Buscar Poemas con Broma


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Se han encontrado 8 poemas con la palabra broma

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Manuel del Palacio

Hoy por tí, mañana por mí

-- de Manuel del Palacio --

Si encuentras de la vida en el sendero
Á aquella que causó mi desventura,
Y aun conserva en su rostro la frescura
Y en sus mejillas el matiz primero;

Si en su alma virginal aun vive entero
Lo que ella juzgó broma y yo locura;
Si guarda de mi fe la esencia pura
Y no es su amor capricho pasajero:

Sigue sus pasos, su conducta espía,
No temas ni cansarla ni cansarte,
Ni aumentes, por piedad, la pena mia;

Ella querrá de fijo sondearte;
Serás su amigo al fín, y en ese día
Dale muchas memorias de mi parte.

Poema Hoy por tí, mañana por mí de Manuel del Palacio con fondo de libro

Enrique Lihn

elegía a carlos de rokha

-- de Enrique Lihn --

No hubo dolor en el momento justo
de oír sobre tu muerte. Fue como si tú mismo la hubierasanunciado en uno de esos absurdos llamados telefónicos quesolías hacer a tus amigos:
una broma sangrienta.
Y la inocencia que, a esas horas, se volvía irritante, lacigarra de una voz chirriando
en la paja seca del día. No hubo dolor
pero sí, carlos, la inmediata certeza
de que contigo se eclipsaba la noche
sobre el desierto de un día estable y es como si cayera
un poco de ceniza del cielo sobre tierras eriáceas.
Me he llamado a lo real. Pero qué peso insoportable
tendría ahora un guijarro sobre la palma de la mano. Todas,todas estas pobres historias
diurnas no son sino desgarradoras. Aquí, también, estavisión confusa y demasiado nítida de caras conocidas.
Si la vida no es más que una locura
lo que importan son los sueños y aún el delirio, lamentira piadosa
de las palabras en libertad arrojadas
al millar de los vientos nocturnos,
como en tu poesía: la oscuridad vidente:
palabras como brasas, balbuceos del fuego.

Poema elegía a carlos de rokha de Enrique Lihn con fondo de libro

Santiago Montobbio

urbe

-- de Santiago Montobbio --

Urbe
me han dicho que por aquí vive un poeta
que a fuer de humano ha llegado a celestial, dije.
Y añadí: si cree que es broma, ahora viene lo bueno:
lo digo totalmente en serio. En antiguas hojas
crepitaba el silencio. Completé rompiéndolo:
nombre no tiene, porque vive
precisamente en su busca. ¡Ah, ese!,
contestó el mesonero. Dicen que se hizo unos andamios
con sonetos celestes, pero la verdad es que nadie
sabe bien dónde para. Probaré si hay suerte, dije.
Y así vi sujetos, telarañas trenzadas por ellos
con sus misterios y cómo entre todos reunían
la leña de los verbos para irse juntos
al fuego del gran verbo. Pero no. No
he podido verlo: está ya muy lejos,
y ha llegado a ciudad extraña, una ciudad
fundada por él o sus sueños y donde
yo me pierdo porque en ella las calles
trazan su cara. Algunos sí que tienen
buenas artes poéticas, pensé al saberlo,
y al pensarlo sentí al momento
que a mí me quedaban derrotadas
las noches, sus imbéciles desiertos.

Poema urbe de Santiago Montobbio con fondo de libro

Marilina Rébora

el castillo

-- de Marilina Rébora --

El castillo
un castillo de arena. Lleno el foso de espuma,
subterráneos cruzándose en unión con el mar,
portal de caracoles, en la cresta una pluma
que acaso una gaviota dejara al revolar.
Moldes por centinelas en muralla alineados
circuyen tal alcázar, diseño en redondel,
y a través de los túneles, torcida por dos lados,
pronta ya para el fuego, la mecha de papel.
El hábil constructor que es un niño pequeño
enciende de la tira el extremo que asoma,
a la espera que brote el humo, por instantes.
Tras lo cual dando brincos continúa la broma
y entre risas exclama: ¡adiós, castillo y dueño!
¡yo me voy a las olas, a saltarlas como antes!



Mario Benedetti

intimidad

-- de Mario Benedetti --

Soñamos juntos
juntos despertamos
el tiempo
mientras tanto
hace o deshace
no le importan
tu sueño
ni mi sueño
somos dóciles
torpes
destructibles
pensamos que no cae
esa gaviota
que hay más allá del fin
hay otra orilla
que la batalla es nuestra
o de ninguno
vivimos juntos
juntos
nos destruimos
pero la destrucción es una broma
un detalle
una ráfaga
un instante
un abrir y cerrarse
de ojos ciegos
ah nuestra intimidad
es tan inmensa
que la muerte la esconde
en su vacío.



Juan Nicasio Gallego

Soneto improvisado en broma

-- de Juan Nicasio Gallego --

Ya no reina en las tablas Marco Antonio,
César, Yogurta ni el patrón de Plinio.
El trágico puñal perdió el dominio,
opio se emplea, arsénico, antimonio.

Cruces, horcas, fantasmas el telonio
te ofrece si haces de él fiel escrutinio:
de crímenes atroces vaticinio
es hoy la bendición del matrimonio.

El delirio, el furor se llaman genio;
ya Diana no es más que un plenilunio;
sólo se usa en el gálico Cilenio:

y en los teatros en diciembre o junio
tiemblan de horror los arcos del proscenio
de sólo presenciar tanto infortunio.



Ramón López Velarde

la bizarra capital de mi estado...

-- de Ramón López Velarde --

A jesús b. González
he de encomiar en verso sincerista
la capital bizarra
de mi estado, que es un
cielo cruel y una tierra colorada.
Una frialdad unánime
en el ambiente, y unas recatadas
señoritas con rostro de manzana,
ilustraciones prófugas
de las cajas de pasas.
Católicos de pedro el ermitaño
y jacobinos de época terciaria.
(Y se odian los unos a los otros
con buena fe.)
Una típica montaña
que, fingiendo un corcel que se encabrita,
al dorso lleva una capilla, alzada
al patrocinio de la virgen.
Altas
y bajas del terreno, que son siempre
una broma pesada.
Y una catedral, y una campana
mayor que cuando suena, simultánea
con el primer clarín del primer gallo,
en las avemarías, me da lástima
que no la escuche el papa.
Porque la cristiandad entonces clama
cual si fuese su queja mas urgida
la vibración metálica,
y al concurrir ese clamor concéntrico
del bronce, en el ánima del ánima,
se siente que las aguas
del bautismo nos corren por los huesos
y otra vez nos penetran y nos lavan.



Ramón López Velarde

La bizarra capital de mi estado

-- de Ramón López Velarde --

He de encomiar en verso sincerista
la capital bizarra
de mi Estado, que es un
cielo cruel y una tierra colorada.

Una frialdad unánime
en el ambiente, y unas recatadas
señoritas con rostro de manzanas
ilustraciones prófugas
de las cajas de pasas.

Católicos de Pedro el Ermitaño
y jacobinos de época terciaria.
(Y se odian los unos a los otros
con buena fe.)

Una típica montaña
que, fingiendo un corcel que se encabrita,
al dorso lleva una capilla, alzada
al Patrocinio de la Virgen.
Altas y bajas del terreno, que son siempre
una broma pesada.

Y una Catedral, y una campana
mayor que cuando suena, simultánea
con el primer clarín del primer gallo,
en las avemarías, me da lástima
que no la escuche el Papa.
Porque la cristiandad entonces clama
cual si fuese su queja mas urgida
la vibración metálica,
y al concurrir ese clamor concéntrico
del bronce, en el ánima del ánima,
se siente que las aguas
del bautismo nos corren por los huesos
y otra vez nos penetran y nos lavan.



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