Buscar Poemas con Adoras


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Se han encontrado 8 poemas con la palabra adoras

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Alejandro Tapia y Rivera

A la señorita Matilde R.

-- de Alejandro Tapia y Rivera --

Huye la dorada puerta
de una existencia que ignoras,
que en este Edén que ya adoras,
no entre lirios se despierta.
Si en tu cándido delirio
te place nuestra existencia,
nunca sepa tu inocencia
que esta vida es... El martirio.

Poema A la señorita Matilde R. de Alejandro Tapia y Rivera con fondo de libro

Alejandro Tapia y Rivera

A una dama (Tapia y Rivera)

-- de Alejandro Tapia y Rivera --

Con gozo mi pluma escribe
en tu libro de memorias
estos versos, que aunque humildes,
sinceros del alma brotan.
Mujer bendita del cielo
del cielo bendita esposa,
mujer que diste por hijas
en vez de mujeres, rosas.

Tú has debido ser tan bella
como la espléndida aurora,
mecerse debió tu cuna
entre perfumes y aromas,
ser debió tu primavera,
como ninguna, señora,
puesto que has dado por hijas
en vez de mujeres, rosas.

Las flores en tu himeneo
darte debieron coronas,
hicieron tu epitalamio
las dulces aves cantoras,
porque solo así pudieras
(tú la más bella entre todas)
dar a natura por hijas
en vez de mujeres, rosas.

Que premie el cielo tu unión
con el esposo que adoras,
que te celebren los genios
cual bella madre de hermosas,
y natura agradecida
al ver que tú, bienhechora
con un ramo de primores
has ornado su corona,
proclame que das por hijas
en vez de mujeres, rosas.

Poema A una dama (Tapia y Rivera) de Alejandro Tapia y Rivera con fondo de libro

Amado Nervo

El mago

-- de Amado Nervo --

Yo marcho
y un tropel de corceles piafadores
va galopando tras de mí...

Yo vuelo
y me sigue un enjambre de cóndores
por la inviolada majestad del cielo.

Yo canto
y las selvas de música están llenas
y es arpa inmensa el florestal...

Yo nado
y una lírica tropa de sirenas
va tras mí por el mar alborotado.

Yo río
y de risas se puebla el éter vago,
como un coro de dioses...

Yo suspiro
y el aura riza suspirando el lago;
yo miro, y amanece cuando miro...

Yo marcho, vuelo, canto, nado, río,
suspiro, y me acompaña el Universo
como una vibración: Yo soy el Verso,
¡y te busco y me adoras y eres mío!

Poema El mago de Amado Nervo con fondo de libro

Jacinto de Salas y Quiroga

El ingrato (Salas y Quiroga)

-- de Jacinto de Salas y Quiroga --

(Música de Romagnesi.)

Ese ingrato que tanto quieres
imita al fin tu ligereza;
él te abandona, y tú prefieres
su veleidad a mi firmeza.
¡Ay! El que te hace así penar
no merece, no, tu ternura;
a mí, que adoro tu hermosura,
vuélveme a amar, vuélveme a amar.

Amable Rosa, ¿por qué lloras?
Ese cruel que te entristece,
al ver cuan firme tú le adoras,
de ti se ríe y se envanece.
¡Ah! Más valiera despreciar
al que tus penas ha causado;
yo nunca olvido lo pasado;
vuélveme a amar, vuélveme a amar.

Si largo tiempo en mi dolor
tu alevosía he repetido;
si fuiste ingrata con mi amor,
padeces ya... Todo lo olvido.
Bella Rosa, vuelve a tomar
mi corazón y mi fortuna;
deja el rubor... Amor nos una;
vuélveme a amar, vuélveme a amar.



José María Heredia

Himno al desterrado

-- de José María Heredia --

¡Cuba, Cuba, que vida me diste,
dulce tierra de luz y hermosura!
¡Cuánto sueño de gloria y ventura
tengo unido a tu sueño feliz!
¡Y te vuelvo a mirar...! Cuán severo,
hoy me oprime el rigor de mi suerte
la opresión me amenaza con muerte
en los campos do al mundo nací.
Mas ¿qué importa que truene el tirano?
pobre, sí, pero libre me encuentro.
Sólo el alma del alma es el centro:
¿Qué es el oro sin gloria ni paz?
Aunque errante y poscrito me miro,
y me oprime el destino severo;
por el cetro del déspota ibero
no quisiera mi suerte trocar.
¡Dulce Cuba!, en su seno se miran
en el grado más alto y profundo,
las bellezas del físico mundo,
los horrores del mundo moral.
Te hizo el cielo la flor de la tierra;
mas, tu fuerza y destinos ignoras,
y de España en el déspota adoras
al demonio sangriento del mal.
¡Cuba, al fin te verás libre y pura!
Como el aire de luz que respiras,
cual las ondas hirvientes que miras
de tus playas la arena besar.
Aunque viles traidores te sirvan,
del tirano es inútil la saña,
que no en vano entre Cuba y España
tiende inmenso sus olas el mar.



Juan de Arguijo

Fabio y Licori, ramera

-- de Juan de Arguijo --

De la astuta Licori á los umbrales
Te vió saliendo el sol, ¡oh Fabio amigo!
Creció en su luz el dia, y fué testigo
De tu lamento y quejas desiguales.

Oyó tambien el Héspero tus males,
La blanca luna se dolió contigo;
Mas el ingrato dueño, tu enemigo,
Ni aun de corta piedad mostro señales.

¿Cuál otro galardon en tal porfia,
Inútil yedra de su puerta, esperas?
¿Hasta cuándo tu propio engaño adoras?

Huye la fiera Circe y cruel arpía,
Que alegra en ver que por su causa mueras,
Riendo está lo mismo que tú lloras.



Francisco Sosa Escalante

Amina

-- de Francisco Sosa Escalante --

De negra envidia, de rabiosos celos
Siempre víctima fué la joven pura
Que revela en su cándida hermosura
Ser un ángel bajado de los cielos

Por eso, Amina, con amargos duelos
Trastorna tu razón la desventura;
Mas no importa; sabrás con tu ternura
De la calumnia desgarrar los velos.

De tu voz celestial el eco grato
Al alma llegará del sér que adoras,
Y entónces volverá de amor henchido.

Libre de dudas tornará el ingrato,
Y si hoy, Amina, con angustia lloras,
Tu llanto en breve secará el olvido.



Francisco Sosa Escalante

Reconciliación

-- de Francisco Sosa Escalante --

Y es verdad? y es verdad? y no es un sueño
Que al fín, dolida de mi mal, me llamas
A tu lado otra vea, y que proclamas
Que soy tu solo amor, tu solo dueño?

Tu semblante dulcísimo y risueño
Aun más que el labio, dice que te inflamas
En intensa pasion, y que reclamas
Mis besos puros con febril empeño.

Ven á mis brazos, ven; daré al olvido
De tu ausencia fatal las tristes horas
Y de mi pecho callará el gemido.

Ven, Lélia mia, ven; tus seductoras
Caricias, gozaré de amor rendido
Y fiel te adoraré cual tú me adoras.



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