Ejemplos con verdad

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Su pintura me conmueve y me intriga como no lo hicieron nunca los borriquitos de verdad.
La verdad es que si me pusiera a hablar sinceramente, tendría que deciros no poco también acerca del dichoso borriquito cuya vida, andanzas y muerte ha pintado Juan Ramón con tanto amor.
Platero, ¿verdad que tú nos ves? Sí, tú me ves.
¿Verdad que ves pasar por la cuesta roja de la Fuente vieja los borriquillos de las lavanderas, cansados, cojos, tristes en la inmensa pureza que une tierra y cielo en un solo cristal de esplendor?.
¿Verdad que ves cómo se ríe en paz, clara y fría, el agua de la noria del huerto, cuál vuelan, en la luz última, las afanosas abejas en torno del romero verde y malva, rosa y oro por el sol que aún enciende la colina?.
El español ,- el idioma de Colombia ¿verdad?.
Es verdad que el pobre estaba ya muy viejo.
Te he dicho, Platero, que el alma de Moguer es el vino, ¿verdad? No, el alma de Moguer es el pan.
Y el caso es que el Platerillo del cuento, aunque tiene mucho de un burro de verdad, nos parece más bien un asnillo soñado y fantástico, como si fuera sólo una ilusión en la que estuvieran fundidas la ilusión que los niños se hacen de los burros y la que los burros deben hacerse de sí mismos en sus horas de ensueño.
No es vanagloria, no es orgullo satánico, es la verdad.
Angustias y yo no poníamos nada de nuestra parte, nos dejábamos llevar por Felicita, y en verdad que si grande era nuestro gozo no era menor el de la pobre solterona.
Pero este hombre, cuando, en lugar de ver tantas cosas en una sola cosa, en todas las cosas distintas no vió ya sino una y la misma cosa, porque había penetrado en el sentido y en la verdad de todo, al llegar a esto, este hombre ya no volvió a hablar ni una palabra.
Un practicante, junto a la monja, le daba a respirar de un balón de oxígeno, y en verdad, no se sabía si el balón estaba inflando a Novillo o si Novillo estaba inflando al balón.
La verdad es que, lo que se dice prometer, no le he prometido a la Virgen no tener hijos.
Es verdad, siervo, esclavo, en tanto no se me ordene algo contra mi conciencia.
Sé que al pícaro don Pedrito le gustaba la niña, que se veían a menudo en vacaciones, y hasta que le escribía desde el Seminario, pero, la verdad, no creí que iba a perder el sentido hasta ese punto.
En el fondo, tan en el fondo que ni él mismo se daba cuenta, Apolonio se sentía orgullosísimo, creyéndose en aquellos momentos un personaje trágico de verdad e imaginando inspirar a la duquesa fuerte interés patético.
¡Muérete, muérete, miserable! Dígase, en honor de la verdad, que en aquellos mismos instantes, Belarmino, el reptil, practicaba peregrinos arpegios con su silbo, pero era en el lecho, durmiendo y roncando a pierna suelta, a par de Xuantipa, y soñando que sostenía un coloquio exquisito, sentados entrambos sobre las nubes, con Meo de Clerode, el distinguido filósofo de Kenisberga.
Pero en el aire quedaba flotando una verdad difusa y pesada: que Escobar había triunfado, que Belarmino hablaba un idioma inteligible para él y un tanto para Escobar, y que uno y otro eran personas de especie distinta y acaso de naturaleza superior.
Usted cree saber al dedillo lo que significan las palabras intuición, idea, espíritu, voluntad, extensión ¿no es verdad?.
Si lo último, entonces los filósofos eran, evidentemente, seres privilegiados, que habían llegado a la verdad absoluta por medio de la revelación directa.
La verdad, eso, Belarmino, es una grosería, impropia de ti.
Respondo que eso es verdad: la quiere con delirio.
¿Verdad, Basilisa? No oye misa, y eso que ningún trabajo le costaba, puesto que podría oírla sin salir de casa.
En Madrid, con mi temperamento, no me hubiera contentado con menos que con sacar tiras de pellejo de verdad.
Añádase, en honor de la verdad, que el tormento surtía contrapuestos efectos en Novillo que en Felicita, pues a Novillo no le robaba carnes, antes se las añadía.
¿Que si sirvo? Si éste me dijera de verdad quiénes son los que no pagan, le prometo a usted que, o pagan, o les saco el galillo.
Esto que yo he deseado decir es que Belarmino habla verdad.
¿Verdad que en este Madrid hace demasiado calor, y eso que estamos todavía en abril? Usted vendrá de sitio más fresco, don ¿cómo se llama usted?.
Verdad que no se podía sacar sino el género, luego se exigía cierta diligencia para darle hechura.

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