Ejemplos con tranquila

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Sea usted tranquila, Xuantipa, póngase usted tranquila.
Regía allí la ley de razas, si no por colores, por posiciones o categorías, y se guardaban las distancias hasta en la casa de Dios, único punto de la tierra en que es un hecho la decantada igualdad social, menos cuando se trata de esos ridículos términos medios entre la confusión de las grandes poblaciones y la tranquila sencillez de la vida campestre.
Sus voces prolongábanse como un gemido interminable en la tranquila atmósfera de la vega, impregnada de dulce luz.
Roberto del Campo, el amigo íntimo de Rafael, su mentor, que le guiaba en el camino de la distinción y el buen gusto, un chico elegante, hijo de una gran familia arruinada, uno de esos vástagos inútiles y perniciosos que nacen inesperadamente en la tranquila burguesía a las dos o tres generaciones de bienestar y riqueza, para castigar con sus locuras y despilfarres el egoísmo y la rapacidad de sus antecesores.
Y hablaba de la muerte con la serenidad de una vejez tranquila y honrada, bromeando, riéndose y dejando escapar agudos chillidos por entre sus encías desdentadas.
Los últimos fuegos del moribundo sol fulguraban en la tranquila ciudad, en los azulejos de las cúpulas, y de los campanarios, y espejeaban en las vidrieras, y prestaban brillos argentados al Pedregoso.
Sus pláticas con aquella muchacha tranquila y juiciosa le daban nuevos ánimos para trabajar, y él, que hasta entonces había vivido tranquilo e indiferente, amarrado a la noria de la dependencia, sin pensar en el porvenir, sentíase ambicioso, soñaba con una gran posición comercial, que compartiría con Tónica, y miraba la tienda de con el mismo cariño del heredero ante una cosa que espera ha de ser suya.
Tal vez, en lo futuro, gozaríamos de vida más tranquila, y, a decir verdad, me halagaba ser el jefe de la casa.
¿Por qué? ¡Dios lo sabe! Como eso es bueno para tí debía yo ponerme alegre, muy alegre, pues con ese destino ya no tendrás dificultades y tu vida será más tranquila, pero voy a confesarte una cosa, aunque te rías de mí.

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