Buscar Poemas con Asombros


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Se han encontrado 3 poemas con la palabra asombros

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Dulce María Loynaz

yo te fui desnudando...

-- de Dulce María Loynaz --

Yo te fui desnudando de ti mismo,
de los tús superpuestos que la vida
te había ceñido...

Te arranqué la corteza-entera y dura-
que se creía fruta, que tenía
la forma de la fruta.

Y ante el asombro vago de tus ojos
surgiste con tus ojos aun velados
de tinieblas y asombros...

Surgiste de ti mismo; de tu misma
sombra fecunda-intacto y desgarrado
en alma viva...-

Poema yo te fui desnudando... de Dulce María Loynaz con fondo de libro

Emilio Bobadilla

Desolación (Bobadilla)

-- de Emilio Bobadilla --

Los troncos centenarios, retorcidos de yedras,
las viejas alquerías que en tarde de disanto
el violín campesino con su gemir de llanto
enterneció doliente hasta en las mismas piedras;

la cabaña perdida en la maleza hirsuta,
rodeada de terneros, gallinas y palomas;
los reticentes valles, las soñolientas lomas
y el huerto generoso de perfumada fruta;

el cenobio escondido en la espesura umbrosa,
la ermita visionaria del místico eremita,
la catedral de encaje, de crestería radiosa...

¡Qué son sino recuerdos que lloran entre escombros,
soledad en que brota la triste margarita,
desfile fantasmático de trágicos asombros!

Poema Desolación (Bobadilla) de Emilio Bobadilla con fondo de libro

Ramón López Velarde

Elogio a Fuensanta

-- de Ramón López Velarde --

Tú no eres en mi huerto la pagana
Rosa de los ardores juveniles;
Te quise como a una dulce hermana

Y gozoso dejé mis quince abriles.
Cual un ramo de flores de pureza
Entre tus manos blancas y gentiles.

Humilde te ha rezado mi tristeza,
Como en los pobres templos parroquiales
El campesino ante la virgen reza.

Antífona es su voz, y en los corales
De tu mística boca he descubierto
El sabor de los besos maternales.

Tus ojos tristes, de mirar incierto,
Recuérdanme dos lámparas prendidas
En la penumbra de un altar desierto.

Las palmas de tus manos son ungidas
Por mi, que provocando tus asombros
Las beso en las ingratas despedidas.

Soy débil, y al marchar por entre escombros
Me dirige la fuerza de tu planta
Y reclino las sienes en tus hombros.

Nardo es tu cuerpo y tu virtud es tanta
Que en tus brazos beatíficos me duermo
Como sobre los senos de una Santa.

¡Quien me otorgara en mi retiro yermo
Tener, Fuensanta, la condescendencia
De tus bondades a mi amor enfermo
Como plenaria y última indulgencia!

Poema Elogio a Fuensanta de Ramón López Velarde con fondo de libro

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