¿Lleva tilde enjaezando?

Hay una infinidad de palabras que se acentúan en Español, en concreto en nuestra base de datos tenemos 255.832 palabras que deben llevar tilde. Las reglas generales de acentuación son las siguientes:
  • Palabras agudas: son aquellas cuya última sílaba es tónica, deben llevar tilde aquellas que acaben en vocal, ene o ese.
  • Palabras llanas: son aquellas cuya sílaba tónica es la penúltima y llevan acento las que no terminan en vocal, ene o ese
  • Palabras esdrújulas: son aquellas cuya sílaba tónica es la antepenúltima, se acentúan siempre
Con las reglas anteriores puede parecer fácil saber cuando lleva tilde una palabra, no obstante en ocasiones saber separar una palabra en sílabas no es sencillo y pueden aparecer otros factores como los hiatos, las palabras compuestas o los acentos diacríticos que fácilmente inducen a equivocación. Por ello te ayudamos no sólo mostrandote cual es la forma correcta de escribir la palabra pero además te decimos por qué es así.

Enjaezando no lleva tilde

Han de llevar tilde las palabras llanas que no terminen en vocal, "n" o "s".

Llamamos palabras llanas a las palabras donde el golpe de voz o sílaba tónica recae en su penúltima sílaba.

La separación silábica de ENJAEZANDO queda así: en-ja-e-zan-do, es llana y termina en "o" por lo tanto no se acentúa.

Ejemplos con la palabra Enjaezando

Esforzábase Nicias a mostrarse en la voz, en el semblante y en el modo de saludar superior a tanta desgracia, y en los ocho días de marcha, acometido y herido por los enemigos, conservó invencibles las fuerzas que tenía consigo, hasta que quedó cautivo Demóstenes, con su división, junto a la quinta llamada Polizelo, peleando y siendo cercado de los enemigos. Desenvainó entonces Demóstenes su espada, y se hirió a sí mismo, aunque no acabó de quitarse la vida, porque se arrojaron sobre él los enemigos y le echaron mano. Adelantáronse unos cuantos Siracusanos a enterar a Nicias del suceso, y habiendo mandado algunos de los suyos de a caballo, cuando se cercioró de la pérdida de aquellos, manifestó deseos de tratar con Gilipo para que dejaran partir a los Atenienses de la Sicilia, recibiendo rehenes sobre que serían indemnizados los Siracusanos de todos los gastos que hubiesen hecho en aquella guerra, mas ellos no le dieron oídos, sino que, tratándole con vilipendio y haciéndole amenazas e insultos, le lanzaron flechas, no obstante que le veían reducido al último extremo de miseria. Con todo, aún aguantó aquella noche, y al día siguiente continuó su marcha, acosado por los enemigos hasta el río Asinaro. Allí éstos alcanzaron a algunos, y los arrojaron a la corriente, otros habían llegado antes, y, compelidos de la sed, se habían echado de bruces a beber, y fue grande el estrago y crueldad contra los que a un mismo tiempo bebían y recibían la muerte, hasta que Nicias, echándose a los pies de Gilipo, le hizo este ruego: “Hallen compasión ¡oh Gilipo! en vosotros los vencedores, no yo que de nadie la deseo, debiendo bastarme el nombre y la gloria que me dan tamañas desgracias, sino los demás Atenienses, haciéndoos cargo de que son comunes los infortunios de la guerra, y que en ellos se portaron benignamente con vosotros los Atenienses cuando les fue favorable la fortuna.” Al proferir Nicias estas palabras, con ellas y con su vista no dejó de conmoverse Gilipo, pues sabía que los Lacedemonios habían sido de él favorecidos en el último tratado, y, además, echaba cuenta de que importaría mucho para su gloria el conducir prisioneros a los dos generales enemigos. Por tanto, tomando de la mano a Nicias, procuró alentarle, y dio orden para que a los demás les hiciesen prisioneros, pero habiéndose tardado algo en hacerla correr, fueron menos que los muertos los que se salvaron, de los cuales los soldados sustrajeron y robaron muchos. Reunido que hubieron todos los prisioneros que se manifestaron, suspendieron de los más altos y hermosos árboles de la orilla del río las armas ocupadas a los enemigos, pusieron coronas sobre sus sienes, y, enjaezando vistosamente sus caballos, y cortando las crines a los de los enemigos, se dirigieron a la ciudad, después de haber terminado la más celebrada contienda que Griegos contra Griegos tuvieron jamás y de haber alcanzado la victoria más completa, con grande poder y tesón, y con las mayores muestras de resolución y de virtud.
Ver ejemplos de oraciones con la palabra enjaezando

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