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Se han encontrado 6 poemas con la palabra artero

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Luis Muñoz Rivera

turba multa

-- de Luis Muñoz Rivera --

Bajo los anchos pliegues de una bandera
invicta en arapiles y en ceriñola
una turba se ampara tosca y logrera,
hija degenerada de la altanera
raza española.

Gente que audaz persigue lucro mezquino
que en altos ideales su afán escuda;
que siembra odios eternos en su camino
que de climas remotos hambrienta vino
pobre y desnuda,

y hoy que sus ricas tiendas aquí levanta
del colono pretende mofarse impía;
contemplar en el tajo nuestra garganta
y hacer que en nuestra tierra fije su planta
la tiranía.

Esos no representan al pueblo hispano
noble, viril, altivo, franco y sincero,
convertido, a esta margen del océano,
en montón de burócratas, rudo, inhumano
torpe y artero.

Montón a que los parias rinden tributo;
que en éxitos menguados te pavoneas;
que de tu negra infamia logras el fruto
en días tempestuosos de sangre y luto!
¡maldito seas!

Poema turba multa de Luis Muñoz Rivera con fondo de libro

Gutierre de Cetina

no puede un corazón apasionado

-- de Gutierre de Cetina --

Claro tener de amor conocimiento;
mas si la pasión cesa, el sentimiento
puede hablar bien del como avisado.
Yo sé decir quién es, que lo he probado;
toda su calidad entiendo y siento;
y si artero no soy del escarmiento,
no es poco bien quedar escarmentado.
Jamás vi amor honesto o provechoso,
ni puede ser del todo deleitable
naciendo de apetito codicioso.
Porque si la esperanza no es estable,
si el trabajo es más cierto que el reposo,
¿qué deleite dará que sea durable?

Poema no puede un corazón apasionado de Gutierre de Cetina con fondo de libro

Antonio-Plaza-Llamas

a baco

-- de Antonio-Plaza-Llamas --

A baco
salud, ¡oh baco! tu poder insólito,
es en la tierra talismán vivífico;
quien ha probado tu licor magnífico,
se vuelve siempre tu constante acólito...
Por ti, en las jaulas el glorioso hipólito
maldicen el idiota y el científico
al mundo artero, que sonríe pacífico
de sus pesares, con cinismo insólito,
pero tú en cambio con bondad magnánima
cuando enardeces mi cerebro escuálido
haces vivir mi lacerada ánima
haces crecer mi corazón inválido:
y juro, por san juan y la verónica,
pasar la vida en borrachera crónica.
Antonio plaza llamas

Poema a baco de Antonio-Plaza-Llamas con fondo de libro

Francisco Sosa Escalante

A un cazador

-- de Francisco Sosa Escalante --

Si con ansia mortal miraste un día
De tu mansion bajo el dorado techo,
Al hijo idolatrado que en el lecho
Te dió su adios postrero en su agonía;

Si de entónces tenaz melancolía
Tu frente anubla y despedaza el pecho,
Y en vano la amistad á tu despecho
Consuelo ofrece, bondadosa y pía:

¿Cómo puedes mirar indiferente
A la madre del tierno cervatillo
Que allí en el bosque cautivaste artero?

¿Nada te dice su gemir doliente
Cuando le hiere el deslumbrante brillo
De tu desnudo matador acero?



Francisco Sosa Escalante

A un niño (Sosa Escalante)

-- de Francisco Sosa Escalante --

Mezcla indefinible de tristeza
Y de íntimo placer, al verte, siento
Cuando sigues feliz el movimiento
De ave pintada que á volar empieza.

Si de la flor en la gentil belleza,
¡0h niño! encuentras plácido contento,
Henchido de temor mi pensamiento
Al porvenir oscuro se endereza

En el ave y la flor encantadora
La fiel imagen de tu vida miro
Hoy que disfrutas de la edad temprana:

Artero cazador, mano traidora
La muerte les dará; y á ti en su giro
Las tristes penas de la vida humana.



Clemente Althaus

Dafne y Apolo

-- de Clemente Althaus --

Al Céfiro venciendo en ligereza,
del impaciente enamorado Apolo
huye la ninfa con artero dolo.
Para encenderlo más con su esquiveza:

al fin alcanza el dios a la belleza,
que el Amor con sus alas socorriolo;
mas ¡ay! que al abrazarla, abraza sólo
de un árbol la durísima corteza.

Dafne es toda mujer: oh ciego amante,
que ves de Apolo la funesta suerte,
teme, teme desdicha semejante.

¡En huir la hermosura se divierte,
y al abrazarla el pecho palpitante,
en insensible tronco se convierte!



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