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-- de Arturo Borja --
Pálida, en la penumbra de un fugitivo ensueño,
igual que un lirio triste al claror de la luna,
te miré en una noche, desnudando el sedeño
ropaje coronado por tu melena bruna.
Me acerqué... Desflorando mi boca tu risueño
pudor (¡oh, primavera!), te quise y fuiste mía.
Tus esquivas caricias son sólo un loco sueño
que ahuyenta lo brumoso de mi melancolía.
Y aquel sueño de aquella fugaz noche —la sola—
noche que en mi bohemia tiene aroma de amores
en un sabio nepente que aloja mis dolores
trayéndome entre nardos la mística corona
del alma de tu carne, y brillando felina
infinita y enorme: tu mirada divina.
Enero 1904
Poema "Soñación" de Arturo Borja
-- de Antonio Machado --
Poeta ayer, hoy triste y pobre
filósofo trasnochado,
tengo en monedas de cobre
el oro de ayer cambiado.
Sin placer y sin fortuna,
pasó como una quimera
mi juventud, la primera...,
La sola, no hay más que una;
la de dentro es la de fuera.
Pasó como un torbellino,
bohemia y aborrascada,
harta de coplas y vino,
mi juventud bien amada.
Y hoy miro a las galerías
del recuerdo, para hacer
aleluyas de elegías
desconsoladas de ayer.
¡Adiós, lágrimas cantoras,
lágrimas que alegremente
brotabais, como en la fuente
las limpias aguas sonoras!
¡Buenas lágrimas vertidas
por un amor juvenil,
cual frescas lluvias caídas
sobre los campos de abril!
No canta ya el ruiseñor
de cierta noche serena;
sanamos del mal de amor
que sabe llorar sin pena.
Poeta ayer, hoy triste y pobre
filósofo trasnochado,
tengo en monedas de cobre
el oro de ayer cambiado.
Poema "Coplas mundanas" de Antonio Machado
-- de Evaristo Carriego --
Caballero de Friburgo, de un castillo de aventuras,
cuyas águilas audaces remontaron el Ideal,
soñadoras de los nidos de las líricas futuras,
la pupila al sol abierta, coronando las alturas
en el vuelo de armonías de una musa: la orquestal.
Visionario de un ensueño que inspiró un vino divino,
melancólicas vendimias de las uvas de tu Abril...
Tú también tendrás un Murger, y verá el barrio Latino
perpetuarse tu bohemia; milagroso peregrino,
compañero de prisiones en la Torre de marfil...
Que se cumpla, por tu gloria, la promesa de Darío,
al decirte de una estatua sobre firme pedestal;
que relinchen tus corceles los clarines de su brío;
que la Virgen del sudario no desole con su frío
el jardín de poesía de un eterno Florel.
Poema "A Carlos de Soussens" de Evaristo Carriego
-- de Evaristo Carriego --
Si te sientas como anoche junto al piano,
a mis ruegos insensible, taciturna:
fugitiva de aquel aire wagneriano
que tú sabes. Si, cual trágica nocturna,
traes la sombra del mutismo caprichoso
de unos celos singulares y tardíos,
volveremos a rozar el enojoso
viejo tema del porqué de tus hastíos.
¿Ves, amada? Ya se ha oído la sombría
voz solemne del Maestro: ya ha asomado
su faz grave la orquestal Melancolía,
y el esplín contagia el alma del teclado.
Deja ¡loca! de tocar... Risueñamente,
ven y cura tus neurosis, flor de anemia,
con las risas que destilan el ardiente
rojo filtro de la música bohemia:
Poema "Reproche musical" de Evaristo Carriego
-- de Evaristo Carriego --
Lujosamente bella y exquisita,
con aire de gitana tentadora,
llegaste, adelantándote a la hora,
rodeada de misterios a la cita.
El salón reservado oyó la cuita
de una cálida noche pecadora,
y al amor de tu carne ofrendadora
reventaron las yemas de Afrodita.
Fué en esa breve noche de locuras,
propicia al Florel de tus ternuras,
que, cual glóbulos de ansias pasionales,
tu sangre delictuosa de bohemia
infiltró en el cansancio de mi anemia
el ardor de los fuertes ideles!
Poema "Revelación (Carriego)" de Evaristo Carriego
-- de Evaristo Carriego --
Cuando escucho el rojo violín de tu risa,
en el que olvidados acordes evocas,
un cálido vino — licor de bohemia —
me llena el cerebro de músicas locas.
Un vino que moja tu noble garganta...
— Una húmeda jaula de finos cristales,
cuyas orquestales invisibles rejas,
aprisionan raros divinos zorzales. —
Y cuando lo escancias, cordiales de un ritmo
que roba caricias a los terciopelos,
caen en mi copa, de espumas amargas,
cual lluvia de estrellas de líricos cielos.
¡Tu risa!.. Me encanta, me obseda el oído,
como un intangible sonoro teclado
sobre el que han volcado los duendes amables
un rico y bullente champaña dorado!
Poema "Tu risa" de Evaristo Carriego