¿Lleva tilde generalatos?
- Palabras agudas: son aquellas cuya última sílaba es tónica, deben llevar tilde aquellas que acaben en vocal, ene o ese.
- Palabras llanas: son aquellas cuya sílaba tónica es la penúltima y llevan acento las que no terminan en vocal, ene o ese
- Palabras esdrújulas: son aquellas cuya sílaba tónica es la antepenúltima, se acentúan siempre
Generalatos no lleva tilde
Han de llevar tilde las palabras llanas que no terminen en vocal, "n" o "s".
Llamamos palabras llanas a las palabras donde el golpe de voz o sílaba tónica recae en su penúltima sílaba.
La separación silábica de GENERALATOS queda así: ge-ne-ra-la-tos, es llana y termina en "s" por lo tanto no se acentúa.
Ejemplos con la palabra Generalatos
Muchos Griegos había habido antes de él que se habían hecho ilustres y que habían ejecutado grandes cosas, de cuyo número son Timoteo, Agesilao, Pelópidas y aquel a quien más se propuso imitar Timoleón, Epaminondas, mas las hazañas de éstos presentan lo brillante confundido con cierta violencia y esfuerzo, tanto, que en algunas tuvo lugar la reprensión y el arrepentimiento, mientras que cuando en todos los hechos de Timoleón, si ponemos fuera de cuenta el estrecho en que se vio respecto del hermano, ninguno hay al que no le convenga, como dice Timeo, aquella exclamación de Sófocles: ¿Qué Afrodita o Amores, sacros Dioses, han puesto aquí su poderosa mano? Porque así como la poesía de Antímaco y los cuadros de Dionisio, ambos Colofonios, en que hay fuerza y valentía, tienen el aire de cosas hechas con esfuerzo, y muy trabajadas, y en las pinturas de Nicómaco y en los versos de Homero al vigor y gracia se agrega el parecer que están hechos con gran soltura y facilidad, de la misma manera, comparados los generalatos de Epaminondas y Agesilao, servidos con dificultad y grande esfuerzo con el generalato de Timoleón, en el que hubo tanta facilidad como esplendor, no le parecerá éste, al que bien le advierta, obra de la Fortuna, sino de una virtud afortunada. Con todo, él atribuyó siempre a la Fortuna sus buenos sucesos, y tanto escribiendo a sus amigos de Corinto como arengando a los Siracusanos dijo muchas veces daba gracias a Dios porque, teniendo determinado salvara la Sicilia, había sobrepuesto su nombre de él en este decreto. Edificó asimismo al lado de su casa un templo al Acaso, en que hizo sacrificio, y la casa misma la consagró al sagrado Genio. Era ésta la que los Siracusanos le habían regalado por premio de su acertado mando, juntamente con un terreno de lo más agradable y delicioso, en el que se recreaba la mayor parte del tiempo, habiendo hecho venir de Corinto a su mujer y sus hijos, pues ya no volvió allá, ni se mezcló en las turbaciones de la Grecia, ni tampoco quiso incurrir en la envidia por gobernar, en que suelen estrellarse los más de los generales por la insaciable ansia de honores y mando, sino que pasó allí su vida, gozando de los bienes que él mismo había proporcionado, de los cuales era el mayor ver tantas ciudades y tantos millares de hombres que por él eran dichosos.Ver ejemplos de oraciones con la palabra generalatos