Ejemplos con vileza

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En esta obra hay un profundo pesimismo, casi leopardiano: el filósofo, aun conservando su tranquilidad de espíritu, no odia a la humanidad por su injusticia, vileza, estupidez y corrupción.
En ellos hay vileza y bajeza moral, se produce violencia verbal y física, se bebe alcohol y los invitados se emborrachan delante de las cámaras.
Pero Pablo apenas había vivido en Mallorca: había viajado mucho, no era como los de su raza, inmóviles en la misma postura durante siglos, reproduciéndose sobre el montón de su vileza y su cobardía, sin fuerzas ni solidaridad para levantarse e imponer respeto.
Las cosas agradables a nuestros sentidos lo son porque así lo quieren los muertos, las desagradables e inútiles se ven sumidas en su vileza por la voluntad de los que ya no existen, lo moral y lo inmoral son sentencias dadas hace siglos por ellos.
Tú estás mejor enterado que yo de las miserias de la vida literaria, Tristán, pero se me hace muy duro pensar que una persona que se halla en el pináculo de la gloria y que espontáneamente te ha brindado protección te traicione tan pronto y con tal vileza.
Tenía la convicción de su vileza.
Había sentido, como francés, una repulsión irresistible al convencerse de que Freya era una espía que llevaba causados grandes daños a su patria Luego, como hombre, se apiadaba de su inconsciencia, de su carácter contradictorio y ligero hasta llegar al crimen, de su egoísmo de mujer hermosa y amiga del lujo, que la había hecho admitir la vileza moral a cambio del bienestar.
Ustedes eran celtas miserables, sumidos en la vileza de una raza inferior y mestizados por el latinismo de Roma, lo que hacía aún más triste su situación.
Reconoció su vileza, pero un instinto maligno é irresistible le hizo insistir en sus burlas, para rebajarlo ante Margarita.
Pero el que tiene un defecto físico o intelectual no hace gala de él, antes procura remediarlo, y el pobre que se resigna con su suerte y no busca hacerse rico, sea como sea, a las buenas o las malas, es un cobarde o un inútil, y no puede convertir su vileza en un mérito.
Tan maravillosamente audaz resultaba este rapto, que el mismo Caonabo, en su nobleza de guerrero primitivo, despreciaba al Almirante por haber ordenado tal vileza sin atreverse a realizarla personalmente, y sólo quería conversar y comer con Ojeda, admirando su atrevimiento al arrebatarle de entre sus súbditos.
El vivo sentimiento de adoración y de deseo que le había hecho cometer la primera vileza de su vida, no se apagaba.
Matarse por no poder vivir era una vileza, pero en otros casos la muerte voluntaria no era para él condenable.
Si realmente le hubiera amado, ¿habría podido dejarle en esa forma? Para que encontrara en su vínculo con Zakunine un obstáculo tan grave para su felicidad, ¿no debía sentir en realidad algún afecto por éste? ¡Había muerto para no serle infiel! ¿Puede la noción de lo abstracto tener tanta fuerza, si no concuerda con un sentimiento concreto, con un interés enteramente personal y presente? El mentido arrepentimiento de Zakunine, la falsa resurrección de un amor que jamás, había sido creíble, habían despertado en ella la servil pasión de otros tiempos: ¡entonces, comprendiendo la vileza de su propio servilismo, pero no pudiendo vencerla, se había dado muerte!.
La conciencia debía avaluar libremente los motivos de esa como de todas las otras acciones humanas, y aceptar las consecuencias del albedrío, y si el engaño, el miedo, la vileza merecían ser condenados y castigados, había otras razones que debían inspirar mayor clemencia en los juicios.
¡Recibir dinero de judíos por compra-venta del amor de ! ¿Eran ellos la Sinagoga y yo el Iscariote? ¿Olvidaba la secular condición de su raza hasta el punto de creer que un español puede pisotear la ley de honor, vendiendo por treinta o tres mil dineros a la mujer que ama? ¡Vileza inconcebible en todo cristiano, y singularmente en el que ha nacido en la tierra clásica de la dignidad y el decoro! ¡Antes me cortaría la mano que recibir en ella los ochavos viles del avaro , del cínico, que quiere tapujar con un puñadito de oro lo que fue mi felicidad y es ahora su oprobio!.
Apenas se separaba de ella jurando no volver a verla, avergonzado de su vileza y acordándose de su hija con remordimiento, sentía la necesidad de buscarla de nuevo, se proponía a sí mismo un negocio que hacía necesaria su presencia en París, o en Madrid, allí donde se encontraba ella, siguiendo su existencia errante de aventurera del amor, tan pronto viviendo casi maritalmente y retirada del mundo, como exhibiendo su belleza y su voz de falsete sobre los tablados de los.
De los Reyes de la Edad Media heredaron los modernos la fea costumbre de vivir rodeados de bufones a quienes toleraban las libertades que no consentían a políticos ilustres ni generales vencedores: sin que fuese esta vileza propia de monarcas genuinamente españoles, sino, a lo que parece, importada por los venidos de fuera.
Y el otro, con fiera boca y alma llena de vileza, continuó su terrible información.
¡Mira que me autorizas a pensar que tu política ocultaba alguna vileza!.
Y aunque algo duro e inflexible se alzaba en el fondo de su corazón, gritando que aquello era una farsa, una nueva vileza, la marquesa ahogaba esta voz sin darse cuenta de ello, para dejar entrar allí un rayo de sol que disipase las tinieblas de su triste abandono, para dejar que la esperanza y el deseo levantasen juntos y a su placer un bello castillo en el aire.
Hoy, en cuanto a mí, serían un crimen, y por parte tuya una vileza.
Esto no había de ser: era imposible Nada que más repugne a mi conciencia, nada más contrario a mis principios, pero hay un justo medio Delito es matar a quien ha ofendido pero es vileza abrazarle.
Así se explican el engaño y la persistencia en el engaño, pero la vileza del hurto no cabe en mí.
¡Ah, padre! yo no me perdono Me sería menos insufrible en la memoria el recuerdo de una afrenta no vengada de una vileza en que yo hubiese incurrido de una mancha en mi honor En cualquiera otro caso me sería más fácil conciliarme conmigo mismo.
Siempre me ha parecido una vileza mortificar al Soberano con groserías.
Bien puede, señor respondió a esta sazón Sancho, bien puede tener las riendas a su yegua, porque nuestro caballo es el más honesto y bien mirado del mundo: jamás en semejantes ocasiones ha hecho vileza alguna, y una vez que se desmandó a hacerla la lastamos mi señor y yo con las setenas.
Están siempre cautelosos y prevenidos los ruines pensamientos, la desesperación cobarde y la tristeza, esperando a coger a solas a un desdichado para mostrarse alentados con él, propia condición de cobardes en que juntamente hacen ostentación de su malicia y de su vileza.
Angers, Troyes, Langres, les harán una vileza.
el defecto es vileza y poquedad de ánimo.

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