Buscar Poemas con Arrepiente


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Se han encontrado 11 poemas con la palabra arrepiente

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Lope de Vega

Pasos de mi primera edad, que fuistes

-- de Lope de Vega --

Pasos de mi primera edad, que fuistes
por el camino fácil de la muerte,
hasta llegarme al tránsito más fuerte
que por la senda de mi error pudistes;
¿qué basilisco entre las flores vistes
que de su engaño a la razón advierte?
Volved atrás, porque el temor concierte
las breves horas de mis años tristes.
¡Oh pasos esparcidos vanamente!
¿qué furia os incitó, que habéis seguido
la senda vil de la ignorante gente?
Mas ya que es hecho, que volváis os pido:
que quien de lo perdido se arrepiente,
aun no puede decir que lo ha perdido.

Poema Pasos de mi primera edad, que fuistes de Lope de Vega con fondo de libro

Jaime Sabines

tu cuerpo está a mi lado

-- de Jaime Sabines --

Tu cuerpo está a mi lado
fácil, dulce, callado.
Tu cabeza en mi pecho se arrepiente
con los ojos cerrados
y yo te miro y fumo
y acaricio tu pelo enamorado.
Esta mortal ternura con que callo
te está abrazando a ti mientras yo tengo
inmóviles mis brazos.
Miro mi cuerpo, el muslo
en que descansa tu cansancio,
tu blando seno oculto y apretado
y el bajo y suave respirar de tu vientre
sin mis labios.
Te digo a media voz
cosas que invento a cada rato
y me pongo de veras triste y solo
y te beso como si fueras tu retrato.
Tú, sin hablar, me miras
y te aprietas a mí y haces tu llanto
sin lágrimas, sin ojos, sin espanto.
Y yo vuelvo a fumar, mientras las cosas
se ponen a escuchar lo que no hablamos.

Poema tu cuerpo está a mi lado de Jaime Sabines con fondo de libro

Diego Hurtado de Mendoza

Hame traido amor a tal partido

-- de Diego Hurtado de Mendoza --

Hame traido amor á tal partido,
Que no puedo ni quiero conocerme;
Cuantas armas tenia le he rendido,
Pues le dí la razon para vencerme.

Hombre nací y por hombre era tenido;
Pudieran seso y arte socorrerme,
El tiempo, la experiencia y el sentido;
Mas todo lo dejé, y quise perderme.

Gran mal, Señora, es que el hombre entiende
Cuánto aparta de sí, y no se arrepiente,
Y que sabe cuán poco bien espera;

Que vive y morirá desta manera,
Fuera de humana forma ó accidente,
Sino de querer bien; que no se aprende.

Poema Hame traido amor a tal partido de Diego Hurtado de Mendoza con fondo de libro

Gaspar Melchor de Jovellanos

jovellanos soneto primero

-- de Gaspar Melchor de Jovellanos --

A clori
sentir de una pasión viva y ardiente
todo el afán, zozobra y agonía;
vivir sin premio un día y otro día;
dudar, sufrir, llorar eternamente;
amar a quien no ama, a quien no siente,
a quien no corresponde ni desvía;
persuadir a quien cree y desconfía;
rogar a quien otorga y se arrepiente;
luchar contra un poder justo y terrible;
temer más la desgracia que la muerte;
morir, en fin, de angustia y de tormento,
víctima de un amor irresistible:
ésta es mi situación, ésta es mi suerte.
¿Y tú quieres, cruel, que esté contento?
esta obra se encuentra en dominio público.
Esto es aplicable en todo el mundo debido a que su autor falleció hace
más de 100 años. La traducción de la obra puede no estar en dominio
público.



Gutierre de Cetina

como al que grave mal tiene doliente

-- de Gutierre de Cetina --

Después de haber con la paciencia larga
faltado la virtud, que el mal se alarga,
la rabia y el dolor hace impaciente;
y como cuando afloja el accidente,
la lengua el pesar la culpa carga,
la conciencia se duele, el alma amarga,
y de cuanto ha hablado se arrepiente.
Así en la furia yo de aquel tormento
que me causáis, me quejo y me maldigo,
y ruego a dios que cual me veis os vea.
Después me reconozco y arrepiento,
mas no puedo hacer, por más que digo,
que lo que dije ya, dicho no sea.



Hernando de Acuña

Como aquél que a la muerte está presente

-- de Hernando de Acuña --

Como aquél que a la muerte está presente
de su señor, a quien ponzoña ha dado,
y, ya que remediarle es excusado,
procúralo y del hecho se arrepiente;

así mi voluntad, ahora que siente
no poder ya mi mal ser remediado,
muestra dolerse de lo que ha causado,
y el remedio procura vanamente.

Bien simple y vanamente lo procura,
que, aunque en algo pudiera aprovecharse,
Amor, que puede, lo contradiría.

Aquí pondría sus fuerzas la ventura
y, viendo que el efecto era dañarme,
mi señora también se esforzaría.



Juan Ruiz Arcipreste de Hita

libro de buen amor 25

-- de Juan Ruiz Arcipreste de Hita --

El águila cabdal canta sobre la faya,
todas las otras aves de allí las atalaya,
non ay péndola d'ella, que en tierra caya,
si ballestero la falla, préçiala más que saya.
Saetas e quadrillos, que trae amolados,
con péndolas de águila los ha empendolados,
fue como había usado a ferir los venados,
al águila cabdal diole por los costados.
Cató contra sus pechos el águila ferida,
e vido, que sus péndolas la habían escarnida,
dixo contra sí misma una raçón temida:
'de mí salió quien me mató, et me tiró la vida.'
El loco, el mesquino que su alma non cata,
usando tu locura e tu mala barata,
destruye a su cuerpo e a su alma mata,
que de sí mesmo sale quien su vida desata.
Omen, ave, o bestia, a que amor retiente,
desque cumple loxuria, luego se arrepiente,
entristese en punto, luego flaquesa siente,
acórtase la vida: quien lo dixo non miente.
¿Quién podríe desir quántos tu loxuria mata?
¿quién diríe tu forniçio et tu mala barata?
al que tu entendimiento e tu locura cata
el diablo lo lieva, quando non se recata.
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índice de la obra
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Francisco de Quevedo

Salmo XIV Quevedo

-- de Francisco de Quevedo --

Perdióle a la razón el apetito
el debido respeto,
y es lo peor que piensa que el delito
tan grande, puede a Dios estar secreto,
cuya sabiduría
la oscuridad del corazón del hombre,
desde el cielo mayor, leerá más claro.
Yace esclava del cuerpo la alma mía,
tan olvidada ya del primer nombre
que hasta su perdición compra tan caro,
que no teme otra cosa
sino perder aquel estado infame,
que debiera temer tan solamente,
pues la razón más viva y más forzosa
que me consuela y fuerza a que la llame,
aunque no se arrepiente,
es que está ya tan fea,
lo mejor de la edad pasado y muerto,
que imagino por cierto
que se ha de arrepentir cuando se vea.
Sólo me da cuidado
ver que esta conversión tan prevenida
ha de venir a ser agradecida
más que a mi voluntad, a mi pecado;
pues ella no es tan buena
que desprecie por mala tanta pena,
y él es tan vil y de dolor tan lleno,
aunque muestra regalo,
que sólo tiene bueno
el dar conocimiento de que es malo.



Clemente Althaus

El temblor

-- de Clemente Althaus --

«Temblor» sonó; con subterráneo ruido
velocísimo llega de repente;
moverse el suelo, cual bajel, se siente,
y crujir techo y muro sacudido.

Con voladora planta sin sentido
la calle ocupa la espantada gente,
que se humilla confusa y se arrepiente
y a Dios clama en altísimo alarido.

Pasa el peligro y rápido se olvida;
al saludable espanto reemplaza
la viciosa costumbre de la vida.

Mas teme, oh Lima, teme a tu enemigo
que, si hoy sólo pasó cual amenaza,
vendrá tal vez mañana cual castigo.



Clemente Althaus

Escrito en nombre de una joven

-- de Clemente Althaus --

¿La misma ya no soy? Y porque ardiente
negra viruela mancilló la rosa
de mi mejilla y la nevada frente,
¿Ya me huyes y desdeñas por esposa?

De tu injusta mudanza te arrepiente,
no humillada me dejes y celosa;
ven; y, aunque la beldad perdí aparente,
ve que me queda aún un alma hermosa.

Mas que vivir, si fuerza era perderte,
de tu desdén objeto y de tu espanto,
¡Por qué mi horrible mal no me dio muerte!

Rogarás por mi paz al cielo santo,
y te dolieras de mi triste suerte,
y mi tumba regarás con tu llanto.



Clemente Althaus

Al Perú

-- de Clemente Althaus --

No tanto el rico abono te insolente
que hoy tan famosa te hace cual ya el oro,
que no es eterno, oh patria, tal tesoro
y su fin aceleras imprudente.

De haberlo poseído vanamente
te ha de quedar entonces el desdoro,
y la miseria y el inútil lloro
del que en hora tardía se arrepiente.

Que, aunque mil fuentes de riqueza tienes,
todas por ésta tu confianza olvida,
con que justo será que luego penes:

Teme que cuenta el Creador te pida
de tantos raros malogrados bienes
de que indigna la tierra te apellida.



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