Ejemplos con tupida

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La escritora Clementina Rosa Quenel los encuentra saliendo de la tupida foresta, cubiertos de tierra hasta la cabeza, las manos partidas de tanto cavar, con la piel casi negra por el ardiente sol, pero en el rostro brillando como gemas sus azules ojos por el entusiasmo de los descubrimientos.
Los mamíferos residentes, como el pudú y la güiña, son difíciles de apreciar, ya que se esconden en la tupida vegetación.
En la actualidad, aquel promontorio arenoso está salpicado de decenas de rampas de lanzamiento y cuenta con una tupida red de carreteras que le unen con los diversos laboratorios y centros de control.
El género Sciurus, contiene a la mayoría de ardillas de cola tupida de Norte América, Europa, zonas templadas de Asia, Centroamérica y Sudamérica.
El río/estero Bacorehuis alimenta la laguna, sobre cuya costa hay una tupida población de mangles.
En muchos órganos está presente el parénquima aerífero, que facilita el intercambio de gases en todas las partes de la planta y que forma una tupida red entre hojas, raíces y rizomas.
En las islas esta vegetación es notablemente menos tupida.
Como siempre, el paseo de los Reyes era casi insuficiente para la riada de máscaras que durante los tres días y Domingo de Piñata concurrían a dicho paseo, donde las serpentinas y confeti formaban una tupida alfombra de mil colores.
En la laguna eran característicos los chivines, islotes flotantes formados por una red tupida y firme de raíces fibrosas de las gramíneas y tan consistentes que hasta podrían resistir el peso de un caballo.
Pertenecen a esta tribu la mayoría de las especies de ardillas con la cola tupida que puedan ser encontradas en Norteamérica, Sudamérica, Europa, y las zonas templadas de Asia.
Siendo estos los problemas más acuciantes para Inglaterra al comienzo del reinado de Isabel I, Cecil reforzó el Ejército y la Armada, y, debido a las periódicas amenazas de rebeliones católicas contra la Reina, consiguió organizar una tupida red de espías de la mano de sir Francis Walsingham, su principal colaborador.
La estructura se apea sobre gruesos muros, cuatro pilares y seis pilastras de las que arranca la tupida red de nervios que ornamenta la cubierta.
Uno de los elementos que contribuyó a su éxito en esta primera etapa fue la creación de una tupida red de colaboradores que cubrían la información local de todos los municipios de la comarca.
Entre sus atractivos es válido destacar los vinos pateros y dulces caseros fabricados en la mayoría de las casas de familia, la capilla de San Isidro Labrador, y el Bosquecillo, un paraje que ostenta sus vertientes de agua entre las piedras y una tupida y añosa arboleda.
Arboretum, que conforma un bosque maduro en el que se encuentra una tupida red de senderos para su recorrido.
Al principio la masa de pinos jóvenes es muy tupida que va disminuyendo por proceso natural y por la intervención humana que realiza diferentes limpiezas y cortas hasta alcanzar la densidad conveniente para un óptimo desarrollo del árbol.
Entre el bosque innumerable de menudos y apretados chorros de agua, desde la tierra al cielo, y cuya tupida y abovedada ramazón eran las nubes grises y cárdenas, el tembloroso lamento de las campanas basilicales se extraviaba y desfallecía.
Sobre las dunas de la playa de las Ánimas la vegetación se hace cada día más tupida, y van llegando las praderas y las heredades de Izarte hasta el borde mismo de la cornisa.
Hacíase la alfombra más tupida al acercarse a los parajes sombríos del borde del estanque, cuya superficie rielaba como cristal ondulado, estremeciéndose al leve paso del aura vespertina, y rizándose en mil ondas chiquitas en choque continuo las unas con las otras.
Las descollaban rosadas y turgentes, como un hermoso seno, las té se deshacían, dejando pender sus desmayados pétalos, las de Alejandría, erguidas y elegantes, vertían su copa de esencia embriagadora, las musgosas reían irónicas con sus labios de carmín, al través de una barba tupida y verde, las albas desafiaban a la nieve con su fría y cándida belleza, con su rigidez púdica de flores de batista.
Colmenar oía baja la vista, contando los arabescos de la tupida alfombra.
Deslizábase entre islotes de tupida vegetación y escollos que emergían sus negras cabezas con greñas verdes.
Interrumpía sus desesperadas reflexiones con llamamientos para que fijase los ojos en la tupida arboleda y la maravillosa vista de la bahía.
Luego avanzó por un pasadizo, de puntillas sobre la tupida alfombra roja con grandes redondeles, en cuyo centro se ostentaba el nombre del buque.
En el buque llevaba siempre la cabeza al descubierto, libre de velos y sombreros, dejando que flotase su tupida cabellera, de un rubio obscuro, suavemente ondulada.
Es primavera, la verdura de los huertos no está aún tupida, resaltan alegres las paredes a la luz viva, y las torres y las cúpulas de las dos catedrales se yerguen serenas en el ambiente diáfano.
Se hallaba cierta tarde, contra su costumbre, leyendo en el corredor de casa, resguardado de los rayos del sol por la parra, cuyos sarmientos pendían del alero, formando fresca y tupida cortina.
Paseaba la vista en torno, y en todas partes tropezaba a corta distancia con una tupida cortina verde.
El rumor de sus pasos quedaba apagado por la tira de tupida alfombra extendida a lo largo de los corredores.
Ella tendría que venir a buscarle, como penitente, entre la oscura lobreguez de un templo, al triste y fatigoso resplandor de los amarillentos cirios, caería de rodillas a sus pies, y le hablaría avergonzada a través de tupida y mugrienta celosía, oculto el rostro con el espeso velo y acobardado el ánimo por el terror religioso.

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