Ejemplos con torpe

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La vergüenza le hizo tímido, sumiéndolo en torpe confusión.
¡Bien calculó el maligno Celemín lo que había de ocurrir, y cómo la caballeresca escena cambiaba de carácter y adquiría torpe sentido con sólo disponer los combatientes en la forma antedicha y rasgar oportunamente la trasera de unos gregüescos! Las más sublimes escenas de Shakespeare se hubieran descompuesto en esta piedra de toque.
A este fenómeno, un materialista le daría un sentido bajo y torpe, diría que el sentimiento religioso es una emoción sexual disfrazada.
No piensa, no discurre, sino de una manera torpe y rudimentaria.
Su única pena al abandonar la corte fué el no haber podido encontrar en ella a , que, sin duda, se hubiera alegrado al conocer la rápida transformación ocurrida últimamente en la fortuna del humilde asistente, pero había andado aquella vez más torpe que de costumbre en el pronunciamiento que fraguaba para adquirir honradamente el segundo entorchado, sorprendióle el Gobierno, y le desterró a Filipinas, pocos días antes de llegar Simón a Madrid.
¡Lo que sabía aquel Argensola, venido de Madrid en tercera clase y con veinte francos en el bolsillo para violar a la gloria , según sus propias palabras! Al ver que pintaba con tanta dureza como él, empleando el mismo dibujo pueril y torpe, se enterneció.
Podía responder negativamente a tales preguntas, le sería difícil al alemán probar sus afirmaciones, pero prefirió decir la verdad, con la sencillez del que no intenta disimular su culpa, describiéndose tal como había sido, ciego de torpe pasión, arrastrado por los artificios amorosos de una aventurera.
Su próximo pariente la cigarra de mar, animal torpe y pesado, permanecía en los rincones, cubierta de fango y de algas, en una inmovilidad que le hacía confundirse con las piedras.
¡Ah, mísero Luzbel, ridículo pazguato que ofrecía con torpe malicia las cortas felicidades de la tierra a cambio de una eternidad de tan horrible fuego! La respuesta no era dudosa.
Avanzaba el lingote desde la boca del horno cabeceando, como un animal rojo, ventrudo y torpe, lanzaba un rugido al sentirse agarrado y surgía por el lado opuesto convertido en una viga de fuego, corta y encorvada: y en sucesivos pases adelgazábase, se estiraba con ruidosos quejidos, como protestando de la dolorosa dislocación, hasta que, por fin, no era más que una cinta incandescente que tomaba la forma del riel.
A mídecíame enorgullece más mi origen animal, ser un descendiente histórico de seres inferiores, que haber salido imperfecto de las manos de un Dios torpe.
Todos los días veían lo mismo: las mujeres cosiendo y cantando bajo las parras, los hombres en los campos, encorvados, con la vista en el suelo, sin dar descanso a los activos brazos, tendido a lo gran señor ante las varitas de liga, esperando a los pájaros, o ayudando a Pepeta torpe y perezosamente, en la taberna de unos cuantos viejos tomando el sol o jugando al truco.
Diógenes lanzó tal sollozo, que pareció romperse su pecho, como si le estallara el corazón dentro, crujió la cama a los violentos impulsos de su cuerpo, y agitando los brazos en alto, balbuceaba con la lengua cada vez más torpe:.
Enrique, hasta donde la torpe pluma y la lengua pecadora de quien esto escribe consigue remedar su improvisada homilía, ya que, en la sagrada ciencia, que él iba explicando, dijeron los más delgados conceptos y aclararon los más hondos misterios, no los que en los libros y en el estudio fueron a ilustrarse, sino los que por experiencia los entendían y por santidad insigne gozaron del favor divino.
¡Qué tardes tan hermosas las de aquella primavera! Salían de casa a la hora en que correteaban por las calles los grupos de criadas, con sus faldas almidonadas y al cuello el ondeante pañuelito de seda, seguidas por los soldados de caballería, de escandalosas espuelas, torpe paso y embarazados por el sable, como si fuese un pesado garrote.
Dentro de la carta de la tía Pepa venía una tira de papel, en la cual escribió Andrés, con aquella su letra torpe y desgarbada: Para que chupes.
Daba frío, el frío polar que sentirán los que pierden un pleito, y se arruinan, y se quedan a un pan pedir por culpa de un patrono ignorante, o torpe, o desidioso.
Desde por la mañana tenía que endosarse el chaqué y el sombrero de copa, para estar dispuesto a acompañar a la señora, oíase llamar torpe a todas horas porque en las visitas cerraba la boca, o si la abría era para soltar ingenuidades y franquezas que recordaban su origen, y ¡oh tormento insufrible! Su Manolita no le permitía jamás que se quitara los guantes y hasta quería que comiese con ellos, para irsegún ella decíaacostumbrándose a los usos de la gente elegante.
Muchachos desarrapados rompían las oleadas del gentío, ofreciendo la vida cíe en aleluyas, los antecedentes y retratos de los seis toros que iban a lidiarse, o pregonaban unos abanicos de madera sin cepillar y en los cuales una mano torpe había estampado un toro como un pellejo de vino y un torero que parecía una rana desollada.
De vez en cuando, griterío y corridas, brazos en alto, bastones enarbolados, una guitarra estrellándose quejumbrosamente en una cabeza, y cuando la calma se restablecía, saludábase con sonrisas y aplausos irónicos a la ristra de valientes que, sin paciencia para esperar, emprendían la marcha carretera abajo, cogidos del brazo, moviéndose con torpe balanceo, como si estuvieran sobre la cubierta de un buque en día de gran marejada, charlando incoherentemente o soltando sus vozarrones para entonar los estrambóticos y lánguidos corales que inspira la musa amílica.
¡Qué torpe soy! ¡Ah!, sí, ponga usted.
No sabe usted bien lo torpe que soy.
¡La religión, qué cosa tan buena! ¡Y él, tan torpe, que no había caído en ello! No era torpeza sino distracción.
Cuando me siento muy torpe, ¡pim!, te miro y al momento me despabilo.
El decoroso fausto del señor de la Lage, sus bandejas y candelabros de plata, su mueblaje rico y antiguo, la respetabilidad de sus relaciones, compuestas de lo más selecto de la ciudad, su honesta tertulia nocturna de canónigos y personas formales que venían a hacerle la partida de tresillo, sus criados respetuosos, a veces descuidados, pero nunca insolentes ni entrometidos, todo se le figuraba a don Pedro sátira viviente del desarreglo de los Pazos, de aquella vida torpe, de las comidas sin mantel, de las ventanas sin vidrios, de la familiaridad con mozas y gañanes.
Leonisa acrecentó en Halima el torpe deseo y deshonesto amor, dándole muy buenas esperanzas que Mario haria todo lo que pudiese, pero que habia de dejar pasar primero dos lunas ántes que concediese con lo que deseaba él mucho mas que ella, y este tiempo y término pedia a causa que hacia una plegaria y oracion a Dios para que le diese libertad.
Supe su encantamento y su desgracia, y su trasformación de gentil dama en rústica aldeana, condolíme, y, encerrando mi espíritu en el hueco desta espantosa y fiera notomía, después de haber revuelto cien mil libros desta mi ciencia endemoniada y torpe, vengo a dar el remedio que conviene a tamaño dolor, a mal tamaño.
¡Oh tú, gloria y honor de cuantos visten las túnicas de acero y de diamante, luz y farol, sendero, norte y guía de aquellos que, dejando el torpe sueño y las ociosas plumas, se acomodan a usar el ejercicio intolerable de las sangrientas y pesadas armas! A ti digo ¡oh varón, como se debe por jamás alabado!, a ti, valiente juntamente y discreto don Quijote, de la Mancha esplendor, de España estrella, que para recobrar su estado primo la sin par Dulcinea del Toboso, es menester que Sancho, tu escudero, se dé tres mil azotes y trecientos en ambas sus valientes posaderas, al aire descubiertas, y de modo que le escuezan, le amarguen y le enfaden.
De esta hermosura, y no como se debe encarecida de mi torpe lengua, se enamoró un número infinito de príncipes, así naturales como estranjeros, entre los cuales osó levantar los pensamientos al cielo de tanta belleza un caballero particular que en la corte estaba, confiado en su mocedad y en su bizarría, y en sus muchas habilidades y gracias, y facilidad y felicidad de ingenio, porque hago saber a vuestras grandezas, si no lo tienen por enojo, que tocaba una guitarra que la hacía hablar, y más que era poeta y gran bailarín, y sabía hacer una jaula de pájaros, que solamente a hacerlas pudiera ganar la vida cuando se viera en estrema necesidad, que todas estas partes y gracias son bastantes a derribar una montaña, no que una delicada doncella.
A lo cual respondería yo que este fin se conseguiría mucho mejor, sin comparación alguna, con las comedias buenas que con las no tales, porque, de haber oído la comedia artificiosa y bien ordenada, saldría el oyente alegre con las burlas, enseñado con las veras, admirado de los sucesos, discreto con las razones, advertido con los embustes, sagaz con los ejemplos, airado contra el vicio y enamorado de la virtud, que todos estos afectos ha de despertar la buena comedia en el ánimo del que la escuchare, por rústico y torpe que sea, y de toda imposibilidad es imposible dejar de alegrar y entretener, satisfacer y contentar, la comedia que todas estas partes tuviere mucho más que aquella que careciere dellas, como por la mayor parte carecen estas que de ordinario agora se representan.

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