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-- de Lope de Vega --
Tú, que epitafios a los vivos haces,
y en tu imaginación muertos los tienes;
¿qué exequias para ti, qué honras previenes?
Pero si no las tienes, no las traces.
Todos yacen por ti. Tú, ¿por quién yaces?
¿Qué funesto ciprés das a tus sienes?
¿Qué mal dirás de ti? Porque los bienes
vendrán aun a ti mismo pertinaces.
No es bien que vivos como muertos trates,
y aun muertos con libelos descubiertos:
no es tanta tu virtud que lo presuma.
Pues que no los heredas, no los mates:
que abrir las sepulturas a los muertos
más es del azadón que de la pluma.
Poema "Tú, que epitafios a los vivos haces" de Lope de Vega
-- de Pablo Neruda --
Soneto xci
la edad nos cubre como la llovizna,
interminable y árido es el tiempo,
una pluma de sal toca tu rostro,
una gotera carcomió mi traje:
el tiempo no distingue entre mis manos
o un vuelo de naranjas en las tuyas:
pica con nieve y azadón la vida:
la vida tuya que es la vida mía.
La vida mía que te di se llena
de años, como el volumen de un racimo.
Regresarán las uvas a la tierra.
Y aún allá abajo el tiempo sigue siendo,
esperando, lloviendo sobre el polvo,
ávido de borrar hasta la ausencia.
Poema "soneto xci cien sonetos de amor (1959) noche" de Pablo Neruda
-- de Pablo Neruda --
Pero olvidé que tus manos satisfacían
las raíces, regando rosas enmarañadas,
hasta que florecieron tus huellas digitales
en la plenaria paz de la naturaleza.
El azadón y el agua como animales tuyos
te acompañan, mordiendo y lamiendo la tierra,
y es así cómo, trabajando, desprendes
fecundidad, fogosa frescura de claveles.
Amor y honor de abejas pido para tus manos
que en la tierra confunden su estirpe transparente,
y hasta en mi corazón abren su agricultura,
de tal modo que soy como piedra quemada
que de pronto, contigo, canta, porque recibe
el agua de los bosques por tu voz conducida.
Poema "soneto xxxix cien sonetos de amor (1959) mediodía" de Pablo Neruda