Ejemplos con vuelvo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Todo esto es verdad, y, sin embargo, estimando a más que nadie, no acabo de convencerme de que Pereda y yo nos equivocásemos tan de medio a medio, y sea montañesismo, sean recuerdos infantiles, vuelvo siempre con amor los ojos hacia el poeta de y de , y por más esfuerzos que hago, no puedo simpatizar con y sus amigos, ni con el señor de Valenzuela, como simpatizo con don Silvestre Seturas o con don Robustiano Tres-Solares.
Todo esto es verdad, pero cada cual tiene sus manías: yo me vuelvo a y a y a.
Amenazo de vez en cuando, transijo al ver que ceden, y vuelvo a la benevolencia.
Así, pues, si usted me da su permiso, vuelvo a mi tribuna a tomar algunas notas sobre la sesión de hoy.
Entro, y no la hallo, la busco por toda la casa, y no parece, llamo a la doncella, y tampoco está en casa, vuelvo a su gabinete, y veo la cama sin deshacer, su ropero en desorden y vacío el cofrecillo de sus alhajas.
¿No está aquí claramente acusada la contraposición de la Iglesia primitiva, como potencia espiritual, frente al fausto de las potencias temporales y caedizas? Sin duda, debe de ser magnífico, imponente y maravilloso el aparato y circunstancias de contorno con que actualmente se canta este himno en Roma, pero, ¿qué dirían Boecio y su mujer si levantasen la cabeza? No se impaciente usted, que vuelvo en seguida a mi historia, pero estos preámbulos son esenciales.
En el cielo la pobre abogará por mí ¡Por mí, que fui su verdugo! Sin embargo, la quería y si vuelvo los ojos al pasado no encuentro en mi vida otro pecado que haber hecho una mártir de mi pobre mujer Debí haberla ocultado que tenía otras mujeres.
¡No me encienda la sangre, que si me vuelvo lobo, lo como!.
Vuelvo aquí para despojaros, como a ladrones, de los bienes que disfrutáis por mí! ¡Dios me alarga la vida para que pueda arrancarlos de vuestras manos infames y repartirlos entre mis verdaderos hijos! ¡Salid de esta casa, hijos de Satanás!.
Cuando me detengo, anonadado por esta existencia de Judío Errante, la Justicia, en nombre del miedo, me grita que ande, y vuelvo a emprender la marcha.
En mi presencia tienen la vista baja, sonríen y alaban a Su Eminencia, y apenas vuelvo la espalda, son víboras que intentan morderme, lenguas de escorpión que nada respetan ¡Ay, Tomasa! ¡Hija mía! ¡Tenme lástima! Cree que cuando pienso en esto me pongo muy enfermo.
La mamá le dijo con muy buenas palabras que no volviese por aquí, que no pensase más en mi persona, pero ¡que si quieres! Me asomo al balcón, y ¡cataplum! allí está en la esquina mi hombre, con una cara tan desmayada, que da risa, salgo a paseo, y siempre que vuelvo la cabeza veo tras de mí al moscardón, con un aspecto que no parece sino que cualquier día va a subir al Miguelete para tirarse de cabeza, ¡Pero, hombre, tú que tienes amistad con él y te hace caso, dile que no sea tan pesado! Dile que yo le querré siempre como un buen amigo, pero que no me importune más, pues su testarudez la pago yo.
Lo del huerto no lo consiento, lo vuelvo a repetir.
Pero vuelvo a repetirlo: no quiero que te roben.
¡No vuelvo a mirarte así, como a tí te gusta! Así.
¿Está usted conforme? ¿Sí? Pues bien, ¡quedamos arreglados! Si al llegar ve usted cerrado el despacho, señal es de que aun no vuelvo o de que estoy durmiendo la siesta.
¡Cuidadito con no escribir! Te castigo: no vuelvo a pensar en tí.
¡Oh!, sí, el año que viene vuelvo en Abril ya estoy andando para acá.
Y otros ratos parece que me vuelvo el hombre de más seso del mundo, ¡y se me ocurren unas cosas! De tan sublimes que son no las puedo expresar, me tiembla la lengua, me la muerdo y escupo sangre Después me quedo como el que sale de un desmayo.
Yo me vuelvo loca Y no sé por qué me devano los sesos, porque en rigor, ¿a mí qué me va ni me viene? Si Maximiliano quiere humillarse después de las atrocidades que pasaron, yo no debo meterme Pero sí, sí me meteré.
No me vuelvo atrás de lo que esta expresión indica, pues el buen señor llegó a sentir por su protegida un amor entrañable, no todo compuesto de fiebre de amante, sino también de un cierto cariño paternal, que cada día se determinaba más.
Ahora sí que no se me escapan Me voy encima, y a las dos las afrento tal suegra para tal nuera ¡buen par de cuñas están! ¡Cuánto tardan! La cabeza se me abrasa, y parece que me vuelvo toda uñas.
Si vuelvo, si voy allá en seguida Mi mujer gasta un genio muy vivo.
Vuelvo al momentito, ricoEstos momentitos me cargandijo él nadando en las sábanas como si fueran olas.
Verá usted verá usted si le vuelvo yo del revés como un calcetín.
Cállate, cállate y no me saques la cólera, que al oírte decir que quieres a una tiota chubasca, me dan ganas de ahogarte, más por tonto que por malo y al oírte hablar de conciencia en este tratado, me dan ganas de Dios me perdone ¿Sabes lo que te digo?añadió alzando la voz, ¿sabes lo que te digo? Que desde este momento vuelvo a tratarte como cuando tenías doce años.
Mañana vuelvo con Guillermina y entonces aquí te quiero ver.
Al momento vuelvo Voy a ver lo que salta por allá.
Vamos pasando hijo ¡Ay, que el de esta casa! No vuelvo a entrar más aquí Abur, abur.
Sí, hijo de mi alma, porque aquellos brutos no me vuelvo atrás hicieron una barbaridad.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba