Buscar Poemas con Bostezo


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Se han encontrado 7 poemas con la palabra bostezo

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Emilio Bobadilla

Modernismo bélico

-- de Emilio Bobadilla --

Llanuras y llanuras, hoscas, desiertas,
que se alargan y alargan como un bostezo;
las horas tienen algo de cosas muertas;
son lentas y monótonas como un rezo.

A lo lejos el humo de un estampido,
como guiño de un ojo de humo y de llamas,
y unos cuervos que vuelan dando un graznido
y se esconden posándose en unas ramas.

¡Un campo de batalla! ¡Quién lo diría!
¿Dónde están los guerreros con sus fusiles,
dónde está de la guerra la poesía?

Metidos en las zanjas se tirotean.
De frío y no de bala, mueren a miles....
¿Son topos o son hombres los que pelean?

Poema Modernismo bélico de Emilio Bobadilla con fondo de libro

Octavio Paz

crepúsculos de la ciudad ii

-- de Octavio Paz --

Mudo, tal un peñasco silencioso
desprendido del cielo, cae, espeso,
el cielo desprendido de su peso,
hundiéndose en sí mismo, piedra y pozo.
Arde el anochecer en su destrozo;
cruzo entre la ceniza y el bostezo
calles en donde lívido, de yeso,
late un sordo vivir vertiginoso;
lepra de livideces en la piedra
trémula llaga torna a cada muro;
frente a ataúdes donde en rasos medra
la doméstica muerte cotidiana,
surgen, petrificadas en lo oscuro,
putas: pilares de la noche vana.

Poema crepúsculos de la ciudad ii de Octavio Paz con fondo de libro

Vicente García de la Huerta

Ponderación justa de un amor verdadero

-- de Vicente García de la Huerta --

Arde mi corazón, y su violento
incendio por las venas se derrama,
siendo pábulo noble de esta llama
amor, que en mis entrañas alimento.

Ardiente exhalación es cada aliento,
que el aire vago a su contacto inflama,
si es que más propiamente no se llama
bostezo del volcán de mi tormento.

Este es, Lisi, mi amor voraz y altivo,
a quien es imposible hallar segundo,
milagro que obro en mí naturaleza;

superior al amor más excesivo,
mayor que cuanto en sí comprende el mundo;
sólo, Lisi, inferior a tu belleza.

Poema Ponderación justa de un amor verdadero de Vicente García de la Huerta con fondo de libro

Antonio Machado

Elegía de un madrigal

-- de Antonio Machado --

Recuerdo que una tarde de soledad y hastío,
¡oh tarde como tantas! , el alma mía era,
bajo el azul monótono, un ancho y terso río
que ni tenía un pobre juncal en su ribera.
¡Oh mundo sin encanto, sentimental inopia
que borra el misterioso azogue del cristal!
¡Oh el alma sin amores que el Universo copia
con un irremediable bostezo universal!
Quiso el poeta recordar a solas
las ondas bien amadas, la luz de los cabellos
que él llamaba en sus rimas rubias olas.
Leyó... La letra mata: no se acordaba de ellos...
Y un día—como tantos—, al aspirar un día
aromas de una rosa que en el rosal se abría,
brotó como una llama la luz de los cabellos
que él en sus madrigales llamaba rubias olas;
brotó, porque un aroma igual tuvieron ellos...
Y se alejó en silencio para llorar a solas.



Julio Herrera Reissig

Bostezo de luz

-- de Julio Herrera Reissig --

Cien fugas de agua viva rezan a la discreta
ventura de los campos sin lábaro y sin tronos.
El incienso sulfúrico que arde por los abonos,
se hermana a los salobres yodos de la caleta...

Con sus densos perfiles y sus abruptos conos,
a lo lejos, la abstracta serranía concreta
una como dormida tormenta violeta
que el crepúsculo prisma de enigmáticos tonos.

Silencio. Un gran silencio que anestesia y que embruja,
y una supersticiosa soledad de Cartuja.
Ripian en la plazuela, sobre el único banco,

el señor del Castillo con su galgo y su rifle...
Y allá en la carretera, que abre un bostezo blanco,
se duerme la tartana lerda del mercachifle.



Francisco de Quevedo

A un bostezo de Floris. Madrigal

-- de Francisco de Quevedo --

Bostezó Floris, y su mano hermosa,
Cortésmente tirana y religiosa,
Tres cruces de sus dedos celestiales
Engastó en perlas y cerró en corales,
Crucificando en labios carmesíes,
O en puertas de rubíes,
Sus dedos de jazmín y casta rosa.

Yo, que alumbradas de sus vivas luces
Sobre claveles rojos vi tres Cruces,
Hurtar quise el engaste de una de ellas,
Por ver si mi delito o mi fortuna,
Por mal o buen Ladrón, me diera una;
Y fuera buen Ladrón, robando Estrellas.

Mas no pudiendo hurtarlas,
Y mereciendo apenas adorarlas,
Divino Humilladero
De toda libertad, dije, «Yo muero,
Si no en Cruces, por ellas, donde veo
Morir virgen y mártir mi deseo».



Rosario Castellanos

falsa elegía

-- de Rosario Castellanos --

Compartimos sólo un desastre lento
me veo morir en ti, en otro, en todo
y todavía bostezo o me distraigo
como ante el espectáculo aburrido.

Se destejen los días,
las noches se consumen antes de darnos cuenta;

así nos acabamos.

Nada es. Nada está.
Entre el alzarse y el caer del párpado.

Pero si alguno va a nacer (su anuncio,
la posibilidad de su inminencia
y su peso de sílaba en el aire),
trastorna lo existente,
puede más que lo real
y desaloja el cuerpo de los vivos.



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