Buscar Poemas con Blanquecinos


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Se han encontrado 5 poemas con la palabra blanquecinos

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Gabriela Mistral

el establo

-- de Gabriela Mistral --

Al llegar la medianoche
y al romper en llanto el niño,
las cien bestias despertaron
y el establo se hizo vivo.
Y se fueron acercando,
y alargaron hasta el niño
los cien cuellos anhelantes
como un bosque sacudido.
Bajó un buey su aliento al rostro
y se lo exhaló sin ruido,
y sus ojos fueron tiernos
como llenos de rocío.
Una oveja lo frotaba,
contra su vellón suavísimo,
y las manos le lamían,
en cuclillas, dos cabritos...
Las paredes del establo
se cubrieron sin sentirlo
de faisanes, y de ocas,
y de gallos, y de mirlos.
Los faisanes descendieron
y pasaban sobre el niño
la gran cola de colores;
y las ocas de anchos picos,
arreglábanle las pajas;
y el enjambre de los mirlos
era un velo palpitante
sobre del recién nacido...
Y la virgen, entre cuernos
y resuellos blanquecinos,
trastocada iba y venía
sin poder coger al niño.
Y josé llegaba riendo
a acudir a la sin tino.
Y era como bosque al viento
el establo conmovido...

Poema el establo de Gabriela Mistral con fondo de libro

Antonio Machado

Los sueños malos

-- de Antonio Machado --

Está la plaza sombría;
muere el día.
Suenan lejos las campanas.
De balcones y ventanas
se iluminan las vidrieras
con reflejos mortecinos,
como huesos blanquecinos
y borrosas calaveras.
En toda la tarde brilla
una luz de pesadilla.
Está el sol en el ocaso.
Suena el eco de mi paso.
—¿Eres tú? Ya te esperaba...
—No eras tú a quien yo buscaba.

Poema Los sueños malos de Antonio Machado con fondo de libro

Ramón López Velarde

suiza

-- de Ramón López Velarde --

Suiza
para bohemio
amanece: se iluminan
los vetustos lepontinos,
los aldeanos llevan leche
en los jarros blanquecinos,
y en los aires se dispersan
de los pájaros los trinos.
Perezosos van remando
los ancianos gondoleros,
de las vacas se perciben
los mugidos lastimeros,
y las nieves se deshacen
en los viejos ventisqueros.
Las campánulas se mecen
de la brisa al tibio halago;
y derrama el sol naciente
que matiza el cielo vago,
un reguero de colores
en la clámide del lago.

Poema suiza de Ramón López Velarde con fondo de libro

Ramón López Velarde

Del pueblo natal

-- de Ramón López Velarde --

Ingenuas provincianas: cuando mi vida se halle
desahuciada por todos, iré por los caminos
por donde vais cantando los más sonoros trinos
y en fraternal confianza ceñiré vuestro talle.

A la hora del Angelus, cuando vais por la calle,
enredados al busto los chales blanquecinos,
decora vuestros rostros --¡oh rostros peregrinos!--
la luz de los mejores crepúsculos del valle.

De pecho en los balcones de vetusta madera,
platicáis en las tardes tibias de primavera
que Rosa tiene novio, que Virginia se casa;

y oyendo los poetas vuestros discursos sanos
para siempre se curan de males ciudadanos,
y en la aldea la vida buenamente se pasa.



Ramón López Velarde

Suiza (poesía)

-- de Ramón López Velarde --

Para Bohemio

AMANECE: se iluminan
los vetustos Lepontinos,
los aldeanos llevan leche
en los jarros blanquecinos
y en los aires se dispersan
de los pájaros lor trinos.

Perezosos van remando
los ancianos gondoleros,
de las vacas se perciben
los mugidos lastimeros,
y las nieves se deshacen
en los viejos vestiqueros.

Las campánulas se mecen
de la brisa al tibio halago;
y derrama el sol naciente
que matiza el cielo vago,
el reguero de colores
en la clámide del lago.



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