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San Juan de la Cruz

Otras del mismo a lo divino

-- de San Juan de la Cruz --

Tras de un amoroso lance,
y no de esperanza falto,
volé tan alto, tan alto,
que le di a la caza alcance.

1. Para que yo alcance diese
a aqueste lance divino,
tanto volar me convino
que de vista me perdiese;
y, con todo, en este trance
en el vuelo quedé falto;
mas el amor fue tan alto,
que le di a la caza alcance.

2. Cuanto más alto subía
deslumbróseme la vista,
y la más fuerte conquista
en oscuro se hacía;
mas, por ser de amor el lance
di un ciego y oscuro salto,
y fui tan alto, tan alto,
que le di a la caza alcance.

3. Cuanto más alto llegaba
de este lance tan subido,
tanto más bajo y rendido
y abatido me hallaba;
dije: ¡No habrá quien alcance!
y abatíme tanto, tanto,
que fui tan alto, tan alto,
que le di a la caza alcance.

4. Por una extraña manera
mil vuelos pasé de un vuelo,
porque esperanza del cielo
tanto alcanza cuanto espera;
esperé solo este lance,
y en esperar no fui falto,
pues fui tan alto, tan alto,
que le di a la caza alcance.

Poema Otras del mismo a lo divino de San Juan de la Cruz con fondo de libro

Alfonso Reyes

quédate callado...

-- de Alfonso Reyes --

Quédate callado y solo:
casi todo sobra y huelga.
De la rama el fruto cuelga
y la rosa del peciolo,
no a efectos del querer sólo,
sino a la inerte ceguera
que la visión exagera
en alcance y en sentido;
y lo que cantas dormido
es tu canción verdadera.
Quédate solo y callado:
casi todo huelga y sobra.
Ningún gasto se recobra,
ni vale el oro cambiado
la moneda que has pagado
por montones de vellón.
Que a hurtos da el corazón
los latidos que aprovechas,
y aunque imaginas que pechas,
lo debes al panteón.

Poema quédate callado... de Alfonso Reyes con fondo de libro

Leandro Fernández de Moratín

soneto. el rey d. sebastián

-- de Leandro Fernández de Moratín --

el rey d. Sebastián
cede al temor el luso fugitivo,
y el rey cercado de enemiga gente,
desnuda ya la coronada frente,
resiste y lidia con esfuerzo altivo.
Los que le quieren prisionero y vivo
(aunque solo morir matando intente)
discordes en su cólera insolente,
sangre derraman por el gran cautivo.
Amor, que visto el mal partió derecho
con treinta lanzas de gomeles bravos,
para estorbar el bélicoso trance:
«qué importa», dijo (y le atraviesa el pecho)
«un hombre más al número de esclavos?
muera... Toca añadir: siga el alcance».

Poema soneto. el rey d. sebastián de Leandro Fernández de Moratín con fondo de libro

Jorge Guillén

tarde mayor

-- de Jorge Guillén --

Libre nací y en libertad me fundo.
Cervantes
tostada cima de una madurez,
esplendiendo la tarde con su espíritu
visible nos envuelve en mocedad.
Así te yergues tú, para mis ojos
forma en sosiego de ese resplandor,
trasluz seguro de la luz versátil.
Si aquellas nubes tiemblan a merced,
un día, de un estrépito enemigo,
mescolanza de súbito voraz,
oscurecidos y desordenados
penaremos también. Y no habrá alud
que nos alcance en la ternura nuestra.
Esos árboles próceres se ahíncan
dedicando sus troncos al cénit,
a un cielo sin crepúsculos de crimen.
Si tal fronda perece fulminada,
rumoroso otra vez igual verdor
se alzará en el olvido del tirano.
Y pasará el camión de los feroces.
Castaños sin historia arrojarán
su florecilla al suelo blanquecino.
Un ámbito de tarde en perfección
tan desarmada humildemente opone,
por fin venciendo, su fragilidad
a ese desbarajuste sólo humano
que a golpes lucha contra el mismo azul
impasible, feroz también, profundo.
Fugaz la historia, vano el destructor.
Resplandece la tarde. Yo contigo.
Eterna al sol la brisa juvenil.



Jorge Guillén

infierno

-- de Jorge Guillén --

Ma tu perché ritorni a tanta noia?
dice virgilio a dante, inferno , i, 76.
Los destructores siempre van delante,
cada día con más poder y saña,
sin enemigo ya que los espante.
Triunfa el secuestro con olor de hazaña,
que pone en haz la hez del bicho humano.
Ni el más iluso al fin la historia engaña.
El infierno al alcance de la mano.



Jorge Luis Borges

el ingenuo

-- de Jorge Luis Borges --

Cada aurora (nos dicen) maquina maravillas
capaces de torcer la más terca fortuna;
hay pisadas humanas que han medido la luna
y el insomnio devasta los años y las millas.
En el azul acechan públicas pesadillas
que entenebran el día. No hay en el orbe una
cosa que no sea otra, o contraria, o ninguna.
A mí sólo me inquietan las sorpresas sencillas.
Me asombra que una llave pueda abrir una puerta,
me asombra que mi mano sea una cosa cierta,
me asombra que del griego la eleática saeta
instantánea no alcance la inalcanzable meta,
me asombra que la espada cruel pueda ser hermosa,
y que la rosa tenga el olor de la rosa.



Oliverio Girondo

soplosorbos

-- de Oliverio Girondo --

Soplosorbos
costas
rompientes del entonces
resacas
subvivencias que arenan el ahora
calas
caries del tiempo
cuanto conjuro lacio
cepotedio
soborra
concubinada
soplosorbo del cero
vacío
vacío ya vaciado en apócrifos moldes sin acople
qué han de bastar los crótalos
las figuras los pasos de la sangre
el veneno de almendras que se expande al destapar un seno
o las manos de viaje
dónde un índice totem
una amarra que alcance
una verdad un gesto un camino sin muerte
alguna cripta madre que incube la esperanza
sólo tumbos
retumbos lentas leznas acerbas
ambivalentes menos
poros secos
desbastes
fofo hartazgo termita y asco verde
exapoyos
maltrueques
sólo esperas que lepran la espera del no tiempo



Gustavo Adolfo Bécquer

rima iv

-- de Gustavo Adolfo Bécquer --

No digáis que agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira:
podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía.
Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas;
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista;
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías;
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!
mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista;
mientras la humanidad siempre avanzando,
no sepa a do camina;
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!
mientras sintamos que se alegra el alma
sin que los labios rían;
mientras se llore sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan;
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!
mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran;
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira;
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas;
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!



El sueño de la enredadera

-- de Vicenta Castro Cambón --

A Dolores Caeiro de Castro,

filialmente.

¡OH tierra que alimentas mis raíces!
alejarme de ti es mi vivo anhelo;
por eso, aunque muy débiles, mis ramas
suben y suben, cual buscando el cielo.

Varas enjutas que formáis mi zarzo,
aunque no alcance yo la ansiada altura
os ceñiré con fraternales brazos
y luciréis alegre vestidura.

Nadie en breve podré reconoceros
cubiertas por mis hojas y mis flores,
y a nuestra fresca sombra muchos seres
vendrán a refugiarse en los calores.

Y vendrán, confundiendo sus encantos,
picaflores y lindas mariposas
a buscar el sustento de su vida
en la miel de mis flores olorosas.

¡Cuán alegre seré la vida, entonces,
cuando pueda ofrecer mi seno amigo
a vivientes tan bellos e inocentes,
dulce alimento y protector abrigo!

¡Oh tierra que alimentas mis raíces!
alejarme de ti es mi vivo anhelo.
Elevarme, dar flores, muchas flores:
es esa mi misión y ese es mi cielo.

Y lo mismo que muere sin temores
el hombre que fué activo, honrado y bueno,
cumplida mi misión, oh madre tierra,
trocada en polvo volveré a tu seno.



Antonio Ros de Olano

La pajarera

-- de Antonio Ros de Olano --

EL POETA. No vuelvas a la líquida morada
virgen del lago que a los aires subes...
Sigue sobre la niebla reclinada:
nunca te arropen las flotantes nubes...

LA VISIÓN.Mi viaje es a la nada.

EL POETA.Como el halcón tras de la garza huida,
por los espacios seguiré tu vuelo;
alas de amor impulsan mi subida;
si al cielo vas, te prenderé en el cielo...

LA VISIÓN. Es la mayor caída.

EL POETA.Sepa quién eres, virgen de halagüeños
ojos, que antes me veló el rocío;
leve cendal revela tus pequeños
redondos pechos, al intento mío...

LA VISIÓN.El hada de los sueños.

EL POETA.¡Ah! yo te miro en la extensión lejana,
muy más hermosa cuanto más desnuda...-
¿Huyendo vas la sensación humana?-
¿Teme tal vez tu corazón la duda?...

LA VISIÓN.El tedio de mañana.
Yo soy la garza que el halcón sujeta,
viendo los horizontes más lejanos:
cuando me alcance tu ambición inquieta,
¡acuérdate! se quebrará en tus manos
la lira del poeta.



Marilina Rébora

mi físico

-- de Marilina Rébora --

Mi físico
no he sido nunca linda tal vez quise ser alta
y la piel de mis hombros se acentúa morena
(al decir esto, claro, una verdad resalta:
que tampoco mi espalda ha de ser de azucena).
No tuve grandes ojos, y ahora aún me falta
el gracioso caer de ondulada melena;
tampoco es mío el rosa que reanima y esmalta
las mejillas y labios, con tono de verbena.
Se dice que subyuga por lo manso mi acento
puede que a fuer de cauto alcance a ser ternura,
un eco susurrante del jardín bajo el viento,
pero quien describiese con justeza mi traza
verá cómo responde toda la arquitectura
al tobillo delgado de la mujer de raza.



Mario Benedetti

pasatiempo

-- de Mario Benedetti --

Cuando éramos niños
los viejos tenían como treinta
un charco era un océano
la muerte lisa y llana
no existía
luego cuando muchachos
los viejos eran gente de cuarenta
un estanque era océano
la muerte solamente
una palabra
ya cuando nos casamos
los ancianos estaban en cincuenta
un lago era un océano
la muerte era la muerte
de los otros
ahora veteranos
ya le dimos alcance a la verdad
el océano es por fin el océano
pero la muerte empieza a ser
la nuestra.



Mario Benedetti

peros

-- de Mario Benedetti --

Las circunstancias tiempo en carne viva
ponen a nuestro alcance pena y goces
pero
más de una vez nos llevan a remolque
amor es más que un juego o un diluvio
es el cuerpo y el alma a la intemperie
pero
si se va la lujuria ya no vuelve
el trabajo es un bálsamo un compás
gracias a él lidiamos con las horas
pero
hay un ocio final que no perdona
la vida puede ser un vendaval
que sacude mis sueños y tus duendes
pero
la vida tiene obligación de muerte



Mario Benedetti

referencias

-- de Mario Benedetti --

Alguna vez en palma de mallorca
hallé en el borne dos filas de árboles
como las que hubo en un recodo
del viejo parque urbano
en la habana otra vez
pensé que el malecón
era como la rambla
en santa cruz de tenerife
hay una larga franja
como la de pocitos
la gente que camina en las calles de atenas
se asemeja a la nuestra
sólo que al mediodía
en helsinki si escucho cómo hablan
me parece lunfardopero nunca lo entiendo
el cielo de la noche blanca de leningrado
me recuerda mi cieloen tardes de tormenta
en buenos aires hay un barrio
flores
que puede confundirse con la aguada
el rastro madrileño
es una feria de tristán narvaja
sólo que gigantesca
ahora por fin
están aquí a mi alcance
parque rambla idioma firmamento
recodos calle feria esquinas
ya no preciso referencias



Mario Benedetti

sobre cartas de amor

-- de Mario Benedetti --

Amor vendimia
las circunstancias tiempo en carne viva
ponen a nuestro alcance pena y goces
pero
más de una vez nos llevan a remolque
amor es más que un juego o un diluvio
es el cuerpo y el alma a la intemperie
pero
si se va la lujuria ya no vuelve
el trabajo es un bálsamo un compás
gracias a él lidiamos con las horas
pero
hay un ocio final que no perdona
la vida puede ser un vendaval
que sacude mis sueños y tus duendes
pero
la vida tiene obligación de muerte



Meira Delmar

soneto en vano

-- de Meira Delmar --

¿a dónde iré que no me alcance el vuelo
de tu mirada que en azor se muda,
y la noche de sueños me desnuda
con el brillo quemante del desvelo?
¿en qué sitio del aire, el mar, el cielo,
encontrará mi corazón ayuda,
la clara mano que mi mal acuda
y en dulcedumbre me convierta el duelo?
la frente pensativa me rodeas
de lejanas memorias. Me recreas
los rostros del amor enceguecido.
Y es inútil que huya de tu acecho
si te oigo vivir dentro del pecho
con la vida sin muerte del olvido.
!--Img



Juan León Mera

Mi fortuna

-- de Juan León Mera --

Siempre avara conmigo la fortuna
de mi alcance sus dones ha alejado;
a perpetua pobreza condenado
por un capricho fui desde la cuna.

Mis locas esperanzas, una a una,
cual seductores sueños han pasado;
pero nunca en mis ansias he llevado
al pie de esa deidad queja importuna.

Con otro don divino estoy contento,
no comparable a material tesoro:
mi noble corazón y mi talento.

De mi Patria a la gloria éste dedico,
y a la tierna beldad a quien adoro
mi corazón entero sacrifico.



Fernando de Herrera

Probó atento el artífice dichoso

-- de Fernando de Herrera --

Probó atento el artífice dichoso
a la imagen impresa y forma pura
hacer no inferior la hermosura,
por quien Betis va al piélago pomposo.

La gracia dio, dio el resplandor hermoso
que en la nieve la púrpura figura,
lumbre que a la tiniebla vence oscura,
mas que todos osado y temeroso;

pero la majestad de la belleza
tierna, y serena gloria de la frente,
y ojos dulces do el blando amor se cría,

no pudo, y justo fue que su rudeza
vuestra beldad no alcance floreciente,
sola entre tantas, ¡oh ínclita María!



Fernando de Herrera

Voy siguiendo la fuerza de mi hado

-- de Fernando de Herrera --

Voy siguiendo la fuerza de mi hado
por este campo estéril y ascondido;
todo calla y no cesa mi gemido
y lloro la desdicha de mi estado.

Crece el camino y crece mi cuidado,
que nunca mi dolor pone en olvido;
el curso al fin acaba, aunque estendido,
pero no acaba el daño dilatado.

¿Qué vale contra un mal siempre presente
apartarse y huir, si en la memoria
se estampa y muestra frescas las señales?

Vuela Amor en mi alcance y no consiente,
en mi afrenta, que olvide aquella historia
que descubrió la senda de mis males.



Francisco Sosa Escalante

A Fela

-- de Francisco Sosa Escalante --

Tras de las horas del placer, un día
Las horas llegarán de la tristeza,
Cuando, marchita la gentil belleza,
Te cerque, Fela, soledad impía.

No importa! á la tenaz melancolía
Vencida mirarás si con grandeza
Consagras tu cariño y tu terneza
Al infinito amor de tu María.

Resista al infortunio tu alma fuerte
Y nunca temas, aunque el mal te aflija,
Que la mano del mal pueda vencerte.

Oh Fela hermosa! la mirada fija
Ten en que alcance venturosa suerte
La dulce niña de tus sueños hija.



José Gautier Benítez

oriental

-- de José Gautier Benítez --

Hermosísima sultana
de los jardines de hiram,
sonrisa de la mañana,
por mirarte a la ventana
diera su reino un sultán;

sus jardines orientales,
sus alfombras y pebetes,
ruiseñores y turpiales,
sus cachemiras y chales,
sus zegríes y zenetes;

diera sus galas y flores,
sus esclavas y su harén,
sus sueños embriagadores
y la existencia de amores
prometida en el edén.

Mas, ¡ah!, maldice su oro,
y su pompa, y su esplendor:
no puede el monarca moro
pagar, con todo un tesoro,
una sonrisa de amor.

Por eso lanza su gente
en algara a la frontera,
por eso nubla su frente
y va buscando impaciente
una lanza que lo hiera.

Por eso el monarca moro
quiere morir con honor,
pues ha tornado a desdoro
que no alcance su tesoro
para pagarte su amor.



Baltasar del Alcázar

Los ojos de Elvira

-- de Baltasar del Alcázar --

Hiere la hermosa Elvira
cuantos mira,
porque sus ojos son flechas,
que al corazón van derechas,
como al blanco donde tira;

mas luego, por buen respeto
los cura y sana en efecto,
como le caigan a lance;
no hay quien el secreto alcance,
porque los cura en secreto.



Clemente Althaus

Idea de Dios

-- de Clemente Althaus --

Cual del náufrago el ánimo desmaya,
que en vano mueve la mirada y mano
en medio del vastísimo océano,
lejos del puerto y de la dulce playa;

Como el que imprime el pie del Himalaya
en la más alta cima, o Ande cano,
que sólo mira en torno el aire vano,
por más que lejos con la vista vaya;

o como aquel que al cielo remontado
navega el aire en volador navío,
que mira por do quier espacio inmenso;

así todo me abismo y anonado,
sin que te alcance a comprender, Dios mío,
cuando en tus altas perfecciones pienso.



Romildo Risso

Ricuerdo

-- de Romildo Risso --

Las sendas y los caminos,
Van quedando atrás y lejos...
Por dispacito que vaya,
Pasan las cosas que veo...

Y siempre, al alzar las vistas,
En su sitio -más o menos-
Algo que no tiene alcance
Aunque figura estar quieto.

Parece que el horizonte,
En la mirada lo llevo...

Ansina, días... Y días...
Años, ansina se jueron...
Pasaron, la mar de cosas
Que ya no veo, ni en sueños!...

Algo, cruzao en la vida,
Siempre clarito lo tengo!...
Talmente que un horizonte,
Formaran l'alma y el tiempo...

Cómo vi'a dejarlo atrás,
Si en la mirada lo llevo!...



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