Ejemplos con vicioso

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La gran perspicacia de McTaggart fue demostrar que este razonamiento da lugar a un círculo vicioso o una serie viciada infinita.
En el habla popular, el referirse a la cuestión el huevo o la gallina hace hincapié en la inutilidad de preguntarse quién fue primero, pues esta sentencia es una falacia del tipo círculo vicioso.
El final del episodio es una alusión al final del episodio piloto, con la intención de crear la sensación de circulo vicioso en el argumento de la primera temporada.
Este círculo vicioso debió cerrarse otra vez a bordo durante la travesía a Baltimore.
Cuando la monotonía, es sinónimo de rutina, puede acabar con el amor, y con todas las percepciones positivas de la vida porque la vida se convierte en un círculo vicioso al tener la sensación de realizar siempre las mismas funciones sin saber como salir del mismo al considerar que todos los días hay que hacer lo mismo.
El gobernante de las Tormentas y de uno de los Cuatro Demonios más grandes, Volf es un guerrero vicioso que busca a un adversario digno de él mismo.
La señora Boubnova es la segunda figura antagonista en la novela, y se la presenta como un personaje vicioso, completamente apartado de la virtud y los valores de los protagonistas principales.
Jenny de la Torre define la falta de hogar como una enfermedad social y un círculo vicioso, del cual es muy difícil salir.
La tarea de Gálvez era borrar el círculo vicioso que existía con los alcaldes mayores, pero lo único que hizo fue sustituirlo por otro.
La falta de hierro provoca cansancio, apatía y pérdida de apetito por lo que se come menos entrando en un ciclo vicioso.
Para evitar ese círculo vicioso Kant postulaba al lado de una fuerza de repulsión la existencia necesaria de una fuerza de atracción fundamental.
Su vicioso insulto de su hija adolescente culminó con él echándola de casa cuando tenía diecisiete años.
Regresando a casa desde la isla de Tsung, él encontró muchos de sus compañeros Shaolin asesinados en un ataque vicioso por una horda de Tarkatan.
Tienen que lidiar durante toda la noche, con el egoísta y vicioso compañero de piso de Gabriel, con Katherine su hiperirritante mejor amiga y una drag-queen celosa en una discoteca de ambiente.
Consecuentemente, la Serie A ha de ser supuesta en orden a la explicación de la propia Serie A, lo que implica un claro círculo vicioso.
Hambre y enfermedad constituyen, de esta manera, un círculo vicioso.
La vida norteamericana describe efectivamente ese círculo vicioso que Pascal señalaba en la anhelante persecución del bienestar, cuando él no tiene su fin fuera de sí mismo.
que yo tenía rencor? ¿Y por qué había de tenerlo? Era yo vicioso, señor alcalde, y por eso me entregó Vd.
Con el trabajo de sus manos mantenía a una madre paralítica y a un hermano vicioso y perezoso, que la maltrataba inicuamente cuando no podía darle lo que necesitaba para emborracharse.
Viose entonces claro como nunca la funesta influencia que ejerce en una sociedad entera una de esas reinas de la moda que comienzan escotando los trajes y acaban escotando las costumbres, que empiezan imponiendo el yugo de sus elegantes extravagancias y terminan imponiendo el de sus desvergonzados vicios, que familiarizan con el escándalo y lo hacen tolerable y de buen tono hasta a los ojos de las personas virtuosas, que llegan a contemplar sin extrañeza, sin rubor y sin protesta, espectáculos como el que ofrecía Currita haciendo los honores de su casa con distinción elegantísima, en compañía del marqués de Sabadell, mientras sus hijos yacían olvidados, cada cual en un colegio, y Villamelón, reblandecido ya casi por completo, jugaba al bésigue o al tresillo con las celebridades del momento, o tentaba la paciencia de sus tertulianos encerrado, como en un círculo vicioso, en sus ordinarios tópicos de conversación: el combate de Cabo Negro, los prodigios de su cocinero, los adelantos de su fotografía, las ventajas de la incubación artificial de los huevos de gallina, o las extrañas peripecias del doctor Tanner y el italiano Succi, que, con gran pasmo suyo, parecían haber resuelto el problema, para él horripilante e incomprensible, de vivir sin comer.
Es menester para mi eterno reposo que ella me perdone por haber convertido en veneno el bálsamo y su afecto inocente en incentivo vicioso, por haber alimentado con la purísima luz de sus ojos este fuego del infierno que me abrasa y que mancha lo limpio de su imagen que llevo grabada en el alma.
Pongo a un lado las mil y quinientas que cualquier agudo crítico puede sacar si se empeña en elogiarme y lucirse, y me limito a la lección que se da, no ya sólo a los frailes, que al fin pocos hay en España ahora, sino por extensión a todo caballero cortesano, viejo o algo machucho, que se enamora con amor vicioso.
Vicioso y discreto, sibarita y hombre de talento, aspirando a la erudición de todos los goces y con bastante buen gusto para espiritualizar las cosas materiales, no podía contentarse con gustar la belleza comprada o conquistada, la gracia, el donaire, la extravagancia, quería gustar también la virtud, no precisamente vencida, que deja de serlo, sino la pura, que en su pureza misma tenía para él su picante.
Era muy vicioso y le daba muchas jaquecas con incumbencias como tenía.
Bueno fuera en esta sazon preguntar a Carrizales, a no saber que dormia, que ¿adónde estaban sus advertidos recatos, sus recelos, sus advertimientos, sus persuasiones, los altos muros de su casa, el no haber entrado en ella ni aun en sombra álguien que tuviese nombre de varon, el torno estrecho, las gruesas paredes, las ventanas sin luz, el encerramiento notable, la gran dote en que a Leonora habia dotado, los regalos continuos que la hacia, el buen tratamiento de sus criadas y esclavas, el no faltar un punto a todo aquello que él imaginaba que habian menester y que podian desear? Pero ya queda dicho que no habia para qué preguntárselo, porque dormia mas de aquello que fuera menester: y si él lo oyera, y acaso respondiera, no podia dar mejor respuesta que encoger los hombros, enarcar las cejas y decir: todo aqueso derribó por los fundamentos la astucia, a lo que yo creo, de un mozo holgazan y vicioso, y la malicia de una falsa dueña, con la inadvertencia de una muchacha rogada y persuadida: libre Dios a cada uno de tales enemigos, contra los cuales no hay escudo de prudencia que defienda, ni espada de recato que corte.
A eso puedo decir respondió don Quijote que Dulcinea es hija de sus obras, y que las virtudes adoban la sangre, y que en más se ha de estimar y tener un humilde virtuoso que un vicioso levantado, cuanto más, que Dulcinea tiene un jirón que la puede llevar a ser reina de corona y ceptro, que el merecimiento de una mujer hermosa y virtuosa a hacer mayores milagros se estiende, y, aunque no formalmente, virtualmente tiene en sí encerradas mayores venturas.
Dije virtudes, riquezas y liberalidades, porque el grande que fuere vicioso será vicioso grande, y el rico no liberal será un avaro mendigo, que al poseedor de las riquezas no le hace dichoso el tenerlas, sino el gastarlas, y no el gastarlas comoquiera, sino el saberlas bien gastar.
La honra puédela tener el pobre, pero no el vicioso, la pobreza puede anublar a la nobleza, pero no escurecerla del todo, pero, como la virtud dé alguna luz de sí, aunque sea por los inconvenientes y resquicios de la estrecheza, viene a ser estimada de los altos y nobles espíritus, y, por el consiguiente, favorecida.
Corría por su falda un manso arroyuelo, y hacíase por toda su redondez un prado tan verde y vicioso, que daba contento a los ojos que le miraban.

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