamente de un instante.
Y todavía,
aun ahora,
al cabo del cometa en que he ganado
mi bacilo feliz y doctoral,
he aquí que caliente, oyente, tierro, sol y luno,
incógnito atravieso el cementerio,
tomo a la izquierda, hiendo
la yerba con un par de endecasílabos,
años de tumba, litros de infinito,
tinta, pluma, ladrillos y perdones.

Poema quedeme a calentar la tinta en que me ahogo de César Vallejo con fondo de libro

José María Hinojosa

dolor

-- de José María Hinojosa --

Cuerda de guitarra
que se rompe
al templarla.
La punta de la flecha
fue untada
de tristeza.
Gira la estrella
en el vacío,
y deja deslumbrada
la caverna.
Silencio de silencio.
Ni abriendo nuevos cauces
al momento,
quita sus letanías
del desierto desierto.
El sentimiento
se vuelve más espeso.



Andrés Bello

A la victoria de Bailén

-- de Andrés Bello --

Rompe el león soberbio la cadena
con que atarle pensó la felonía,
y sacude con noble bizarría
sobre el robusto cuello la melena.

La espuma del furor sus labios llena,
y a los rugidos que indignado envía,
el tigre tiembla en la caverna umbría,
y todo el bosque atónito resuena.

El león despertó; ¡temblad, traidores!
lo que vejez creísteis, fue descanso;
las juveniles fuerzas guarda enteras.

Perseguid alevosos cazadores,
a la tímida liebre, al ciervo manso;
¡no insultéis al monarca de las fieras!



Mario Benedetti

recién nacido

-- de Mario Benedetti --

Ignorante del mundo y de sí mismo
deja el recién nacido su caverna
lejos y cerca de la piel materna
inaugura el candor de su egoísmo
mira en su entorno y es un espejismo
la apenas asumida vida externa
no es todavía despiadada o tierna
pero ya muestra señas del abismo
aprenderá sin duda ese paisaje
que poco a poco en niebla se convierte
y empezará a enterarse del mensaje
donde estará la clave de su suerte
ya ha reservado sitio para el viaje
sutil e inexorable hacia la muerte



Medardo Ángel Silva

Fragmento inédito de La divina comedia

-- de Medardo Ángel Silva --

Vimos los laberínticos senderos interiores
—ideas como larvas y monstruos roedores—:
toda la fauna y flora que nutren el Espanto
y la Locura...

El aire sabía a sangre y llanto.
Y llegamos al círculo postrer de condenados,
y yo dije:

—Maestro: ¿y esos puños crispados?
¡Y esos ojos de vértigo cuya mirada brilla
como la del felino que guarda su caverna?
¿Y aquella faz exangüe de fiebre y pesadilla?...

Y Él: —Es un buscador de la Verdad Eterna.



Julio Flórez

Abstracción

-- de Julio Flórez --

Poem

A veces melancólico me hundo en mi noche de escombros y miserias, y caigo en un silencio tan profundo que escucho hasta el latir de mis arterias.

Más aún: oigo el paso de la vida por la sorda caverna de mi cráneo, como un rumor de arroyo sin salida, como un rumor de río subterráneo.

Entonces presa de pavor, y yerto como un cadáver, mudo y pensativo, en mi abstracción a descifrar no acierto

si es que dormido estoy o estoy despierto, si un muerto soy que sueña que está vivo, o un vivo soy que sueña que está muerto.



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