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Se han encontrado 8 poemas con la palabra asomo

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Alfonsina Storni

Presentimiento

-- de Alfonsina Storni --

Tengo el presentimiento que he de vivir muy poco.
Esta cabeza mía se parece al crisol,
Purifica y consume.
Pero sin una queja, sin asomo de horror,
Para acabarme quiero que una tarde sin nubes,
Bajo el límpido sol,
Nazca de un gran jazmín una víbora blanca
Que dulce, dulcemente, me pique el corazón.

Poema Presentimiento de Alfonsina Storni con fondo de libro

Alfonsina Storni

Presentimiento (Storni)

-- de Alfonsina Storni --

Tengo el presentimiento que he de vivir muy poco.
Esta cabeza mía se parece al crisol,
Purifica y consume.
Pero sin una queja, sin asomo de horror,
Para acabarme quiero que una tarde sin nubes,
Bajo el límpido sol,
Nazca de un gran jazmín una víbora blanca
Que dulce, dulcemente, me pique el corazón.

Poema Presentimiento (Storni) de Alfonsina Storni con fondo de libro

Amado Nervo

una flor en el camino

-- de Amado Nervo --

La muerta resucita cuando a tu amor me asomo,
la encuentro en tus miradas inmensas y tranquilas,
y en toda tú... Sois ambas tan parecidas como
tu rostro, que dos veces se copia en mis pupilas.
Es cierto: aquélla amaba la noche radiosa,
y tú siempre en las albas tu ensueño complaciste.
(Por eso era más lirio, por eso eres más rosa).
Es cierto, aquélla hablaba; tú vives silenciosa,
y aquélla era más pálida; pero tú eresmás triste...

Poema una flor en el camino de Amado Nervo con fondo de libro

César Vallejo

Trilce: XXXI

-- de César Vallejo --

Esperanza plañe entre algodones.

Aristas roncas uniformadas
de amenazas tejidas de esporas magníficas
con porteros botones innatos.
¿Se luden seis de sol?
Natividad. Cállate, miedo.

Cristiano espero, espero siempre
de hinojos en la piedra circular que está
en las cien esquinas de esta suerte
tan vaga a donde asomo.

Y Dios sobresaltado nos oprime
el pulso, grave, mudo,
y como padre a su pequeña,
apenas,
pero apenas, entreabre los sangrientos algodones
y entre sus dedos toma a la esperanza.

Señor, lo quiero yo...
Y basta!



César Vallejo

esperanza plañe entre algodones

-- de César Vallejo --

xxxi
esperanza plañe entre algodones.
Aristas roncas uniformadas
de amenazas tejidas de esporas magníficas
y con porteros botones innatos.
¿Se luden seis de sol?
natividad. Cállate, miedo.
Cristiano espero, espero siempre
de hinojos en la piedra circular que está
en las cien esquinas de esta suerte
tan vaga a donde asomo.
Y dios sobresaltado nos oprime
el pulso, grave, mudo,
y como padre a su pequeña,
apenas,
pero apenas, entreabre los sangrientos algodones
y entre sus dedos toma a la esperanza.
Señor, lo quiero yo...
Y basta!



Arturo Borja

Mi juventud se torna grave...

-- de Arturo Borja --

Mi juventud se torna grave y serena como
un vespertino trozo de paisaje en el agua:
la ebullición sonora de aquel primer asomo
primaveral, deshízose lentamente en mi fragua

Tu risa de oro, de cristal, de plata,
rememora un scherzo ya lejano
en tu risa hay un eco de sonata,
de pizzicato de violín tzigano.

Jugueteando en el nido de tu boca,
tu fina carcajada es ritmo ufano
que me recuerda una fontana loca,
y el pizzicato de violín tzigano.

Límpidas, sonoras, cristalinas,
son cadencias del trío veneciano;
tienen reminiscencias argentinas
de pizzicato de violín tzigano.



Evaristo Carriego

Murría

-- de Evaristo Carriego --

Con un blando rezongo soñoliento
el perro se amodorra de pereza,
y por sus fauces el esplín bosteza
la plenitud de un largo aburrimiento.

En la bruma de mi hosco abatimiento,
como un ratón enorme la tristeza
me roe tenazmente la cabeza,
forjándole una cueva al desaliento.

Lleno de hastío, al mirador me asomo:
un cielo gris con pesadez de plomo
vuelca su laxitud sobre las cosas ...

Y porque estoy así, fatal, envidio
y deseo las dichas bulliciosas,
las ansias de vivir... ¡Ah, qué fastidio!



Claudio Rodríguez

espuma

-- de Claudio Rodríguez --

Miro la espuma, su delicadeza
que es tan distinta a la de la ceniza.
Como quien mira una sonrisa, aquella
por la que da su vida y le es fatiga
y amparo, miro ahora la modesta
espuma. Es el momento bronco y bello
del uso, el roce, el acto de la entrega
creándola. El dolor encarcelado
del mar, se salva en fibra tan ligera;
bajo la quilla, frente al dique, donde
existe amor surcado, como en tierra
la flor, nace la espuma. Y es en ella
donde rompe la muerte, en su madeja
donde el mar cobra ser, como en la cima
de su pasión el hombre es hombre, fuera
de otros negocios: en su leche viva.
A este pretil, brocal de la materia
que es manantial, no desembocadura,
me asomo ahora, cuando la marea
sube, y allí naufrago, allí me ahogo
muy silenciosamente, con entera
aceptación, ileso, renovado
en las espumas imperecederas.



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