Ejemplos con veneración

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Pep, por un resto de veneración tradicional, toleraba silencioso este capricho de gran señor, pero iba a estallar de un momento a otro contra el hombre que perturbaba su vida.
Pero aquí, en plena soledad, con el más imperioso de los instintos irritado por la privación, viendo a Margalida entre la morena y ruda hermosura de sus compañeras, bella como una diosa blanca de las que inspiran veneración religiosa a los pueblos cobrizos, sentía la demencia del deseo, y todos sus actos eran absurdos, cual si hubiera perdido para siempre la razón.
Todo el respeto depositado en el alma del payés durante largos años de servidumbre a la noble familia, la veneración religiosa que le habían infundido sus padres cuando de niño veía llegar a los señores de Mallorca, renacieron ahora, protestando de este absurdo como de algo contrario a las costumbres humanas y la divina voluntad.
¿Qué iban a decir sus ilustres parientes? ¡Qué vergüenza la de su tía doña Juana, a la que, unos por burla y otros por exceso de veneración, llamaban la Papisa !.
Yo suelo embriagarme con el sueño del día en que las cosas reales harán pensar que la Cordillera que se yergue sobre el suelo de América ha sido tallada para ser el pedestal definitivo de esta estatua, para ser el ara inmutable de su veneración.
De la veneración piadosa del pasado, del culto de la tradición, por una parte, y por la otra del atrevido impulso hacia lo venidero, se compone la noble fuerza que, levantando el espíritu colectivo sobre las limitaciones del presente, comunica a las agitaciones y los sentimientos sociales un sentido ideal.
La gran voz de Carlyle había predicado ya, contra toda niveladora irreverencia, la veneración del , entendiendo por tal el culto de cualquier noble superioridad.
Guillermo I, Bismarck, todos los héroes de las victorias pasadas, le inspiraban veneración, pero hablaba de ellos como de dioses moribundos, cuya hora había pasado.
Su veneración religiosa por el dinero tomó al decir esto un acento de odio.
Decía esto con una sonrisa ambigua en la que entraban igualmente su menosprecio por los idealismos inútiles y su respeto a los artistas, un respeto semejante a la veneración que sienten los árabes por los locos, viendo en su demencia un regalo de Dios.
Verdad es que conocía la historia de varios célebres misioneros cuyas virtudes honraban al cristianismo, pero siempre encontraba en su carácter un lunar que me hacía perder en parte mi entusiasta veneración hacia ellos.
Y apoderándose de una mano del doctor, se la besó repetidas veces sin saber qué decir, como si estas muestras de veneración fuesen todo su lenguaje y con él quisiera convencer al médico.
Reía pensando en lo que hubiera dicho la muchedumbre arrodillada con veneración, de conocer al que asomaba sus ojos por debajo de la custodia.
Allí vivían, en el centro de la hermosa y cuidada vega, formando mundo aparte, devorándose unos a otros, y aunque causasen algún daño a los vecinos, estos los respetaban con cierta veneración, pues las siete plagas de Egipto parecían poca cosa a los de la huerta para arrojarlas sobre aquellos terrenos malditos.
Porque temeroso este de que algún ánimo suspicaz pusiese en duda lo auténtico de la presea, apresuróse antes de presentarla a la veneración pública a frotar la suela sobre el pavimento, a fin de que apareciese usada, y a desvirtuar con ricas esencias aquel importuno hedor a zapato nuevo que la noche antes había despertado en sus narices dudas tan peligrosas.
El Jueves Santo salía en procesión la Cena, y el Miércoles Santo por la noche estaba expuesta en la cuadra a la veneración de los fieles, quienes con tal motivo tenían entrada franca en la casa, lo cual se llamaba y se llama aún , y apenas quedaba en el lugar quien no las visitase en la víspera de la respectiva procesión.
Con estos sermones y consejos póstumos, con una amistad llena de veneración, que D.
Poseíale, por lo tanto, de buena fe, con justo título, y hasta con y por cierto sentimiento de veneración a la memoria del difunto ilustre poseedor.
Esta veneración se extendía, o mejor dicho, se extremaba y llegaba a su colmo, sin afectación ni servilismo, cuando se trataba de la señorita doña Luz, en quien, fascinado el viejo, creía descubrir a un ser cuyos arcanos pensamientos, móviles y resortes de acción, apenas entreveía, a una criatura rara e inusitada, de otra casta muy diferente de la suya, y con la cual, sin embargo, comía de diario y tenía la honra de compartir la vivienda.
Sin embargo, merced a la veneración cariñosa que doña Luz le infundía, ella interpretaba siempre por el lado más benévolo todos sus actos y discursos.
Enrique tan hábil y cortésmente peleaba? La veneración, el entusiasmo, la admiración por el P.
Su amistad, admiración y veneración al Padre no podían haber sido mayores.
Doña Luz recibió con veneración el manuscrito del Padre, y no bien D.
, todos saben algo, todos reconocen a alguna persona, todos representan una ingratitud, una injusticia, una decepción, una desgracia, un escándalo, una ruina!—¡Y todos dicen muy principalmente aquella gran verdad de que Madrid es una casa de huéspedes, donde no hay familia, ni hogar, ni casa, ni recuerdos, ni veneración, ni tradición, ni costumbres, ni.
Desde que calumniaste a mi mujer, la veneración y el cariño que le tengo se aumentan, y veo otra cosa, veo lo miserable que soy al lado suyo, tú eres el espejo en que miro mi conciencia y te aseguro que me veo horrible.
El rigor de su autoridad, que el muchacho acataba siempre con veneración, sería remedio eficaz y pronto del desorden de aquella cabeza.
Doña Lupe contempló la con veneración y escuchó:.
Los de fuera y los de dentro trataban con respeto, casi con veneración, a la ilustre señora, que era como una figurita de nacimiento, menuda y agraciada, la cabellera con bastantes canas, aunque no tantas como la de Barbarita, las mejillas sonrosadas, la boca risueña, el habla tranquila y graciosa, y el vestido humildísimo.
La veneración que por Nucha sentía y que iba acrecentándose con el trato, cerraba el paso a la idea de que pudiesen ocurrirle los mismos percances fisiológicos que a las demás hembras del mundo.
Quiero decir dijo Sancho que nos demos a ser santos, y alcanzaremos más brevemente la buena fama que pretendemos, y advierta, señor, que ayer o antes de ayer, que, según ha poco se puede decir desta manera, canonizaron o beatificaron dos frailecitos descalzos, cuyas cadenas de hierro con que ceñían y atormentaban sus cuerpos se tiene ahora a gran ventura el besarlas y tocarlas, y están en más veneración que está, según dije, la espada de Roldán en la armería del rey, nuestro señor, que Dios guarde.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba