Ejemplos con visita

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Simón Cerojo, que acababa de recibir su licencia de soldado, que sabía un poco de pluma y había corrido media España con su regimiento, de cuyo coronel fue asistente cinco años, y era, además, un mocetón fresco y rollizo, se creyó con todas las condiciones exigidas por la vanidosa muchacha, y se atrevió a pretenderla, no sin llevar encima, por memorial y a mayor abundamiento, en su primera visita, un reloj de cinco duros y alguna de la ropa que, como prenda de una buena estimación y una fina amistad , le había regalado su coronel al despedirle.
Hasta su ama se atrevía con él¡con él, que era el terror de todos los propietarios de la huerta!, y en su visita de San Juan habíase burlado de su dicho de las cadenas y hasta de la navaja, anunciándole que se preparase a dejar las tierras o pagar el arrendamiento, sin olvidar los atrasos.
Andando lentamente por el borde del camino y huyendo del polvo como de un peligro mortal, llegó una gran visita: don Joaquín y doña Pepa, el maestro y su señora.
El año que viene os acordaréis de mí al veros sin mi visita.
No volvía a casa hasta las once de la noche, y después de hacer una corta visita a Tónica y Micaela, iba a un café donde se juntaba la gente de Bolsa y podían apreciarse diariamente las opiniones y profecías de alcistas y bajistas.
La visita se prolongó una media hora, y por fin, el viejo, con ayuda de su bastón, púsose en pie.
Y la visita la hicieron una mañana que Tónica no tenía trabajo y su novio pudo abandonar.
Los caballeros maestrantes lucían sus uniformes obscuros, los sanjuanistas su cruz roja, y hasta los oficiales de reemplazo y los del batallón de Veteranos se adosaban los arreos militares para acompañar a la señora en la visita a los templos y lucir de paso sobre el pecho las recién frotadas cruces.
Terminó la visita a media noche, y cuando el padre y el hijo se dirigían hacia la puerta, acompañados por las señoras de la casa, doña Manuela cambió sus últimas palabras con el señor Cuadros.
Una nueva visita entró en el salón.
Pues sí, Manueladijo el marido, en un día como éste, nosotros no podíamos prescindir de hacer a ustedes la consabida visita.
¿Pagarme la visita?prorrumpió casi colérico¿pagarme la visita? ¡Ni ésta, ni cien, ni mil más! ¡Ninguna! ¿Cuándo he cobrado yo en tu casa por mis servicios? Soy amigo viejo de tu familia, fuí condiscípulo de tu padre.
¡Mal, doctor! Precisamente iba yo a decirle a usted que no podemos pagarle la visita.
Cuando la familia dio por terminada su visita, doña Manuela y las niñas fueron hasta el rellano de la escalera, para cambiar allí los últimos besos.
Doña Manuela hizo prometer a sus amigos que la honrarían con su visita en los dos restantes días de la Pascua, y comenzaron los preparativos de marcha.
A las nueve de la noche recibieron las de Pajares la visita de Andresito y su papá.
Papá decía a cada rato: Niñas ¿ya pagaron esa visita? Nosotras no queríamos ir porque la verdad.

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