¿Lleva tilde eximieran?

Hay una infinidad de palabras que se acentúan en Español, en concreto en nuestra base de datos tenemos 255.832 palabras que deben llevar tilde. Las reglas generales de acentuación son las siguientes:
  • Palabras agudas: son aquellas cuya última sílaba es tónica, deben llevar tilde aquellas que acaben en vocal, ene o ese.
  • Palabras llanas: son aquellas cuya sílaba tónica es la penúltima y llevan acento las que no terminan en vocal, ene o ese
  • Palabras esdrújulas: son aquellas cuya sílaba tónica es la antepenúltima, se acentúan siempre
Con las reglas anteriores puede parecer fácil saber cuando lleva tilde una palabra, no obstante en ocasiones saber separar una palabra en sílabas no es sencillo y pueden aparecer otros factores como los hiatos, las palabras compuestas o los acentos diacríticos que fácilmente inducen a equivocación. Por ello te ayudamos no sólo mostrandote cual es la forma correcta de escribir la palabra pero además te decimos por qué es así.

Eximieran no lleva tilde

Han de llevar tilde las palabras llanas que no terminen en vocal, "n" o "s".

Llamamos palabras llanas a las palabras donde el golpe de voz o sílaba tónica recae en su penúltima sílaba.

La separación silábica de EXIMIERAN queda así: e-xi-mie-ran, es llana y termina en "n" por lo tanto no se acentúa.

Ejemplos con la palabra Eximieran

Dícese que por parte de los augures se propusieron también muchas cosas que contradecían aquella jornada, pero teniendo Alcibíades otros agoreros, presentó, de ciertos oráculos antiguos, uno en que se decía que les vendría a los Atenienses grande esplendor de parte de la Sicilia, y, además, le vinieron ciertos adivinos de Zeus Amón, trayéndole un oráculo, por el que se prometía que los Atenienses se apoderarían de todos los Siracusanos, pero los que les eran contrarios los ocultaban, por temor de que se tomasen a mal agüero. Lo que no era mucho, cuando no los contenían las señales más visibles y manifiestas, como la mutilación de los Hermes, que a todos en una noche les fueron cortadas las partes prominentes, a excepción de uno solo, llamado de Andócides, ofrenda de la tribu Egeide, y que estaba junto a la casa en que Andácides habitaba entonces, y como la atrocidad ejecutada en el ara de los Docedióses, la cual consistió en que un hombre se subió repentinamente sobre ella, y, abriendo las piernas, con una piedra se cortó las partes genitales. En Delfos había una estatua de oro de la Diosa Palas, colocada sobre una palma de bronce, ofrenda de Atenas, de los despojos tomados a los Medos: a éste, pues, la picotearon por varios días unos cuervos que vinieron volando, y el fruto de la palma, que era de oro, lo arrancaron a picotazos y lo echaron al suelo, pero los Atenienses decían que esto era invención de los de Delfos, ganados por los Siracusanos Prescribióseles en aquella misma sazón, por un oráculo, que trajeran de Clazómenas la Sacerdotisa de Atenea, y, enviándola a buscar, se halló que su nombre era Hesiquia, y en esto parece que el buen Genio de Atenas aconsejaba a aquellos ciudadanos que por entonces se estuviesen quietos. Bien fuera por temor de estos prodigios, o bien porque lo alcanzara por su ciencia, el astrólogo Metón, a quien se había dado entonces cierto mando, fingió dar fuego a su casa, como que estaba loco: aunque otros dicen que no fingió tal locura, sino que, habiendo incendiado su casa por la noche, se presentó en la plaza muy afligido, y pidió a los ciudadanos que, en atención a tan grande desventura, eximieran de la expedición a su hijo, que estaba nombrado prefecto de un trirreme para pasar a Sicilia. A Sócrates el Sabio le anunció su Genio, por los medios que tenía por costumbre, que aquella expedición se equipaba en ruina de la ciudad, lo que refirió a sus amigos y conocidos, habiendo corrido entre muchos esta especie. Para no pocos eran también motivo de inquietud los días en que salió la armada, porque celebraban las mujeres las fiestas de Adonis, y por todas partes se veían tendidos por las calles sus simulacros, y junto a ellos exequias y llantos de mujeres, por lo cual, los que dan importancia a estas cosas se mostraban disgustados y temían no fuera que aquel aparato y aquella fuerza que se ostentaban entonces, tan brillantes y florecientes, se marchitasen bien en breve.
Ver ejemplos de oraciones con la palabra eximieran

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