Buscar Poemas con Avieso


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Se han encontrado 5 poemas con la palabra avieso

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Amado Nervo

después - te odio con el odio de la ilusión marchita

-- de Amado Nervo --

Te odio con el odio de la ilusión marchita:
¡retírate! he bebido tu cáliz, y por eso
mis labios ya no saben dónde poner su beso;
mi carne, atormentada de goces, muere ahíta.
Safo, crisis, aspasia, magdalena, afrodita,
cuanto he querido fuiste para mi afán avieso.
¿En dónde hallar espasmos, en dónde hallar exceso
que al punto no me brinde tu perversión maldita?
¡aléjate! me invaden vergüenzas dolorosas,
sonrojos indecibles del mal, rencores francos,
al ver temblar la fiebre sobre tus senos rosas.
No quiero más que vibre la lira de tus flancos:
déjame solo y triste llorar por mis gloriosas
virginidades muertas entre tus muslos blancos.

Poema después - te odio con el odio de la ilusión marchita de Amado Nervo con fondo de libro

Rafael María Baralt

A la señorita venezolana Teresa G.

-- de Rafael María Baralt --

Si del Guaire gentil en la ribera
naciste ufana entre risueñas flores,
y sus plateadas ondas los ardores
del sol templaron en tu edad primera.

Si allí constante daba primavera
a tus tersas mejillas sus colores;
si todo te reía, si de amores
en torno a ti brillaba la pradera.

¿Por qué luego, del Betis seducida,
la maternal orilla abandonaste,
prefiriendo el extraño al propio cielo?

Vuelve, Teresa, a do empezó tu vida,
o pagando el amor que me inspiraste,
dame una patria en el hispano suelo.

POETA:

El ardor que me inflama, niño avieso,
a Celia ingrata justiciero inspira,
tu dios, ella mujer, y no te aira,
verla ostentar el corazón ileso.

CUPIDO:

Lleva con gloria de tu amor el peso,
y en tan grande ocasión pulsa la lira.
¿No es sublime el dolor que a Safo inspira
el canto no mortal, en bronce impreso?

POETA:

De intentar el gran salto no respondo,
ni de vate llorón, quiero yo estado,
fugitivo andaré. ¿Dónde me escondo?

CUPIDO:

Emprende ufano entre celestes flores.
Y en tanto muero de tu luz privado;
que no verte es morir ídolo amado.

Poema A la señorita venezolana Teresa G. de Rafael María Baralt con fondo de libro

Gutierre de Cetina

entre armas, guerra, fuego, ira y furores

-- de Gutierre de Cetina --

Que al soberbio francés tienen opreso,
cuando el aire es más turbio y más espeso,
allí me aprieta el fiero ardor de amores.
Miro el cielo, los árboles, las flores,
y en ellos hallo mi dolor expreso,
que en el tiempo más frío y más avieso
nacen y reverdecen mis temores.
Digo llorando: «¡oh dulce primavera,
cuándo será que a mi esperanza vea
ver de prestar al alma algún sosiego!»
mas temo que mi fin mi suerte fiera
tan lejos de mi bien quiere que sea,
entre guerra y furor, ira, armas, fuego.

Poema entre armas, guerra, fuego, ira y furores de Gutierre de Cetina con fondo de libro

Salvador Díaz Mirón

a ella

-- de Salvador Díaz Mirón --

Semejas esculpida en el más fino
hielo de cumbre sonrojado al beso
del sol, y tienes ánimo travieso,
y eres embriagadora como el vino.

Y mientras: no imitaste al peregrino
que cruza un monte de penoso acceso,
y párase a escuchar con embeleso
un pájaro que canta en el camino.

Obrando tú como rapaz avieso,
correspondiste con la trampa del trino,
¡por ver mi pluma y torturarme preso!

no así al viandante que se vuelve a un
pino
y párase a escuchar con embeleso
un pájaro que canta en el camino.

Xalapa 27 de mayo de 1901.



Salvador Díaz Mirón

A ella (Mirón)

-- de Salvador Díaz Mirón --

Semejas esculpida en el más fino
hielo de cumbre sonrojado al beso
del sol, y tienes ánimo travieso,
y eres embriagadora como el vino.

Y mientras: no imitaste al peregrino
que cruza un monte de penoso acceso,
y párase a escuchar con embeleso
un pájaro que canta en el camino.

Obrando tú como rapaz avieso,
correspondiste con la trampa del trino,
por ver mi pluma y torturarme preso.

No así al viandante que se vuelve a un pino
y párase a escuchar con embeleso
un pájaro que canta en el camino.



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